LXXXV

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A primera hora cuando notaba que Yoongi iluminaba la escuela quería correr hacia él y rodearlo entre mis brazos, también pensaba en besarlo repetidas veces, esto último aún resultaba bochornoso.

Su sonrisa se ha vuelto mi debilidad. Si que me encantaba cuando sonreía. Muchismo. El brinquito de mi corazón no era fácil de detener cuando estaba cerca.

—Te extrañe —digo. No habíamos sido capaces de vernos durante el fin de semana. Nos enviamos mensajes y realizamos alguna llamada de telefónica. No era para nada igual tenerlo presente actuando algo inquieto, sin saber exactamente la manera en la que debía comportarse. Entendía su sentir, porque pasaba exactamente por lo mismo aunque yo con un pequeño empujón lograba expresarme.

—Yo igual —contesta en voz baja. Me gustaba su tono, hacia parecer que sólo hablaba exclusivamente para mí—. Te extrañe, Sunhee —prosigue diciendo mientras deja una palmadita en mi cabeza.

Intento por segunda contener mis ganas de abrazarlo. No podía permitírmelo estando aquí en la escuela, no quería que todos se nos quedaran mirando.

—Necesito un abrazo tuyo —digo.

Yoongi sonríe de costado.

—Puede que necesite un abrazo tuyo y un millón de dólares —responde él ante lo que he dicho—. Evidentemente preferiría el millón.

—Gracias por tanta consideración, caballero de la edad media. ¿Quién no iba preferir el millón?—acabo resolviendo.

No hay debate en eso. Si lo había. 

Empezaba a dudar que preferiría. 

—Te traje algo —anuncia buscando en el bolsillo pequeño de su mochila, de donde saca esos exclusivos llaveros de pareja en forma de oso—. Es para ti.

Sujeto el llavero por la argolla dorado que lo mantiene sujeto contemplando los detalles del pequeño oso, tiene por vestimenta un conjunto verde y una gorra a cuadros. 

—Me encantó. Muchas gracias —que fuera de su parte volvía el obsequio más especial—. Espero que no gastaras mucho dinero.

—Piensa que costó tres wons —dice encogiéndose de hombros restándole importancia—. No te preocupes por el dinero, quería darte algo de mi parte.

—No te he dado ningún presente —un pinchazo de culpa aparece por no haber pensado en traer un regalo para Yoongi. Un bello recordatorio de nuestro reciente noviazgo. 

—No debes darme nada de vuelta. Estoy bien...pero si tienes el millón de dólares puede dármelos, los recibiré.

Pongo mi cabeza sobre su pecho, sin importar que alguien fuera a vernos. Me quedo ahí sintiendo la calidez brotar de su cuerpo. Escucho el sonido presuroso de su corazón, cuando las palmas de sus manos posan en mi espalda. En un mundo mágico. 

Podía quedarme juntita a Yoongi sin pedir interrupciones. 

 

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Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora