LXXVI

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Si le preguntaban a Yein sobre sus vacaciones ella tendría una larga lista de sus aventuras que contar. Todas estas eran mínimas comparada con la mía. Conocer a Mr. Swag escritor de cartas. Min Yoongi fue fantástico. 

Aquel día hablar con el pelinegro fue confortable aunque la mayor parte anduve nerviosa, aunque felizmente no me traicionaron hasta el punto de hacerme pasar un rídiculo, no es que hubiéramos tenido una conversación filosófica o un mágico paseo de drama romántico. Ese encuentro había sido suficiente para alterarme el total de mis sentidos. Gracias a nuestra reunión estuve en las nubes durante lo restante de esa noche, seguía así por los siguientes dos días, luego esa emoción desapareció cuando Yoongi no llamó ni envió algún mensaje. Sentí que aquello fue el inicio de algo flameante que seguiría creciendo pero parece que me equivoque.

¿Por qué no me contactó de nuevo? ¿Por qué me mostraba quien era y luego desaparecía? Esas interrogantes carcomía mi cerebro.

—¿Vas a intentar conversar con él? —pregunta Yein después de soportar por treceava vez lo sucedido en mi "cita" y mi posterior decepción.

—Eso creo, eso tengo en mente —digo aún dudando de hacerlo—. Aunque no sé si es lo correcto. ¿No debería él acercarse primero? —intento rectificar lo que digo en el principio. Debería cambiar de idea.

—Entonces, ¿Vas actuar como si no lo hubieras visto ese día? Él te reveló quien era, es lo que querías. 

—Sí, eso quería —confirmo—. No sé si Yoongi quiere...

—Puede que el muchacho no sepa como actuar, los hombres suelen ser distantes cuando no saben expresarse —me interrumpe para decir—. ¡Dale un empujón!

Ya hasta había barajado dos posibles razones por las cuales mi escritor no volvió a tener ninguna interacción conmigo. Ninguna de esas ideas me gustaba. Eran horribles.

—Crees que yo tengo idea de como manejar esta situación —expreso llevándome una mano hacia el llavero que cuelga de la cartuchera de Yein—. Por supuesto que no. No tengo ni idea. 

—Es fácil. Vas con él, hablan. Tú tienes tu toque. Lo sabes —me anima mi amiga—. Y dejan que esta historia de amor escribir su camino hacia  un final feliz —abre los brazos simulando gloria, triunfo—. Todos felices. Y la hada madrina, osea yo, habré triunfado.

Lo hacía sonar muy fácil. 

—Me voy acercar —anuncio haciendo un puño—. Iré con él y diré lo primero que se me ocurra. Si no hice el rídiculo en el centro comercial, quizá hoy lo haga.

—Mi amiga Sunhee ya ha tomado valor, esta hada puede estar tranquila. Estoy orgullosa —agita en el aire su imaginaria varita mágica—. Háblale pero tampoco digas cualquier tontería, no lo asustes —aconseja en modo de burla—. Mi trabajo está realizado contigo. Iré por un panecillo estoy hambrienta, hoy no desayune en la mañana. 

Borrando posibles acciones que me hagan quedan en rídiculo. No debo. 




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Las clases de la mañana transcurrieron tranquilas, no hicimos mucho durante estas horas. Era el beneficio de ser el primer día de clases después de unas vacaciones nadie quería hacer mucho. Ni los maestros ni los alumnos. Me pareció perfecto. 

Tengo la misión de ir por Yoongi. Estoy completamente decidida a cumplirla.

 Yein se ha puesto en medio de un debate sobre un programa nocturno con otros compañeros respecto quien merece ser el cantante concursante ganador en la final que esta programada para mañana, defiende al concursante que apoya con fiereza. Dejándola en lo suyo voy por mi objetivo de caza.

Ubicando a Yoongi. Yoongi.

Mi sorpresa es grata cuando salgo del salón. El pelinegro está apoyado en la pared. Su uniforme escolar es impecable. Luce cansado. Atractivo. 

Su cabello me inspira querer acariciarlo y colocarlo ordenado hacia un lado que elija. 

¿Estaba esperándome?

Saludo. Una risita se me escapa.

—¿Cómo estás? —la voz me sale demasiado chillona. Tenía que seguir hablando con él como lo hacía antes. Sin trabarme, sin balbucear. Siendo normal.

—Has tardado, pensé que no saldrías —acusa.

—No sabía que estabas esperando, si hubiera sabido que esperabas no se me ocurría hacerte esperar —respondo. 

 —Esto de esperar a la chica no es divertido —se queja frunciendo levemente el ceño.

Iría al punto.

—¿Por qué no enviaste algún mensaje o llamaste después del día que salimos? —preguntó casi reclamando. Tenía derecho, creo. 

Me mira soltando un bufido incrédulo.

—¿Por qué no lo hiciste tú? —responde con una pregunta.

—Estaba esperando que tú lo hiciera. No deseaba ser inoportuna.

—Fui yo quien estuvo esperando, Sunhee. Estaba esperando que pienses sobre mí. 

Yoongi estuvo aguardando alguna respuesta de mi parte. Estuvimos en la misma encrucijada. Los dos estuvimos concentrados en recibir el comentario del otro después de la salida que dejamos de hacerlo por nuestra cuenta.

—Realmente estaba esperando alguna señal tuya. Estuve esperando. Me gusto salir ese día contigo, estuve esperando en ello la noche entera que llegue a casa —admito.

—Debiste hablarme entonces si querías verme. ¿Estuviste pensando en mí estos días? —acaba por preguntar en un hilo de voz.

Su voz empieza a gustarme.

—Sí. Mucho.

El pelinegro no estaba esperado tanta sinceridad de mi parte. Suspira con una pequeña sonrisa.

—Debo gustarte mas de lo que creo —murmura—. Es agradable saber que piensas en mí de esa manera.

El marrón de sus iris brilla, me dejo arrastrar por ellos.

El marrón de sus iris brilla, me dejo arrastrar por ellos

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Love Letters《》 Min Yoongi (COMPLETA) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora