CAPÍTULO 38

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ALAN

La reunión familia va en pie y de buen ambiente. Me quedo anonadado al ver como mi familia se integra tan bien con la de Emma, todos contra todos hablan, ríen, comen y se entretienen con juegos de mesa. Todo parece estar bien, los niños juegan en la habitación de juegos y por un buen rato me escapo de los brazos de Emma, para darme una corrida en los vídeos con los chicos. Los gemelos no podían estar más felices conmigo, siempre querían estar detrás de mí. Algo que si me sorprendió mucho fue ver a mi madre con la madre de Emma hablando tranquilamente y riendo mientras bebían vino, e incluso escuche que se estaban pasando mascarillas para el cuerpo; mi padre no lo creía y poco después me invito a su despacho.

No podía creer que supiera todo lo que estaba haciendo con el detective y la misión de ayudarles a capturar a Scott. Por un segundo pensé que iba a explotar, pero me dejo sorprendido cuando me ofreció su ayuda y lamento lo que le paso a Emma. No pude negarlo y le dije que la quería y sobre todo para poder estar conmigo tenía que verla feliz y fuera de peligro. No me dijo nada más, que solo quería ver a Emma y decirle propiamente cuanto lo sentía y ofrecerle de la misma manera mi ayuda.

Tengo que contarle a Emma todo, pero no soy capaz de decirle la verdad. Prefiero que le cuente otra persona, a ser yo parte de su dolor. No quiero verla llorar ni dándose golpes de pecho cuando sepa la verdad. Si, suena egoísta y sé que debe de saberlo, pero no de mi parte. Mi padre y yo quedamos en que nadie más iba a saberlo, hasta que todo pase y tenga que ver a Scott de rodillas muriéndose, al igual que Williams; sería una fortuna encadenarlo y mandar al jefe de los patios para que le haga la vida imposible, hasta morir.

Cuando hablo con mi padre la vi tranquila y tomo las cosas bien, sin deprimirse ni caer en las manos del recuerdo. Fue fuerte y supo controlar lo que sentía. No quiero que llore ni que caiga en depresión ahora que nos vamos de viaje, lo único que quiero es, llevármela a conocer todo sitio hermoso que quiera ir.

Después de todos se despidieron de nosotros, mi madre se despidió muy diferente. La sentí menos seria conmigo, estaba más cariñosa como si estuviera en busca de compasión. No me nace abrazarla como intenta hacerlo, no puedo olvidar todo lo que nos hizo; así que por el momento la tratare de la misma manera.

Con Emma en mis brazos al cerrar la puerta después que los autos arrancaran. La tomo de las piernas y la encaramo sobre mi hombro dejando su trasero en pompa, le doy una pequeña palmada en el trasero y ella chilla.

- ¿Qué haces? ¡Bájame! – dice riéndose y con esfuerzo por estar boca abajo.

Camino por toda la sala con lentitud por pura maldad y me dispongo a subir las escaleras hasta llegar al cuarto. La suelto con cuidado sobre la cama revolcándole el cabello y ella soltando un largo suspiro, me mira incrédula.

-Serás descarado, estaba que me daba un desguince. – sé que queja.

Me rio tirándole un beso en el aire.

-Mueve el trasero y ayúdame a empacar. – entro al gran armario lujoso y saco dos maletas de la parte alta de la estantería cuando escucho su voz.

-¿Te estas ofreciendo en ayudar? No creo que esos deberemos te gusten.

Cuando tengo las maletas salgo a su busca y las dejo sobre la cama. Ella se corre un poco hacia un lado y ayuda abrirlas.

-Tenemos que dividirnos. Yo empaco tu ropa interior, la que yo deseo y tú empacas el resto como; mudas de ropas, zapatos, vestidos, corbatas, tacones y lo necesario.

- ¿Por qué solo mi ropa interior? – pregunta cruzándose de brazos. – Mejor dividamos de la siguiente manera; tú empacas mi ropa en general con maquillaje y peines y yo empaco la tuya.

ESTARÉ CONTIGO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora