Prólogo.

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Más de las mitad del Instituto estaba  reunida allí, y aun así el silencio era sepulcral, como si todos se hubieran puesto de acuerdo para contener la respiración hasta que el director llegara.  Cuando las puertas dobles del salón de conferencias se abrieron ruidosamente y el fornido hombre de cabello blanquecino se dirigió hacia el estrado con la frente en alto, la camisa apretada en la barriga y los lustrosos zapatos resonando por la fantástica acústica, todos los estudiantes se revolvieron sigilosa y nerviosamente en sus lugares, escuchándose como el aleteo de un ave.

En dos butacas de la cuarta fila, dos mejores amigas sufrían cada una a su manera. Una era toda seguridad y confianza por fuera, y en su rostro relucía una enorme sonrisa, mientras apretaba con furia la rodilla de su hermana del alma tratando de calmar los nervios que la comían por dentro. La otra, con el rostro casi traslúcido, no parecía notar su agarre de acero, ya que estaba muy ocupada arrancando con sus dientes lo poco que quedaba del esmalte oscuro  con el que tan prolijamente se había pintado las uñas la noche anterior.

-Buen día alumnos -comenzó a hablar el director luego de ordenar sus papeles por un segundo- Se nota su nerviosismo en el aire, así que trataré de hacer esto lo menos tedioso posible, nada de discursos extensos. Sólo quiero decirles que ha sido muy difícil elegir un ganador, ya que todos sus trabajos de investigación han sido de un nivel excelente. Elegimos a la pareja ganadora no sólo por tu trabajo impecable, sino por ayudarnos a entender mejor y darle otra perspectiva nunca, o muy poco considerada, a un tema que tanto los afecta a ustedes y que nosotros, los adultos siempre encontramos difícil de manejar. Sin más que felicitaciones, me resta decir que las personas que  conforman esta pareja, y por lo tanto ganadoras de una beca de intercambio a Australia con todo pago son…. -se detuvo para hacer una pequeña pausa dramática.

Las uñas de una de las chicas se clavaron en la rodilla de su amiga, que cubría  su cara con sus manos heladas y temblorosas, todo el salón de conferencias retuvo el aliento.

-Brooklyn Hoover y Alena Blackburn por su trabajo y sobre el bullying y…

Lo que antes había sido silencio ahora eran todo murmullos, tanto de maldiciones como felicitaciones a las ganadoras. Brook había soltado la rodilla de Alena y se había parado y exclamado “¡SI!” apenas escuchó que la nombraban, y mientras que  Ally se había deslizado hacia abajo en su butaca con un suspiro de alivio y las piernas temblándole. Tanto trabajo, tanto esfuerzo, tantos nervios, tanto corazón puesto en esos papeles y tantas esperanzas que habían construido juntas se veían amenazadas si fracasaban. Pero no había sido así, ellas eran las ganadoras, ellas se irían a Australia, ellas emprenderían un viaje que cambiaría sus vidas.

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