CAP 8:Cabaña (VI...)

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Logan rápidamente introdujo seis balas en la recámara del revólver sin apartar la mirada de los infectados trás las rejas, ellos tampoco lo hacían.  Bella sujetó a su hermana de su mano y ocultó el rostro de la pequeña en su abdomen.

Como si fuera una ocasión especial, todos los infectados se encontraban estáticos, inertes, sin moverse; esperando pacientemente un mínimo movimiento y para atacar. Esto, al muchacho le pareció extraño y a la vez curioso. Volteó ligeramente la cabeza en dirección a Bella.

—Trae las armas —.ordenó en un audible susurro. Bella asintió y entró cuidadosamente a la casa.

El joven continuaba atento a los movimientos de sus «invitados», atento  a sus gemidos inclusive. Un escalofrío lo tenía prisionero por completo, sus nudillos ya se encontraban blancos de la fuerza que ejercía sobre el mango del revólver.

Siguió de reojo a Bella mientras entraba a la casa junto a su hermana. De pronto, el peculiar grito de un zombie dio una «alerta». Todos sus acompañantes, alrededor de treinta, se unieron al grito.

El joven levantó su revólver por instinto.

Acto seguido del grito, lo peor había comenzado. Todos los infectados comenzaron a embestir con fuerza a las rejas, comenzando a golpear con todo a la infraestructura.

—¡Carajo! —.exclamó comenzando a disparar al primero que se le cruzara en la mira del revólver.

Primer disparo, acertó de lleno en la cabeza de la mujer que tenía  medio cuello mutilado. Segundo disparo, acertó en la cabeza de un hombre obeso. Tercer disparo,  acertó de lleno en la pierna de un infectado que empezaba a treparse.

Continuó disparando a diestra y siniestra a los zombies que intentaban trepar las rejas, deteniendolos en el acto. Después de un par de disparos más, Bella salió con su rifle de asalto y comenzó a disparar a los que podía.

La situación se comenzó a tensionar más, al punto, que con el ruido que provocaban las armas, más infectados salían del bosque. Parecían nunca acabarse. Logan, cansado, hizo señas a Bella para que lo escuchara.

—¡¡Ve por Sarah!! –.vociferó volviendo a disparar –.¡Cambio de planes! ¡¡Tenemos que irnos de aquí!!

Bella meneó la cabeza en señal de afirmación, dio media vuelta y se adentró a la casa a por la niña. El joven volvió a disparar mientras caminaba hacia el convoy.

Los infectados cada vez intentaban escalar pero las balas del joven los detenían de contado. Otros, comenzaron a hacer presión en una de las rejas la cual, por tanto peso, se iba deformando rápidamente hacia dentro. Un infectado, de gran condición física, logra escalar la balla.

Logan logra visulizarlo, pero no es lo suficientemente rápido y el infectado logra entrar y comienza a correr a toda velocidad en dirección suya. Levanta el revólver intentando disparar pero, antes de que siquiera coloque su dedo en el gatillo del arma, el infectado se lo abalanza encima derribandolo en el acto.

Comenzó a forcejear a muerte con el robusto hombre el cual lanzaba mordidas por doquier. Logró bloquear justo a tiempo su guardia baja con su brazo derecho de manera horizontal hacia delante y con su brazo izquierdo logra cogerlo del cuello para que no pueda morderlo. El joven debe admitirlo, el malnacido es fuerte.

Mira fugazmente hacia la entrada sin deshacer su defensa con las manos; esperando impaciente mente que las chicas salgan. Dirige su vista hacia las rejas y observa como otro infectado esta a centímetros de trepar la reja. 

«¡Demonios!» maldijo en sus adentros empujando con sus piernas en posición de feto al infectado que lo tenía encima, arrojándolo unos cuantos metros de él.

Se coloca de rodillas comenzando a buscar su revólver entre la hierba. Lo toma rápidamente pero nuevamente el zombie lo embiste y lo deriva. Con su mano libre, la zurda, toma el cuello del zombie con toda su fuerza y lo detiene antes de que le clave un mordisco. Acto seguido coloca el revólver en la cabeza  del infectado, cruzan miradas de odio y miedo y el joven  finalmente dispara.

El sonido del disparo lo deja medio atentando observando como el zombie se deja de mover. Lo aparta por instinto.  Se vuelve a poner en pie y visualiza a otro zombie a metros de entrar a la casa, ya había cruzado la reja. 

—¡Mierda! —.maldijo disparando al zombie de lleno en la pierna.  Acto seguido recibe otro disparo, pero esta vez en la cabeza; por parte de Bella.

Logan la mira con apuro y nerviosismo. Bella tiene todo listo, las armas y ropa, todo.

—¡Al convoy, ahora! —.ordenó, las dos hermanas corrieron en dirección al auto. Logan volvió a disparar a los que podía siguiendo a las rubias en el acto.

Sarah no dejaba de llorar del miedo mientras se metía a los asientos de copiloto. Bella comenzó a guardar presurizada las armas dentro del auto, Logan entra a ayudarla.

Al terminar corrieron en dirección a los asientos de piloto y copiloto se adentraron y cerraron la puerta en el acto. El joven giró rápidamente la llave dentro de la ranura del auto. Este comenzó a rugir. Giró con apuro el timón, movió la palanca colocándole en primer, piso el acelerador y aceleró hacia la parte trasera de la casa. 

—¡Sujetense!

Las rubias se colocaron el cinturón de seguridad y se aferraron fuertemente a el. El joven subió la velocidad mientras observaba con detenimiento a las rejas, las cuales,  se hacían cada vez más cerca.  Volvió a acelerar y acto seguido, se estrelló contra las rejas con todo.

La balla salió disparada junto con la carrocería del convoy, los cuales terminaron en la bajada de la colina.  De pronto, las rejas principales cedieron dando paso a la manada de infectados los  cuales comenzaron a seguir a toda velocidad al convoy.

Logan a menos de un metro de haber derribado la reja, detuvo el auto.  Miró por uno de los espejos retrovisores comenzando  a retroceder.  Su objetivo era deshacerse de la reja que seguía sobre el auto y que había trizado una parte del parabrisas, mejor dicho, un pequeño rasguño.

Una fría gota de sudor descendió desde la parte trasera de su cabeza, recorriendo la piel de su espalda. Miró nuevamente a través del espejo retrovisor y un fuerte golpe llamó su atención. Otro golpe más seguido junto con gemidos perfectamente audibles. Ya tenían a los caminantes encima.

Comenzaron a rodearlos rápidamente colandose por el frente, por los lados y por atrás.

—¡Mierda! —.masculló el joven mientras giraba el timón en dirección a una de las aperturas de los árboles que llevaba al camino empedrado. Movió la palanca con fuerza, pisó el acelerador y salió a toda velocidad hacia los árboles.

LOGAN©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora