CAPÍTULO 2

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EMMA

Cierro los ojos y miles de imágenes en especial una, cuando esos ojos negros captaron los míos de una manera extraña, por aquel desconocido que robo mi atención, su rostro era tan duro pero a la vez tan sensual de esos que hechizaría. Además mi mente se lo ha imaginado como el ángel caído de hush hush, que toda chica desearía tener. Es raro lo que pienso, pero más raro que alguien llame mi atención, al igual que Tomas, con la diferencia que odie cada palabra que salía de su boca. Hubiese aceptado un insulto más, de esos que son como una patada al trasero, menos de que nos volveríamos a ver y que tendría que pagar el daño que extrañamente yo le cause. Así que borro de mi mente esos ojos negros que de seguro están igual de venenosos como los de Tomas.

En sí, no quiero pensar más en todo lo sucedido del día, me basta con que mi tío nos haya humillado de esta manera, dándole otro motivo a mama para llorar y otro para tener que aguantármela. Y yo que juraba que podríamos dar un paso para arreglar nuestras indiferencias, tratar de que todo lo que ha pasado quede a un lado y poder disfrutar los últimos días con los abuelos. A finales de noviembre se marcharan de nuevo a México, para seguir con sus vidas y a luchar por tener la finca de buen estado, ya que el hombre que por muchos años cuido de ella y trabajo para tenerla a pie, se ha marchado por cuestiones personales. De seguro la abuela trabajara escavando para plantar semillas de aguacate o tomate, y el abuelo a bañar los caballos y ordeñar vacas.

Yo, probablemente que ya termine la universidad, me dedicare a conseguir un trabajo digno, no es que la tienda de ropa no sea buena, sino es que quiero trabajar en lo que he estudiado y además para ganar más dinero de lo gano ahora. Nuestra manera de vivir será mucho más amplia y fácil, en el sentido que no tendríamos que pagar más dinero, y podremos alimentar bien a mis hermanos y mama descansar de las horas extras.

Alcanzo de la mesa de noche el libro que me tiene estos últimos días enamorada, me aferro a mi librería que es una de las cosas que me relajan, porque dejo a un lado mi vida real y vivo otra en donde puedo sentir un poco de alegría y experimentar ciertas cosas.

Después de diez capítulos leídos y con ansias de leer más, el sonido de mi celular retumba en la habitación volviéndome al mundo real. Me molesta que me interrumpan cuando estoy concentrada en algo importante y más en estos momentos en donde la historia se hace más interesante y te provoca devorar el libro por las ansias, de cómo se desenvuelve el drama.

Suspiro y solo espero que la llamada sea para algo importante.

-Dime que si.- una voz chillona grita detrás de la línea llenando mis oídos.- por favor te necesito.

-¿De qué hablas?- pregunto confundida tumbándome boca arriba tirando el libro a un lado de mi cabeza.

-Una amiga de mi amiga ha hecho una fiesta, y estamos cordialmente invitadas. Será esta noche, en media hora comenzara todo.- dice en tono alegre mascando chicle, lo sé por el horripilante sonido que hace.- ¿Iras conmigo?

-No iré, sabes que no me gusta ese tipo de fiestas que te identifica.- me levanto de la cama para quedar sentada en una esquina de la baranda.- en donde hay sexo, droga, alcohol y hombres depravados que se meten a cualquier hueco.

Nunca he asistido a una fiesta de esas en donde solo se ven jóvenes de mi edad rodeados de licor, droga y sexo. Muchas cosas me lo han impedido, igual que mama, que no permite que participe a un lugar así, puedo entender sus motivos. Fíjate, cuando me invitaban algunas fiestas de mis compañeros, eso era la raíz de una discusión, le rogaba para que me dejase ir pero no lo hacía; podría llorar y hacer pataleta, y solo obtenía que le pusieran candado a la puerta como una prisionera. Solo he asistido a las fiestas familiares aburridas en donde solo te critican por tu estado actual, como te vistes, como comes y con las mismas preguntas de siempre, ¿para cuándo un novio? ¿Qué quieres para tu vida? ¿Cómo te vez en unos años? , aburrido.

ESTARÉ CONTIGO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora