Yoongi y yo estábamos parados en silencio en el lado opuesto de donde me encontraba. Él tomó mi brazo sin darme opción de reaccionar con la excusa de conocer la localización de Yein. Debía estar confundido al respecto porque mi querida amiga (por ahora no tan querida) me envió un mensaje donde avisaba haber salido a dar una vuelta con Daehyun. La muy maldita me ha dejado sola por ir con su nueva conquista, el chico de cabeza rapada de esa horrible cita doble. La mataría. Ya iban dos veces que hacía lo mismo. De una tercera no se iba salvar de mi furia.
—La has confundido —digo ante su posible error—. La tonta de Yein me envió un mensaje, fue a dar una vuelta. Así que no está aquí —doy conocer ese dato.
Arruga la nariz. Era tierno haciendo ese gesto.
—Me he confundido —responde llevando su mano hacia la parte trasera de su cabeza desordenando sus cabellos algo avergonzado de su error. Un leve sonrojo tiñe sus mejillas.
—No importa. Gracias por estar alerta —pongo una sonrisa—. Eres amable, Yoongi.
El pelinegro asiente, de alguna manera sé que no esta aceptando el cumplido.
—La música es bastante mala —indico.
—Lo es.
Afuera la noche seguía oscureciendo. Debía regresar.
—Debo regresar a mi casa —no esperaría que siguiera anocheciendo y no pudiera volver por mi cuenta. Mi amiga me había fallado para retornar juntas—. Espero verte en el regreso de clases. Sera bueno vernos. Adiós, cuídate —agito mi mano despidiéndome.
—¿Quieres que te acompañe? —pregunta rápido frunciendo el ceño, apenas soy capaz de entenderlo—. Me refiero a que quiero largarme de aquí también —sigue diciendo entrecerrando los ojos—. Además, si vas sola podrías tener un accidente. Estas propensa a tenerlos.
No puedo evitar sorprenderme.
—Me gustaría tu compañía —acepto. Sería una buena oportunidad para charlar con Yoongi—. Claro, si en verdad quieres acompañarme. No lo hagas si te sientes obligado de verme sola. En realidad no soy tan torpe. Puedo llegar de una pieza hasta mi casa.
—Si me sintiera obligado ni siquiera me ofreciera, créeme —es sincero cuando lo dice—. Te acompaño.
No insisto en hacerlo cambiar de opinión. El pelinegro dejo claro que quería acompañarme.
Sin agregar nada mas salimos de la ridícula fiesta los dos juntos.
Las calles de camino a mi casa están vacías. Si soy sincera estoy aliviada que Yoongi se ofreciera a venir conmigo. Era aterrador caminar sola por lugares así de muertos sin personas dándote una compañía involuntaria. Solía pensar que algún exhibicionista pervertido pudiera aparecer de repente causando conflicto en mi mente.
—Mis vacaciones están siendo una pérdida de vida —se me ocurre contarle—. Quiero regresar a clases, estoy contando los días para poder regresar.
—Aunque este aburrido en mi casa no estoy ansioso por levantarme temprano y arrastrar mi cuerpo hacia alguna aburrida clase —responde, enarca una ceja—. ¿Por qué razón tú sí?
Tardo en responder. Yoongi espera paciente, no me apresura para dar una respuesta, eso hubiera sido algo imposible de hacer para Yein y su impaciencia.
—Extraño a una persona —cuento la verdadera razón—. Por cosas que pasaron decidió alejarse, dejar de hablarme. Tengo una leve ilusión que en el regreso de las vacaciones cambie de opinión. Lograr alguna forma de comunicación con él. Aunque he determinado que no debo permanecer triste —he decidido depositar una última esperanza en el retorno de clases, si luego de una semana no existían señales de Mr.Swag dejaría todo donde quedo.
—Espero que esa persona cambie de opinión —dice bajito con la mirada fija en el suelo—. Sería un verdadero idiota si no lo hace.
—Ojalá sí —la imagen de las cartas perfectamente guardadas en la caja metálica que conseguí aparecen en mi cabeza.
—Sería un idiota —repite.
Tenía mucha razón sería eso. También lo apoyaría si soltaba otros calificativos.
—Sería una gran idiota —digo sintiéndome repentinamente molesta—. Si no fuera porque... —detengo lo que iba a soltar—. Debería estar enfada. Tengo ese derecho. No estar esperando un regreso. ¿Por qué tengo este carácter? —lloriqueo falsamente.
Sigo en mi catarsis interno por largos minutos que nos interrumpidos en medio de el regreso debajo de las estrellas.
Luego cuando me libero de ese globo de posibilidades en donde podía embarcarme hago diferentes preguntas a Yoongi dándome cuenta que estuve hablando demasiado de mí. Algunas en el inicio las responde sin mucho entusiasmo hasta que la conversación fluye con normalidad entre nosotros. Incluso suelta una sonrisita, la cual es un triunfo y se lo hago saber, él sigue sonriendo después de mi entusiasmo.
La sonrisa formada en sus labios me deja una rara sensación.
Casi sin darme cuenta ya estoy enfrente de mi casa.
—Esto es tuyo —dice sacando una hoja arrugada del fondo del bolsillo de su pantalón—. No seas tonta. Sé que no lo eres. Espero que entiendas. No lo abras hasta que me vaya.
Me deja confundida con la hoja arrugada en mis manos afuera de mi casa.
Mis dedos en el tacto reconocen dicha lámina blanca. Mi corazón late fuerte.
Desdoblo el fino papel. Las dos líneas que bordean su lado inferior y superior están presentes como presentía. No está escrita palabra alguna. Tampoco necesitaba que estuviera redactada alguna.
Mi corazón se agita aún con más fuerza. No sabía si era posible que lo estuviera en la magnitud que lo estaba.
Entendía. Por supuesto que entendía.
Corro a buscar si Yoongi aún permanece cerca. Demasiado tarde no hay rastro de él.
Por supuesto Mrs. Swag, dejaba la bomba explotar y desaparecía. Era su estilo.
Min Yoongi. Mrs. Swag. La misma persona.
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Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔
FanfictionMin Yoongi le escribirá cartas con el poco romanticismo que lo caracteriza. Harto del pesimismo él escribirá. Pero no es que a ella le preocupe mucho el romance. Sunhee, sabrá que las letras escritas en esas cartas es la música que proyecta la voz...