LIII

6.3K 717 37
                                    

—¿Terminaste? —dice Yein a mi lado impaciente por querer salir del aula de cómputo y dejar su frío ambiente.

—Guardo el trabajo y listo. Espero haberlo hecho bien —pongo el nombre indicado para el archivo. Esto de hacer trabajos avanzados en informática no era lo mío. Me sacaban un dolor de cabeza increíble.

—Estuvo fácil. Soy demasiado buena con esto de usar programas —presumía mi amiga alzando las cejas, dándosela de experta—. Bebiste pedirme ayudada. Estaba usando la computadora de a lado.

No era agradable escuchar una persona comentar sobre lo nada dificultoso que resulto cierta actividad cuando para ti fue todo un problema, una odisea.

—Pues no lo fue para mí, no tengo tus fabulosos dotes, Yein. Además, no podía pedir ayuda, la maestra tenía puesta su atención en los que somo malos en esto. Nos tiene detectados —comento mientras apagaba la computadora sin mucho cuidado—. Podemos irnos —digo tan pronto la pantalla de vuelva negra.

Anunciamos nuestra salida a la profesora encargada, todavía debía quedarse supervisando a los alumnos que seguían luchando por culminar la actividad de esta clase. Parecían tener muchas dificultades, mayores que las he tenido. Les doy animo.

Caminamos en paso lento hacia nuestro salón de clase. Aún nuestro recreo estaba lejos de llegar, no había prisa por llegar esperar la nueva clase.

—¿Lograste algún avance intentando convencer a tu chico de mostrarse? —pregunta Yein sosteniendo su cuaderno tan dedicadamente adornado de fotografía del famoso modelo que adoraba y seguía sus actividades. Ella también se mantenía curiosa por saber la identidad de mi animo escritor de cartas.

—Ninguno —contesto sintiéndome triste de pronto. Mi ánimo disminuye—. No he conseguido ningún progreso. 

Arma un pequeño alboroto comentando lo impaciente que estaría si estuviera ocupando mi lugar, alaba mucho y admira por mi paciencia. Aunque no estaba segura si esta iba ser suficiente para esperarlo.

Soy sincera con ella, consigo expresar el deseo creciente, las pocas ganas que tengo de seguir esperando en la incertidumbre por él, de mi necesidad de tenerlo físicamente presente y estar plenamente consciente de sus sentimientos expresados en sus cartas, consciente también de los míos. De poder soltar todo correctamente, estaba ahogándome. Yein nota mi desánimo, no duda en ayudar a subirlos con sus sueños locos, con sus fantasías románticas extremas. La pelinegra era hábil para crear historias irreales. Historias desarrolladas en un mundo mágico, no en este. A veces me gustaba pensar en las posibilidades que aquello fuera totalmente capaz de vivirse y no simples fantasías creadas por una adolescente llena por vivir un amor.

Quería aferrarme a la fantasía de viví un amor pleno a esta edad.

Con esas bellas ilusiones, finalmente llegamos al salón.

Las miradas alarmadas y cuerpos tensos de mis compañeros presentes se dejan notar pronto piso el umbral de la puerta. Me detengo un rato intentando descifrar sus acciones. Cuando ingreso encaminandome hasta mi sitio teniendo a Yein unos pasos atrás lo supe, mis cuadernos estaban fuera mi mochila, estaban totalmente destrozados, hojas que le pertenecen rotas cerca, tirados en el suelo acompañados por mis plumones multicolores.

Escrito con una misma tinta roja sobre la carpeta ponía:

"Te lo advertí. Maldita estúpida"


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora