Arrastro mis pies por el suelo, demostrando mi poco ánimo, como si fuera una completa idiota que no da para la vida. Busco en la cocina una botella de agua, mi garganta seca y carrasposa; vuelvo a sentirla cuando el sabor amargo desaparece, cuando el agua pasa hidratándola. Siento unos golpes detrás de mí, y encuentro por sorpresa el rostro demacrado de mama, que me mira con ternura y tristeza. Sonríe con disimulo estirando sus manos. Cierro mis ojos un momento con fuerza y cuando los abro de nuevo, corro hacia ella.
Es tan cálido y acogedor estar en este lugar, donde la persona que por miles de veces me ha abrazado de esta manera cuando más lo necesitaba. Aunque haya pasado todo lo que hemos vivido y discutido como locas, siempre voy a preferir este lugar, sea lo que sea. Mama fue una de las primeras que me llevo a su pecho para susurrarme al oído que me calmara y que nada podría pasarme ya a su lado.
-Sara ha venido.- susurra por encima de mi cabeza, cuando la brazo con más fuerza.- me ha contado lo que ha pasado. Para entender, tienes que escuchar.- suspiro fuerte.- deja el orgullo a un lado.
-No estoy en condiciones para escucharla.- me alejo para verla mejor, sin soltarla de la cintura.
-Está muy triste, en su voz lo pude notar. Procura por solucionarlo y no dejar que Tomas les haga daño. A los malos les gusta la debilidad de los demás.- aconseja.
-Veo que esta arrepentida, para habértelo contado.- digo tranquila.
Me observa por unos milésimos segundos, estudiando mi rostro e intentando decirme algo, por la manera en la mueve sus labios hacía arriba.
Mi madre siempre estuvo con nuestra amistad, cuando Sara y yo pelábamos. Mi madre intentaba convérsenme de perdonarla cuando cometía un error, de igual manera al sentido contrario. Siempre quiso que nuestra amistad fuera duradera. Como la última vez que el chico por el cual a ella le gustaba y lo mantenía en su boca (no deja de hablar de él) empezó a decirme cosas lindas y según él, le hablaba a Sara, solo para poder verme y estar cerca de mí, y el chico no me gustaba para nada. A Sara no le gusto obviamente y por tal motivo, en vez de discutir con él y reclamarle las cosas, fui yo quien recibió el sermón. Y duramos un mes si dirigirnos la palabra.
-Por ahora quiero pensar antes de hablar, no me gusta herirla cuando no estoy de humor.
Me separo del todo de su piel y recojo la botella de agua, dándole la espalda.
-Solo recuerda todos los momentos lindos que tuvieron las dos.
Mi madre no miente. Sara ha sido más que una prima, es mi alma gemela, que ha estado conmigo en las buenas y en las malas. Su manera de ver el mundo, alegra mis días tristes y me regalaba luz, cuando estaba llena de oscuridad. Siempre estuvo sin importarle lo que ocurriera en mi vida.
Desde pequeñas creamos un sueño que se convirtió en una meta, que cuando fuéramos grandes, siempre estaríamos juntas y nunca podríamos vivir sin la otra; sin embargo cuando le descubrieron el cáncer, nuestra promesa se hizo más fuerte, y con más razón no la puedo dejar ir.
Seré ingenua y creeré que ella no me traiciono, que fue un víctima de Tomas para hacerme daño y sé que es real, pero con solo imaginarme a Sara debajo del cuerpo de Tomas, hace que la sangre se me caliente causándome más daño.
El estado de mi madre sigue igual que antes, las ojeras debajo de sus ojos oscurecen más, y los años se le notan.
-¿Qué me estas ocultando?- pregunto otra vez sosteniéndole la mirada.
Pone una mano en la nuca y esquivándome la mirada, niega con la cabeza.
Podría pensar que algo malo, pero estoy intentando tener control en mi cabeza para no pensar cosas malas.
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ESTARÉ CONTIGO #1
Romance[COMPLETA] ¿Sabes que se siente que te roben la inocencia?, ¿Qué dejen marcada tu vida con un sabor desagradable? No, no lo sabes. Jugaba con mis muñecas cambiándoles la ropa a diario y creando casas imaginarias debajo de la mesa de comer, jugaba co...