ESTARÉ CONTIGO #1

CAPÍTULO 10

Cuando mi vida se destruyó como un puente de cristal, deje de ver mi felicidad por convertir mi vida en oscuridad, pero el primer día que vi Alan, fue como una pieza de reparación para ese puente roto.

Me entra felicidad cuando lo veo sonreír sintiendo cosas extrañas adentro cuando me besa, o como cuando está cerca de mí. Esos ojos oscuros y penetrantes que inspiran maldad, mis ojos los reciben con bondad sin importar su lado oscuro.

A esto me refería de no ilusionarme. No quiero dar algo de mí que no puedan valorar. Tal vez pueda estar celosa de estar viendo lo que veo, pero más que eso estoy desilusionada. Me deje besar con falsa honestidad, deje que mis ojos se conectara con los suyos y me deje engañar por sus palabras bonitas.

Quede anonada al ver sus labios tocar otros y recordar que hace unas horas que fueron minutos para mí, esos mismos labios tocaron los míos. ¿La besa como me beso a mí? ¿Qué siente? Es un inútil estar pensando que él pueda sentir algo en tan poco tiempo, pero así como suena de estúpido, así de estúpida me siento. Me creí falsas ilusiones, pensando que todo era bonito y que tal vez el sentía lo mismo que yo siento. Las palabras que me dijo tirados debajo de las hojas del suelo, me dieron un gramo es esperanza. Y aún más cuando creí que le importa por su acto de celos con Stefan. Me doy golpes en la frente mentalmente.

¡Soy una estúpida!

En medio del beso tan apasionada que se lleva con la rubia de pechos grande, me mira y sus ojos conectan con los míos de inmediato, pero no trasmite nada más que desilusión y vergüenza. Suelta aquella mujer de sus manos, se limpia la boca sin dejar de verme y antes de ver lo que sucede, ignoro a julia que debe de estar viendo lo mismo. Recojo el buso y la mochila del suelo y me encamino a Sara que está a unos pasos lejos de nosotros.

Probablemente ella no vio lo sucedió y siendo así tengo la certeza que le hubiera hecho un escándalo o agarrado de las mechas a esa mujer. Lo que no hago yo, ella lo hace.

-Nos tenemos que ir.- digo con rapidez con la mano en el pecho y con un nudo en la garganta.

No es digno que le demuestre lo disgustada que estoy, y sé que aunque no deba de interesarme y parezca una inmadura, no quiero verlo con otra y menos como se besan en mis narices, sintiéndome como un culo y la burla de su noche.

-¿Qué sucede?- pregunta preocupada al ver mi estado, dejando la cerveza en el suelo. Me agarra de las manos y nos separamos del grupo de chicos con quien ella compartía. Les sonríe de forma de disculpa.

-Alan ha jugado conmigo.- digo apretando las palabras.

-¿Cómo que jugo contigo? No entiendo.- hace un mohín mirando hacia los demás y a él.

Me siento fatal por no haberle contado nada a Sara, ni ponerla al tiempo de todo lo que ha pasado con Alan, pero no he tenido el tiempo ni el lugar apropiado para desatascarme de todo, aunque no hayamos tenido muchos encuentros, pero si sentimientos de mi parte, y ahora vengo a pedirle ayuda de escape. Sé cómo puede reacción la morena, en ocasiones se comporta como mi madre, en el sentido de protección hacia los hombres.

-Sabes lo poco que ha pasado con Alan. - asiente ahora despreocupada.- Y acaba de besarse con otra chica, jugando conmigo.

-Maldito cabron. Debí de ver la escena y limpiarme el trasero con esa mugrosa de mujer.- mira hacia la rubia y saca la lengua sin que la vea.

-¿La conoces?- pregunto, mirando a su dirección. La castaña me mira y alza los hombros como si no quisiera dar explicación.

-¿Quieres que le una golpiza en la rostro?- señala hacia su dirección.- Sabes que puedo con ese idiota. A ti te hago respeta.- me señala.