CAP 5: Atrapado (II...)

808 70 8
                                    

—Eso estuvo cerca —dijo dando media vuelta. Comenzando  a caminar sin ánimo alguno, hacia el comedor.

Tomó asiento en una de las banquetas apoyando su mentón en sus manos.  Se olvidó de lo que le rodeaba, de todo el ruido que provocaban los infectados en la puerta. Solo se concentró en pensar  que haría ahora, sin su grupo.

[...]

Abigail continuaba manejando  por las calles de la ciudad. Le seguían la camioneta y la furgoneta.

Había pasado alrededor de media hora desde que habían salido, a duras penas, de su antiguo refugio. Aunque más que un refugio, era su «hogar».

Nadie articulaba palabra alguna. Solo se concentraban en conducir. Hace ya media hora que no sabían nada de Logan y John, pues habían decidido «abandonarlos». Pero tenían la esperanza de que ellos se salvarían.

El sol continuaba en su máximo esplendor. El cielo estaba sin una nube. El día estaba tranquilo dónde solo se escuchaba las llantas de cada vehículo sobre el asfalto y el grotesco sonido del motor del autobús.

Iban a velocidad media hacia las afueras de la ciudad. Donde se encontraba su nueva y definitiva ruta.

Santiago no apartaba ni un instante sus ojos de la carretera ni de Peter.  El cual continuaba inconsciente recostado en las piernas de Ana. De repente tomó  el radio  y lo encendió.

—A la siguiente cuadra hay un parque. Nos detendremos ahí

Abigail y José respondieron en afirmación.

Al llegar al parque dicho por Santiago, Abigail dobló hacia la izquierda,  adentrándose a un espacio cubierto dentro del parque.

Al adentrarse, se dieron cuenta que era una cancha de basquet. El autobús se detuvo unos pocos metros más lejos de la mitad de la cancha. Le siguió la furgoneta y finamente la camioneta.

Al estacionarse, Santiago apagó su vehículo, tomó su rifle y salió.

El ambiente estaba muy tranquilo.

Al ver salir a Santiago de su camioneta,  todos lo siguieron. Apagaron sus vehículos, cada quien tomó su arma y salieron.

Todos caminaron hacia  Santiago.

—¿Porque nos detuvimos?  —.preguntó Samanta
con voz neutra.

Todos se acercaron a escuchar a Santiago.

Miró a Sofia, la cual, estaba apoyada en el hombro de Margaret. Estaba triste, con una mirada completamente pérdida.

—Nos detuvimos aquí por un solo motivo –.expuso  mirando a todos –, y todos lo saben.

Anders se apresuró en responder.

—Esperaremos a los muchachos —.lo dijo siendo más una afirmación que respuesta, pues consideraba que esperar a los jóvenes era lo justo.

—Exacto –.dijo mirando a Sofia–, en verdad lo siento Sofi. Pero éramos nosotros o ellos... Debes entenderlo.

El ambiente comenzó a tensionarse.

Sofia miró a Santiago sin expresión alguna para finalmente accedió a esperar a su hijo.

—Esperaremos hasta el anochecer.   Si no llegan....continuaremos.

Todos se miraron los unos a los otros sin saber que decir.  Sabían que esperar a los jóvenes era su obligación, pero también sabían que debían continuar si querían seguir con vida.

Finalmente todos accedieron a las ordenes de Santiago. 

—Si vamos a esperar hasta el anochecer.  Deberíamos organizarnos, para evitar un ataque de esos malnacidos —.expuso Daniel.

LOGAN©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora