Es domingo por la tarde, mi madre está de buen humor. El ambiente es tranquilo, habíamos estado mirando un documental de animales en peligro de extinción en la programación de un canal nacional, lo que había llevado aguantarme las lágrimas en varios momentos de la duración del programa.
Ahora una película que mi progenitora eligió se desarrolla sin que estuviera conectada con el filme, la cual en cada escena de volvía más aburrida, lenta y tediosa.
—Mamá, ¿Papá te envió cartas románticas cuando eran jóvenes? —solté de repente cuando los comerciales comenzaron sin que pudiera detenerme. Mi boca fue más rápida.
—Ni una sola vez desde que estamos juntos. Tu padre no es para nada romántico —se lamenta, para después mostrar cierto enfado—. Ese hombre desconsiderado.
Era cierto mi padre no era un hombre romántico.
—¿Te hubiera gustado que te enviará cartas o algo parecido? —pregunto.
—Por supuesto, hubiera estado encantada —dice volviendo a viajar en su lamento—. Yo le escribí algunas cartas. Él nunca me hizo una. Lo recuerdo y me enfado de esa época. Si volviera a esa época... Espera, hija —su intención materna se pone alerta, da en el clavo, su boca forma una perfecta ¨O¨ de sorpresa—. ¿Un chico te está mandando cartas? —acaba por interrogarme.
—No. Le escriben a Yein, ya sabes muchos chicos la persiguen —respondo intentando parecer una persona veraz. La más veraz de la tierra. Desviando cualquier intención de interrogatorio donde me vea involucrada directamente.
—No mientas —reprocha, sus ojos llenos de cierto sentimiento que ya antes presencié—. Un muchacho te está escribiendo —dice en forma de afirmación, no mantiene dudas que así sea.
El silencio se prolonga, no podré hacerlo hasta llegar a la eternidad. Aunque quisiera que sea de esa manera en este instante.
—Sí —susurro confirmándolo. Odie decir ese monosílabo.
Tan pronto lo expreso me arrepiento. Debí seguir prolongando la mentira. Debí fugarme sin confirmar nada.
—¿Son románticas? ¿Quién es el muchacho? —su emoción es desbordante. Incluso a reaccionado más eufórica que Yein en su momento. No cabe de euforia. Curiosidad. Romanticismo.
—Depende de lo que consideres romántico. No sé quién las escribe. Su identidad es un misterio, la mantiene en secreto —seguía diciendo más de lo que quería que mamá supiera. Me maldije internamente.
Lleva su mano hacia su pecho todavía sonriente. Su repentina felicidad sale hasta por sus poros.
—Los momentos románticos que no tuve en la vida los está consiguiendo mi hermosa hija —señala satisfecha—. Viviré junto a ti estos momentos. Tienes que mostrarme las cartas —ordena levantando la voz unos cuantos tonos—. Tienes que mostrarme.
Eso no iba a pasar ni en mil años. Eras mías. A Yein le había mostrado algunas no todas.
—Regresaré ahora mismo a mi habitación tengo que hacer una investigación —invento, dejando la comodidad del sofá, agrego—. No te las mostraré porque son privadas —recalco la última palabra esperando que entendiera, y no se mantuviera firme en ese pedido.
Mamá no se dejaba sorprender con esas excusas. Algo como la privacidad no iba detenerla en realizar sus pedidos.
—Entre una madre y una hija no deben existir los secretos, así que debes mostrarme —vuelve a insistir—. No deben existir secretos.
Podía realizar una larga lista de secretos que ella había tenido conmigo.
—Sólo dices eso cuando te conviene, esas palabras no me harán cambiar de opinión. Cuando quería saber lo de mi tía esta regla no existía. Nunca me lo dijiste —informo por si no lo recordaba
Mis pasos empiezan alejarme. Si está conversación se extendía acabaría en un punto que no quería.
—Sabes que las buscaré en toda tu habitación —me avisa, reta decidida.
—Y sabes que las esconderé en donde jamás puedas encontrarlas.
—No hay nada que una madre no pueda encontrar.
¿Existía ese lugar imposible de explorar para una madre decidida a encontrar algo que evidenciara a su hijo?
Lo encontraría. Iba a encontrar aquel lugar, aunque pareciera imposible de creer en su existencia.
ESTÁS LEYENDO
Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔
FanfictionMin Yoongi le escribirá cartas con el poco romanticismo que lo caracteriza. Harto del pesimismo él escribirá. Pero no es que a ella le preocupe mucho el romance. Sunhee, sabrá que las letras escritas en esas cartas es la música que proyecta la voz...