Min Yoongi le escribirá cartas con el poco romanticismo que lo caracteriza. Harto del pesimismo él escribirá.
Pero no es que a ella le preocupe mucho el romance. Sunhee, sabrá que las letras escritas en esas cartas es la música que proyecta la voz...
—¿Te gusta el rap? —pregunto tratando de empezar una conversación.
Yoongi se ofreció acompañarme hasta mi casa después del colegio, la suya queda en otra dirección pero él menciono sin que preguntara que no habría problema porque luego iría de compras a una tienda que se encontraba en la misma dirección. Yo no me había negado por supuesto.
Nos encontrábamos diariamente en los recreos. Incluso logramos salir nuevamente los dos solos pero no pasaban de salidas, el tema del romance no salía a flote del todo, pequeñas insinuaciones salían de forma esporádica. Somos los dos lo bastantes tímidos en ese aspecto, para confesar sentimientos de frente. De la misma manera que Yoongi eso me hacía sentir frustrada.
Decirle cuanto me gustaba, resaltar esa calidez que surgía cuando hablaba con él o leía cada una de las palabras escritas en las cartas. No había logrado confesar nada.
—Sí —el pelinegro amaba responder usando monosílabos y colocando su mirada marrón encima del camino. Podía comprender su personalidad, actitud gracias a lo que me iba describiendo en sus cartas.
—¿Quieres ser un cantante o un compositor? —tenía mucho interés en conocer en mayor detalle sobre su sueño. Ese sueño del que ya estaba al tanto.
—Estaría conforme realizando algunos de los dos —responde, sus pestañas se balancean, se remueve ligeramente el cabello—. Me gustaría poder lograr el éxito en ambas partes. Sería un gran logro. Todo un sueño, esa es la verdad sobre mi sueño —cuenta, una capa brillante aparece sobre él. Ensoñación—. No vayas contándolo por ahí —pide baja esa emoción que estaba alcanzando.
—Espero tener el honor de escuchar alguna de tus composiciones alguna vez —sin duda me emocionaba escuchar una canción creada totalmente por él—. ¡Ya lo estoy imaginando! ¡Sería genial! —exclamo.
—¿Crees que pueda lograrlo? ¿Me das el crédito de llegar a esa meta? —en su voz se percibe inseguridad que trata de hacer pasar desapercibida.
Asiento muchas veces con la cabeza
—Te ves decido. Apuesto por las personas decididas. Capaz de enfrentarte a los difíciles obstáculos —respondo sin confundir mis palabras—. Puedo notar que tu eres esa clase de persona. Incluso si estuviera a kilómetros de distancia podría notarlo. Esfuérzate mucho, verás tu sueño cumplido.
—Creeré tus palabras entonces. Aunque sé que lo conseguiré —contesta, se pierde ese rastro de inseguridad en su voz.
Muestra esa sonrisa radiantes, es ahora mi favorita. Quisiera que la tuviera siempre.
—Tienes una sonrisa una sonrisa hermosa —las palabras salen de mi boca sin que pudiera detenerlas.
El pelinegro en acción ante mi adulación da unos cuantos pasos rápido, me sobrepasa. Grito mentalmente por lo que acabo de decir, lo he puesto incómodo y me he puesto en evidencia a mi también. Debería golpear mi cabeza, me detengo de querer alcanzar el mismo ritmo de caminar de Yoongi, evitar dar la impresión de tener características de alguien excéntrico. Prefiero Camino unos pasos detrás.
Se detiene de repente haciendo que casi golpee contra su cuerpo, su espalda el específico, da la vuelta y nuestros ojos se encuentran.
—¿Quieres ir a un lugar conmigo? —pregunta en un hilo de voz, tragando audiblemente.
No he pedido permiso a mis padres para llegar tarde. Recibiría un regaño monumental cuando me apareciera en casa. Pero la propuesta del muchacho es tentadora, no puedo dejar de reflexionar que ir Yoongi es lo correctos, sus pequeños ojos fijos no ayudan que piense con claridad.
—¿No sabes cuál es tu mano?. Dedos, palmas, uñas, nudillos, ¿la reconoces? —dice haciéndose el tonto—. Dame tu jodida mano —su impaciencia sale a flote.
Lentamente llevo mi mano hacía la suya, sus dedos se entrelazan fuertes contra con los míos. El agarre se vuelve entrañable, acogedor, suave y algunos adjetivos extras.
—No es tan malo. Se siente mejor de lo que hubiera alguna vez concebido —susurra lo suficientemente alto, consigo entender lo que manifiesta—. Me gusta —agrega.
Estaba sintiendo electricidad recorriendo mi piel que hace contacto con la suya. Probablemente Yoongi la sentía del mismo modo.
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