CAPÍTULO 23

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ALAN

El color azul pulcro que cargan sus ojos se convirtió en un mar con fuertes olas, llenos de sentimientos difíciles de definir. Es una combinación de desilusión, sorpresa, rencor y dolor. Todo estaba en perfectas condiciones, creo, hasta que llego Williams, no comprendí su repentino cambio de humor hasta que sus lágrimas hablaron por si solas resbalando por sus mejillas. La he visto llorando y lo juro que no me gusta verla así, pero esta última vez me dolió ver su mirada desconsolada gritando de dolor y aún más cuando Salió huyendo como si hubiera visto algo extraño, algo que le asusta.

No sé qué hay entre ella y él fue como si ya se conocerá, por el tal saludo que él le dio en forma de burla, además vi en ambas facciones iguales como cuando fruncen el ceño, sus labios y algunos lunares del cuello.

Fue extraño.

- ¡Emma! - grita Sara cuando la ve huir, y antes de salir detrás de ella se gira hacia Williams y con cara de pocos amigos le dice. - No entiendo que haces aquí, pero ni creas que volverás a nuestras vidas cretino, porque todo esto es por culpa. - dice apretando la dentadura conteniendo su extraño y repentino enojo. - Mereces morir, hijo de puta. - escupe la castaña y creo nunca verla de esa manera.

-Veo que eres de la misma canalla de tu familia- ríe. - Vine a son de paz, para que deje de alterarse y explicarle a mi hija porque volví. - dice. - sé que no fue el mejor momento ni muchos menos como se comportó, sin embargo, quiero hablar con ella, aunque sea unos minutos.

La postura del hombre es rígida como las palabras que salen de boca, su voz ronca y su mirada inquietante como la de Emma traspasa los ojos de la castaña y de seguro le está rogando querer verla, sin embrago hay algo dentro de mí que no me deja confiar en él.

-No creo que ella aceda a hablar con usted, esta lo bastante dolorida, ella es una mujer que nunca olvida y como se comportó hace unos minutos es mejor que no pierda su tiempo.

-Soy su padre y necesito a mi hija. Nuestras indiferencias y todo lo que ha pasado en estos años, tiene una explicación.

Es su padre...

Ella nunca me hablo a fondo sobre su padre como para sorprenderme de su tal regreso, solo alguna vez me dijo que la abandono repentinamente sin ningún motivo, y ese día que lo dijo su expresión demostraba no querer hablar de ello.

Es triste ver como alguien que fue importante en su vida y repentinamente sin ninguna explicación esa persona desaparece, y aún más su padre que convivió con ella por algunos años. Desde un principio Williams no me dio buena espina, además quise romperle la cara y volarle el cerebro a la mierda y ahora que me acabo de enterar que es su padre, quiero sacrificarlo.

-Déjala en paz, está mejor sin usted. - murmura la castaña con baja de ánimos.

-Llevo tiempo en contacto con mi ex esposa, así que necesito hablar con Emma- dice. - No quiero ser grosero contigo, pero no te metas en problemas ajeno, eres muy astuta pero no creas que accederé a lo que dices. - el tono que empieza a tomar su voz no me agrada, estaré dispuesto a romperle la cara si le llega a faltar al respeto a Sara. - Has el favor de traer el trasero de mi hija acá.

Scott nos mira como si no le importará lo que está ocurriendo y se da paso hacia la mesa que está cerca de la piscina sentándose junto a unas chicas que le sonríen con malicia. Él es un hombre con pocos sentimientos y no importa lo que a los demás les pueda pasar, solo le importa sus negocios y en tener más lujos, algo que no me sorprende, no obstante, hay algo que sí le importa y de verdad. Mi hermana.

Sara se frota la frente irrita y sin tener más remedio, abre los ojos impresiona por lo que dijo y antes de decir algo da un grito ahogado.

-No puedo creer que hasta su propia madre la traicione. - desilusionada lo mira con frialdad. - ¿Mi padre lo sabe?

ESTARÉ CONTIGO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora