LXXXVI

5.8K 640 16
                                    

Estaba en mi rutina. Lapsus de pensar en Yoongi cuando me encontraba en casa, no podía evitarlo. y a veces no lograba ser tan discreta.

—¿No crees que estás más distraída de lo normal? ¿En qué piensas? ¿O en quién piensas? —interroga mi padre entrecerrando los ojos. con sospecha, dejando de lado su antigua revista.

—No me pasa nada. De nuevo estás imaginando cosas —digo en aires de inocencia—. Papá, ves demasiado esa serie policial, ahora piensas que todos traemos secretos. Te sugerí que no seas tan extremo. Debes ser prudente cuando entras en ese mundo de las series.

—Estás en cualquier lugar menos aquí, Sunhee —señala desatendiendo mi comunicado—. Llevas suspirando desde hace mucho rato

¿Suspirando? No era posible.

—No estaba suspirando —niego al instante mientras me siento firme en el sofá—. Papá, te estás quedando sordo.

—Lo estabas, hija —afirma, reitera y manifiesta—. Que no seas consciente de tus actos por estar en la luna no es culpa mía. Creo saber la razón —advierte cruzándose de brazos, asintiendo levemente con la cabeza.

Estoy horrorizada antes la idea de ser descubierta.

—¿A qué... se... debe según tú? —tartamudeo cuando hago la pregunta. Espero no ser descubierta.

Su rostro ya marcado por las arrugas se vuelve serio e implacable.

—Es por ese muchacho por el cual pasaste triste las vacaciones —lanza en forma de acusación frunciendo la piel de su frente. Supone bien, no se equivocado—.La única posibilidad para esta repentina marcha nupcial de suspiros y tu capacidad de permanecer en tierra es...

—Papá, no hay nada de ningún chico que me este distrayendo . Lo prometo —miento interrumpiendolo. 

Aguarda un momento analizando si debe creerme o no. Su rostro luce similar al policía de la serie de la que se volvió adicto.  

—Es un alivio saber eso. Vaya alivio —dice volviendo a suavizar la expresión de su rostro—. Estaré libre de cometer asesinato. No tengo que matar a ningún novio ladrón de la atención de mi hija. Esa atención la merezco yo, soy tu padre. Tu madre y tus estudios. Ningún extra entrometido. 

Sería una tragedia si lo del asesinato sucediera.

—Papá ya no soy una niña de inicial —me quejo. Era cierto no era una niñita—. Puedo tener novio si quiero —ya lo tenía. Si no lo decía era por temor a este tipo de reacción. Era por protección—. Si lo tuviera tendrían que respetarlo y tratarlo bien. Ser amable con él.

—Sé que estás en edad de amores, novios y flores, lo que sean que hagan hoy en día —dice asintiendo—. Pero no estoy preparado, no lo estoy. Nada de romances por ahora, concéntrate en estudiar. Espera unos años, ahí veremos.

—¡Papá! ¡¿Años?! —exclamo sin poder creérmelo, luego pienso un segundo y me relajo—. No lo dices en serio. Ya entendí, estás jugando. Es obvio. Siempre bromeando conmigo. 

—¡Hija! —responde de la misma manera alterada en la que antes lo he llamado—. Hablo muy enserio. Si quieres un padre criminal adelante tráeme un novio —reta abriendo lo ojos.

—Te conozco. No harías nada parecido. No eres así —replico negando el comportamiento que amenaza con tener.

—No me conoces lo suficiente. Hice cosas que no te creerías en el pasado querida hija —cuenta señalando aquella cicatriz en su hombro izquierdo—. Debiste conocerme en mi juventud cuando estaba en compañía de Jeong.

Jeong el amigo de mi padre de cabellos extra largos y alto de aspecto intimidante. Ya no tengo respuesta porque me estoy creyendo todo.

—¿Tendremos una linda cena sin ningún novio destinado a morir joven?

Yoongi iba a protegerte. Tenía que mantenerlo alejado de mi padre. Era demasiado hermoso y muy irreemplazable para perder la vida en plena flor de la juventud. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora