Llevó varios minutos en la biblioteca de la escuela buscando un libro con el cual pudiera realizar el trabajo de Literatura, no querría arriesgarme a dejar vacía las fichas de investigación, obteniendo como resultado una calificación desaprobatoria. El internet en mi casa estaba fallando por algún motivo, el soporte técnico de la empresa que nos brindaba el servicio seguía sin encontrar una solución para resolver el problema que llevaba aquejando en mi hogar por cuatro días. Ninguno de sus trabajadores puede resolver el inconveniente, incompetentes. Empezaba a perder la paciencia. El trabajo lo tenía que presentarlo mañana, no tenía ningún avance
Si podía resaltar algo positivo era que la pasaba mejor entre letras que entre números matemáticos, estar por mi cuenta en la biblioteca no era tan malo.
Lo que estaba siendo un problema en mi búsqueda del libro perfecto era que estaba siendo interrumpida por una fastidiosa presencia.
Suspiro molesto. Cansado.
Estaba enfadado e incómodo porque estaba siendo genuinamente vigilado por una chica la cual suponía se escondía sin contratiempos detrás de los estantes de libros. No era la primera vez que la había descubriendo acechando cada uno de mis movimientos sin perderse alguno, seguirme y esconderse en diferentes ocasiones. Odiaba ser observado de tal fastidiosa manera, la estaba odiaba a ella.
Debía asustarla, hacerla correr lejos.
Dejo de buscar entre los libros. Camino hacia su patético escondite con ese propósito. Mis pasos son fuertes. Resuenan en la silenciosa biblioteca.
Mis rápidos pasos se detienen acaba de recorrer la corta distancia.
El trabajo lo tenía que presentarlo mañana, no tenía ningún avance
—¿Por qué estás siguiéndome? —suelto sin ningún tipo de presentación, no oculto el disgusto de mi voz.
Consigo ser observado fijamente a través de sus gruesas y redondas gafas. Parece estar analizando cual debe ser su siguiente movimiento. No emite ni una sola palabra. Pestañea. Descarto por completo que se avergüenza de ser descubierta.
—¿No hablas? ¿Eres muda? —vuelvo a insistir frunciendo el ceño tratando de obtener alguna respuesta. Si pudiera verme en un espejo seguramente vería mis cejas juntarse.
Una sonrisa gigante aparece en su cara, agita las manos evidenciando emoción. Una emoción incomprensible para mí.
—¡No puedo creer que me estés hablando! —dice en un gritito agudo que lastima mis oídos—.¡Está pasando! ¡Está pasando!
Su jodida sonrisa torcida no desaparece.
—¿Qué? —respondo confundido, estaba perdido e incomprendido su evidente euforia.
Suelta un soplido antes de volver a hablar.
—Tú y yo compartimos un secreto —anuncia, para después dar pequeños saltos en mi alrededor—. Sé que tú le escribes cartas a esa muchacha tonta. Sunhee —dice el nombre de la muchacha con aversión.
Alucino debido a esa confesión.
Maldita sea.
¿Cuándo baje la guarda al punto de tener una testigo presencial de mis escritos?
—Si dices algo estas muerta —amenazo. Realmente iba a estarlo si se le ocurría delatarme.
La alegría se esfuma en su totalidad de su cuerpo, ahora un semblante serio lo reemplaza. Ha cambiado en una milésima de segundo.
—Por supuesto que yo no diré nada —asegura tajante, lo deja claro, suena sincera pero no puedo creerle—. Deberías dejar de escribirle, ella no se lo merece, estás perdiendo tu preciado tiempo escribiéndole cartas. Malgastas tu ingenio haciéndolo.
—Es mi maldito problema. No te entrometas.
Parece estaba prepara una respuesta igual a la que doy porque no se inmuta ante mis palabras.
—Era un amable consejo de mi parte —continúa diciendo sin amilanarse—. Soy Oh MinJi. Recuérdame.
No quería recordarla. Ojala ella fuera una mala pesadilla.
Sin agregar nada más se aleja corriendo perdiéndose de mi vista.
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Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔
FanfictionMin Yoongi le escribirá cartas con el poco romanticismo que lo caracteriza. Harto del pesimismo él escribirá. Pero no es que a ella le preocupe mucho el romance. Sunhee, sabrá que las letras escritas en esas cartas es la música que proyecta la voz...