El sol mañanero reinaba los cielos de una manera sobre acogedora. El clima iba a ser perfecto todo el día.
—Deberíamos irnos de aquí —.sugirió Bella mientras tomaba una de las canastas de ropa limpia.
Logan la miró frunciendo el ceño.
—No veo la urgencia.
—Sabes muy bien a que me refiero —.espetó mientras dejaba la canasta en el piso junto a otra.
El joven dejó la revista que estaba leyendo sobre el sofá y se levantó a ayudar a la rubia.
—No podemos irnos aún —.sentenció pasando por al lado de la rubia, tomando la canasta de ropa en sus manos.
—Si podemos.
—No, no podemos. Entiende.
La rubia se cruzó de brazos mientras observaba al castaño alejarse por las gradas hacia el segundo piso; dejándola por la palabra en la boca. Logan, sin querer discutir el asunto continuó subiendo hasta que la rubia lo detuvo.
—Vendrán por nosotros —.el joven se detuvo en seco. Aquella afirmación lo puso a indagar en el tema. Después de unos segundos, fingió no haber escuchado y continuó su camino dando por terminada la conversación.
Al llegar al segundo piso, entró por una de las habitaciones y colocó la canasta de ropa en la cama. Se sentó en ella y soltó un audible suspiro por la boca.
De pronto el sonido la cadena del inodoro retumbó en los oídos del joven logrando, levemente, asustarlo.
—Hola Logan —.saludó mientras salía del baño. El joven la miró.
—Hola, aquí está tu ropa, espero que la ordenes en tu armario —.dijo mientras se colocaba en pie saliendo de la habitación.
—¡Está bien! —.exclamó la pequeña observando como el castaño salía de la habitación.
Caminó hacia la canasta y comenzó a sacar toda su ropa. Volvió su visita hacia el armario y comenzó a guardarla en el.
Bella continuaba terminando el desayuno con apuro pues ya eran más de las diez de la mañana. Escuchaba claramente cada pisada en el segundo piso y en las gradas, y claro, las aves rechinar a través del bosque que los rodeaba. Poco estaría decir que aquella cabaña era en parte, «un lugar suguro». Aunque, en su memoria, seguía grabado aquellos hombres vestidos de negro. No sabía a Ciencia cierta quienes eran, y no quería ni pensaba averiguarlo solo tenía en mente una referencia clarísima de ellos: «eran peligrosos». Aquella muerte de ese desgraciado chico la dejó perpleja y asustada. Procurada por el simple hecho que no vivían muy lejos de ellos y con la duda carcomiendole por dentro.
«¿Nos habrán visto?» pensó con preocupación.
Bella estaba preocupada, aunque no era la única, Logan también lo estaba pero con la diferencia que el intentaba ocultar esa preocupación pues no quería irse de aquel lugar. Pensaba en sus adentros, que ahí estaban bien. Talvez suene egoísta, pero quería y anhelaba permanecer con vida, alejados de todos esos «Malparidos», aunque dicho pensamiento contra ataque a su búsqueda de sus familiares de los cuales, no tenía ni la remota idea de donde se encontraban en esos momentos, si se encontraban aún con vida o no.
Terminó rápidamente de ojear la revista y caminó hacia el comedor. El desayuno ya estaba servido. Se sentó en frente de la rubia, ignorando por completo su expresión de preocupación. Ella se quería ir de ahí cuanto antes.
Logan comenzó a comer como si nada. Bella frustrada de la indiferencia del joven, soltó un puñetazo contra la mesa que hizo sobresaltar al joven y a la niña.
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LOGAN©
Science FictionSu vida era normal, como todo joven de 20 años. Era independiente, soltero, con unas os geniales amistades y una autoestima elevada. Todo parecía marchar bien, lo ascendieron en el trabajo a los dos meses de haber ingresado, sus padres le regalaron...