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–¿Estás segura que quieres hacer esto? –decía Yoongi con cierta intranquilidad en su tono de voz

–Tengo que hacerlo, necesito explicaciones Yoonie, no voy a dejarla morir sola ahí dentro

–Te ha lastimado mucho

–Sé que ella no tenía esas intenciones, la conozco y no es así. Espera aquí, volveré pronto.

Tragaste saliva nerviosa al estar parada frente a ese reclusorio, sí bien es cierto que tu familia y demás personas odiaban a la castaña, tu no le guardabas un rencor tan grande. Fue tu amiga por años y necesitabas saber su versión de la historia, no tuviste la oportunidad de verla después del accidente pero ahora estabas más que segura de hacerlo. Sería una situación difícil ver a aquella chica tras las rejas pero tendrías el valor para soportarlo.

Cruzaste la puerta en busca de alguien que pudiera ayudarte para poder visitarla y rápidamente te hicieron pasar a aquel cuarto de visitas.
Golpeabas suavemente la mesa con las yemas de tus dedos esperando y el sonido de las rejas deslizándose hizo quedarte estática.

La castaña tomó asiento en la silla frente a ti y sonrió apenada. Juntaste fuertemente tus labios reprimiendo las ganas de llorar al ver a la pobre con moretones por doquier y con un vendaje en la cabeza; realmente la estaba pasando mal.

–Yo-yo no sé qué haces aquí después de todo lo que te hice pasar –su labio inferior comenzó a temblar

–Escucha... eres mi mejor amiga desde pequeña y yo no sé qué hice mal para conseguir esa acción de tu parte  Katheryne, ¿qué te hizo ese sujeto? ¿Por qué me entregaste a él de esa manera?

–No es algo que quisiera recordar ______, pero si así lo quieres tú está bien –frunció sus labios –Yo lo amaba ¿sabes? Pero él sólo me utilizó para acercarse a ti sigilosamente. Ni siquiera yo lo sabía... el día que me llamó por tu nombre sentí un vacío dentro de mi pero nunca te odié porque no tenías la culpa de nada –las lágrimas comenzaron a caer por parte de la chica –Yo lo perdoné y cometí un gran error, porque él después me golpeaba, muy inteligente... nunca lo hizo en la cara para no levantar sospechas. Quería llamar a la policía y cuando lo hice –rió irónicamente entre su llanto –Me llevó lejos de casa y casi me mata, nunca nos encontraron.

Parpadeaste rápidamente intentando aguantar un poco más, no querías romperte frente a ella, no querías que se sintiera aún peor de lo que ya se encontraba. Si bien tenías sospechas de que algo malo estaba pasando en esa relación ahora lo confirmabas, era algo enfermizo.

–Él me obligó a llevarte hacia él, dijo que era la única forma de dejarme tranquila y lo hice, con la intención de denunciarlo nuevamente para salvar tu vida, pero no conté con que tenía compañía... incluso antes de llegar aquí, vigilaban mis llamadas y mensajes las veinticuatro horas... no tengo idea de cómo lo hacían y encima me volví cómplice de ese delito.... yo, no pude salvarte _______, no pude, si hubieses muerto yo... no-no –su respiración se volvió pesada y cubrió su rostro con sus manos para sollozar aún más fuerte llamando la atención de todos los presentes

–Yo te perdono ¿sí? –sonreíste sinceramente con los ojos vidriosos al borde de las lágrimas –Siempre confíe en ti y sabía que no lo hacías por causarme algún mal... pero descuida, él ya no podrá hacerte más daño, no más cuando le eche otro cargo encima por violencia hacia tu persona –tomaste sus manos y la miraste a los ojos –Me encargaré de que estés bien, no mereces sufrir de esta manera y lo sabes.

La castaña se levantó a la par de ti y ambas se abrazaron con tanta fuerza como hace meses que no lo hacían.
Fue la gota que derramó el vaso y hundiste tu rostro en su cuello dejando caer toda la tristeza que habías estado conteniendo desde que la miraste. Ella te sujetaba de los hombros temblando y ahogando gritos de desesperación e impotencia por no poder haber hecho algo mientras luchabas por tu vida en esa cama de hospital. Se maldecía a sí misma todas las mañanas y antes de dormir culpándose por haber perdido a su mejor amiga de aquella manera tan cruel y despiadada. Se sentía tan mal que deseaba que alguien la rompiera de tal forma cómo ella lo hizo contigo y es por eso que se dejaba golpear diariamente por quién fuera necesario, pero sentía que no era suficiente. Incluso aquella vez que la encontraron tirada en uno de los baños con su cabeza ensuciando el piso del fluido rojo que emanaba velozmente, cerró los ojos intentando dejar de respirar pero las autoridades actuaron mucho más rápido de lo que ella creía.

Y cuando te vio sentada impaciente en esa silla de metal, sintió el verdadero dolor, nada comparado con los moretones que adornaban su cuerpo por los golpes propinados de la noche anterior. Se rompió.
Y ahora se sentía satisfecha.

Pero a su vez estaba feliz porque recibió el peor de los golpes y era gracias a ti, había sido cómo devolver el apuñalamiento y eso lo agradecía, porque aunque ella lo hizo por la espalda, tu lo hiciste en su cara y sabía que tú jamás la hubieses traicionado de esa manera. Aunque fuera difícil, ella sabía que tú hubieras buscado miles de soluciones para no arriesgarla y simplemente ella no pudo.

No lloraba porque la habías perdonado, sino porque habías curado sus sentimientos de inmediato y sin embargo, ella aún no podía curar los tuyos. Pero confiaba en que tenías un buen hombre a tu lado para encargarse de eso y para cuidarte siempre.

Prometiste volver a verla pronto y ella solo asintió para regresar a esa celda fría y oscura. Sentiste pena pero no podías hacer mucho para sacarla de ahí, tenía que cumplir su sentencia y aunque no eran muchos años, tenías miedo de lo que podían hacerle durante su estancia.

Cuando saliste sentiste que podías respirar tranquila nuevamente.
Dentro del reclusorio el ambiente era totalmente distinto y las vibras no se sentían nada bien.

Yoongi se acercó rápidamente a ti y al ver tu rostro con las lágrimas secas que se posaban en tu rostro, te envolvió entre sus brazos reconfortándote, porque sabía que la plática había sido complicada y por lo visto la chica estaba sinceramente arrepentida. Pasó por su mente la imagen de la castaña con la cara golpeada y a ti intentando guardar la compostura para no romper en llanto, porque recordó la vez que fue a preguntar por ella y le informaron que la encontraron al borde de la muerte por una abertura en la cabeza a causa del mal trato por parte de las demás reclusas.
Por un momento se sintió mal por haber ido a esa casa a gritarle sin saber lo que había sucedido realmente pero el azabache era una persona que no controlaba sus impulsos en cuanto se tratara de una persona importante para él.
Enredaba sus manos en tu cabello para lograr calmarte, pues no le gustaba verte llorando de esa manera. En cuanto tu llanto cesó, te alejó rápidamente de aquel lugar y te llevo a casa.

"No necesitas torturarte de esa manera mi pequeña, yo voy a cuidarte por sobre todas las cosas y no volveré a permitir que algo te pase, así esté muriendo, lucharé por mi vida para estar siempre junto a ti"

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Un capítulo algo sad ¿por qué no? Jajaja

Gracias por seguir leyendo, kdcirles... me hacen súper feliz. Los amo :3

🌼Yoonie dice chao

» Just a Fan •• Min YoonGi & Tú «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora