La noche culminó rápido dando paso a al manto del amanecer. El clima iba a ser perfecto durante todo el día. Bueno, era lo que parecía.
Unas consecutivas pisadas retumbaban sigilosamente por los pasillos de la mansión. Alrededor de cinco hombres cada uno con rifles; trotaban en los pasillos exteriores del segundo piso de la mansión. Continuaron trotando hasta llegar a la parte del estacionamiento al noroccidente del terreno donde una silueta vestida totalmente de negro les esperaba, apenas se adentraron dentro del estacionamiento se colocaron en línea atrás de Raúl.
—Buenos días señor —.exclamó uno de los hombres. El rubio se volteó.
Caminó hacia una de las mesas que se encontraba más cerca y de ahí tomó un par de armas.
—Tomen todo lo que les sea útil -.señalo lanzando una arma a A. Novoa -, estaremos unos días fuera así que preparen todo lo que necesiten... Salimos en diez minutos.
Nadie dio alguna objeción, al contrario, respondieron en coro:
—¡Si señor! —.y salieron a preparar los vehículos y lo que necesitaran.
Al haberse cumplido los diez minutos establecidos nuevamente todos se encontraban en la pequeña casa- establo, la cual era el estacionamiento de la mansión. Cada hombre se encontraba en sus asuntos preparándose para la salida a donde sea que fueran dado que aún no eran informados, la mayoría, sobre el verdadero propósito de la expedición.
Dentro del enorme estacionamiento habían alrededor de cincuenta autos, más de la mitad deportivos y a todo terreno; incluso habían vehículos modificados para este mundo post-apocalíptico. Habían desde Lamborghini, Ferrari, BMW, camionetas Jeep totalmente reforzadas, Audi, Y un si número de marcas más. Tenían lo mejor de lo mejor inclusive una decena, aproximadamente de busetas y todos los vehículos que caracterizaban a sus dueños, de color negro puro. En el centro, dos busetas con vidrios polarizados y blindados, eran preparados por los hombres para partir al exterior. Guardaban de todo un poco, comida, armas, bolsas con extraños aparatos, cámaras de vigilancia, equipo militar y también bolsas con ropa. No estaban seguros cuanto tiempo estarán fuera.
De pronto, un silueta se acerca había los vehículos también llevando lo que necesitaría. Todos se voltearon hacia el rubio. Uno de los hombres se acercó.
—Tenemos ya todo preparado, los vehículos ya están listos para partir -.Miró su reloj-. pronto amanecerá...
Raúl asintió mientras subía de copiloto a uno de los autobuses. Todos repitieron la acción. Tomó uno de los radios de la buseta y presionó el boton para posteriormente llevárselo a los labios.
—Abran las puertas —.la estática se comenzó a escuchar a través del radio.
—Entendido señor, las abriremos una vez les tengamos cerca —.y se cortó la comunicación.
Dejó el radio donde estaba y miró a A. Novoa, el cual iba de copiloto junto con otro hombre más en la buseta que él se encontraba.
—Arranca —.ordenó. A. Novoa lo hizo sin protestar encendiendo el motor y comenzando a avanzar hacia la salida del estacionamiento.
Salieron del estacionamiento por un pequeño camino empedrado que rodeaba la parte del frente de la mansión. Las dos busetas continuaron, armadas y preparadas hasta los dientes, por el camino empedrado mientras cruzaban por enfrente de la gran infraestructura de un color anaranjado con blanco y, en el gran patio, una hermosa pileta con dos estatuas custodiadola se encontraba en el centro del patio delantero.
Se alejaron a no más de cien metros de la mansión cuando una enormes rejas, cubiertas con láminas de metal y otras solo con llantas de vehículos usados, se vislumbraban. Y el camino llevaba a la salida donde dos enormes torres, protegían la entrada a la mansión. Hombres vestidos totalmente de negro custodiaban y cercaban las rejas vigilando cada centímetro de la mansión, cada hombre, algunos incluso adolescentes, estaban armados hasta los dientes.
Así era la seguridad y la vida de uno de los más grandes, sanguinarios, guerreros, grupos de supervivientes de todo el país. Hombres y mujeres con un uniforme que lo distinguían de los demás grupos, un color negro en toda la extensión de la palabra. Hombres y mujeres en donde la mayoría son ex convictos, sicarios, ladrones, violadores y en si: reclusos. Estaban divididos por secciones en todo el país, eran muy conocidos por sus torturas a los supervivientes que no se les unían, por acabar con grupos inferiores a ellos y temidos sobre todo por tener un gran Arsenal de armas en cada una de sus divisiones en cada condado. Su misión: gobernar el mundo. Son muy populares desde que el Armageddon comenzó, también conocidos como «The Black's».
Cerca de la entrada, la buseta, en la cual viajaba el Rubio, se detuvo. Uno de los hombres que custodiaba el perímetro se acercó a la ventanilla del piloto.
—¡Orden! —.exigió el hombre barbudo con aspecto de sicario y tatuajes por alrededor de sus brazos.
—Expedición —espetó Rubén robándose la atención del uniformado.
Este apenas lo miró asintió meneando la cabeza. Dio media vuelta e hizo señas con una de sus manos libres a uno de las Torres. El piloto de la buseta volvió a subir el vidrio. De pronto un sonido eléctrico sonó y las grandes puertas se comenzaron a abrir lentamente. Varios centinelas que rodeaban la zona, acordonaron la entrada en pequeños grupos de hombres, abriéndole paso al par de busetas. Apenas salieron despejaron el camino asesinando a los caminantes que se encontraban cerca.
Una vez el fuego cesó, el hombre rudo regresó y se colocó al frente de la buseta líder. Levantó el dedo en afirmación dando a conocer que el camino estaba momentáneamente despejado. Se apartó del camino y, posteriormente Raúl dio la orden a su piloto de arrancar. Las llantas rechinaron y las dos busetas salieron en dirección al pequeño Bosque.
Apenas cruzaron las puertas los centinelas, sin perder más tiempo, cerraron las puertas y asegurandolas nuevamente.
Mientras tanto en las busetas.
—Señor, en que dirección —.preguntó uno de los hombres que iba en la parte trasera de la primera buseta.
—Al pueblo —.ordenó el rubio.
El piloto rápidamente piso un poco más el acelerador ganando más velocidad. Comenzaron a conducir en medio de la seca hierva y a los lejos, un pequeño bosque se hacía presente. Por ahí sería su ruta.
Varios caminantes salieron de entre los árboles, guiados por el sonido de los motores, no eran más de cinco pero eran sumamente rápidos. Embistieron contra las dos busetas pero estas rápidamente los neutralizaron adentrándose finalmente al pequeño bosque.
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Hola a todos mis lectores espero que les esté gustando la historia. Quisiera saber que les pareció el capítulo nuevo. No olviden que cada lector nuevo me incentiva a seguir escribiendo, es como decir que son mi pilar.
Bueno sin nada más que decir.
¡Feliz lectura! Nos leemos pronto
—GoldPalacios.
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LOGAN©
Science FictionSu vida era normal, como todo joven de 20 años. Era independiente, soltero, con unas os geniales amistades y una autoestima elevada. Todo parecía marchar bien, lo ascendieron en el trabajo a los dos meses de haber ingresado, sus padres le regalaron...