Las horas pasaron volando para Logan, el solo se concentraba en seguir recostado sobre su cómoda cama durmiendo. Unos golpes en la puerta de la habitación lo despertaron.
Abrió lentamente los párpados observando con sus grisáceos ojos el ambiente. Volvieron a tocar la puerta. Estiró su cuerpo para levantarse y posteriormente caminó a abrir la puerta. Al abrirla se percató que era su madre con su hermosa sonrisa característica que siempre llevaba incluso en tiempos difíciles, como el que estaban pasando.
—Deberías rasurarte —.dijo Sofia curiosa mientras acariciaba la extensa barba de Logan.
—Si, yo también te deseo buenos días —.exclamó con sarcasmo. Su madre esbozó una sonrisa y lo abrazó.
—Buenos días amor —.dijo besando su mejilla con ternura, Logan abrazó nuevamente a su madre. Estaba muy feliz de tenerla con vida.
—Vamos, debes desayunar —.finalizó Sofia soltando el abrazo para caminar hacia la cocina.
—Está bien, me pongo algo decente y salgo —.dijo Logan mientras tocaba su pijama.
Giró sobre sus talones y entró nuevamente a la habitación. Tomó una ducha rápida e hizo sus necesidades. Luego, comenzó a preparar una parada de ropa nueva, esta vez con una camiseta color roja, un jean azul y unas zapatillas deportivas negras.
Finalmente se dirigió hacia el pequeño espejo aún con el torso desnudo y se miró en el. No había perdido nada de su físico que había ganado desde los diecisiete años, pues había empezado a practicar calistenia seguido. Tenia los músculos bien definidos que hacian ver a su cuerpo un poco grande
lo que le hacía ver aún más atractivo. Posteriormente miró su cabeza, estaba vez, prefirió mejor no peinarse ya que sabía que se iba a desarreglar más tarde, solo se dignó en acomodar su preciada barba la cual le tardó un buen tiempo en crecer.Después de arreglarse y todo, dió media vuelta, dispuesto a salir pero se detuvo en seco cuando lo miró. Estaba aún ahí, lo recordaba como si fuera ayer, lo extrañaba. Lo tomó rápidamente entre sus pálidas manos y abrió su rojiza portada, la ojeó unos breves instantes mientras lo acariciaba cada centímetro. Abrió el viejo cuadreno con delicadeza dejando al descubierto sus blancas hojas que con el paso del tiempo, se habían convertido en amarillentas y en una de ellas estaba impregnado su nombre con letras enormes. Soltó una sonrisa de felicidad y llevo el viejo cuaderno a su pecho, sabía que nunca más lo dejaría porque aquel cuaderno, era su diario.
—¡Logan! –.exclamó Peter a lo lejos sacando al joven de sus pensamientos -.¿no tienes hambre?
—¡Voy! —.respondió guardando su amado diario en donde nadie lo encontraría, en su mochila de viaje.
Salió a paso veloz de la habitación dirigiéndose a la sala, donde se encontraban todos desayunando.
Escuchó una que otra risita proveniente de la sala, pero a lo que entró todo se volvió silencio. «Genial».pensó sarcásticamente. Caminó disimuladamente hacia la cocina evadiendo las miradas de los presentes. Al entrar, se encontró con su padre.
—Hola papá —.dijo mientras tomaba asiento en uno de los sillones que al parecer, trajeron de la sala.
—Hola hijo, ¿listo para hoy? —dijo mientras llevaba café a todos los que se encontraban en el departamento.
Logan se dio una bofetada mentalmente. «Mierda lo había olvidado».pensó. Ayer, antes que todos se fueran a descansar planificaron lo que irían hacer hoy y quedaron en que bajarían a reforzar el primer piso, especialmente el estacionamiento para posteriormente bloquear las gradas que daban al segundo piso, siguiendo al pie de la letra el plan de Daniel. Necesitaban asegurar muy bien el edifico y sus vidas.
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LOGAN©
Science FictionSu vida era normal, como todo joven de 20 años. Era independiente, soltero, con unas os geniales amistades y una autoestima elevada. Todo parecía marchar bien, lo ascendieron en el trabajo a los dos meses de haber ingresado, sus padres le regalaron...