CAPÍTULO 33

199 11 1
                                    


EMMA

El calor empieza a humedecer mi espalda desnuda, supongo que el calor de Alan es muy fuerte porque me empieza a desesperar. Me muevo para darme la vuelta y abrazarlo con ganas, aunque me estorbe el calor. Sin abrazarlo, lo extraño y necesito besarlo.

Me muevo con cuidado sin abrir los ojos, y estiro el brazo, pero este cae al colchón. Lo busco, pero solo siento el frío de las sabanas. Abro los ojos de par en par, y no veo nada, solo un pedazo de colchón frío.

Me quito las tres sabanas que de seguro el responsable es solo una persona.

- ¿Alan? - pregunto reparando todo el lugar.

Un sobre de color verde claro descansa sobre la mesa de noche, me acomodo bien asimilando la situación para despertar del todo, hasta que tomo la carta y abro con cuidado incorporándome con la espalda pegada en el espaldar.

"Bombón, no me agrada despedirme así, pero fue lo mejor, porque si me hubiera quedado viéndote dormir sobre mi cuerpo, no habría cumplido mi promesa. Te mando un beso sabroso y cuídate mucho, mi niña. Te voy a extrañar. Y por favor no me odies por querer cuidar de ti. Te quiero. Lo que necesites díselo a la nana. Te deje algunas cosas para que decidas en hacer algo, y por favor cumple las reglas que los guardias te dan. Cuídate mi bombón. Alan."

Me aclaro la garganta intentando contener el nudo que se forma. Hubiera sido de buena manera haberme despertado con la certeza de verlo a mi lado, besarlo hasta que frunza el ceño despertándose y sonreír cuando me veo a su lado.

Me siento vacía, con la necesidad de pensar y aclarar las ideas, pero lo que estoy haciendo es alejando a las personas de mi vida, con la razón de pensar e intentar arreglar algo que creo, no poder tener solución. Pero no quiero desmoronarme delante de las personas que quiero, estoy cansada que me vean como un objetó intocable, o con lastima. Quiero ser normal, y dejar a un lado todo. Odié a Alan por un instante cuando me dijo que lo sabía porque creí que había perdido la gracia. Por alguna razón mi padre estaba con Scott en la mansión, nunca pensé que fueran socios del mal, pero nunca que le contara lo que ocurrió conmigo.

Me pregunto ¿Qué tengo que hacer ahora que mi padre esta con Jaime? Por qué de seguro que lo están, y si es así ¿Por qué mi padre lo acepta después de todo? Creí que se había escapado por vergüenza o dolor de ver a su pequeña destruida, pero nunca pensé que le perdonaría algo así a ese hombre.

Después de medio aclarar las cosas, tengo el presentimiento que Jaime quiere atacarme. Y con obvia razón lo hace ya que fui yo quien dijo todo, porque Alan me dijo que Tomas iba a tomar venganza junto con su padre hacia la mujer que provoco que fuera a la cárcel.

Me levanto aturdida, con la cabeza pesada y el cuerpo molido. Vale, no sabía que el sexo era bueno y aún más placentero con la persona que uno quiere. Alan cuando me toca, es como un borrador que elimina recuerdos por dejar su huella, y es lo único que puedo sentir. Su amor y ese poder contra mí. Me siento segura de mí misma, y diferente.

Me pongo una camisilla de Alan, y unos bóxeres. Organizo la cama como puedo dejando solo una sábana por fuera. Desde que leí el mensaje de Alan no me siento bien. El ánimo se va al suelo, dejándome como una basura ¿Estaré haciendo bien las cosas? No puedo negar que tengo miedo que todo vuelva hacer como hace años atrás, que vuelva donde mi madre y ella acepte a mi padre y me toque que ver a Jaime. No, eso no lo quiero.

Unos golpes en la puerta me devuelven a tierra, dándome un susto de muerte.

- ¡Adelante! - gruño.

ESTARÉ CONTIGO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora