HUMANTALE "Mi Trabajo Es Protegerte" (FRANS) [COMPLETA]

Cap 32: Diles La Verdad

Flashback

- Así que... ¿Un chico, eh?

- hehe, bueno, en realidad es un monstruo.

- Vaya Frisk, eso sí que es un poco extraño... Y, ¿Tiene tu misma edad?

- En realidad, es algo complicado. En la superficie sí, pero en el subsuelo no. La magia de aquellos magos, alteró un poco la edad de los monstruos al estar bajo tierra tanto tiempo. Realmente él debería tener 18, pero, aquí arriba los humanos solemos hacer las cosas a nuestra manera, ya sabes. Por lo que los monstruos tuvieron que adaptarse a nuestras costumbres y por así decirlo "cambiar sus edades" cuatro años menos. Por eso a simple vista te puedes dar cuenta de que aparentan ser mas grandes de lo que realmente son. Es una cosa extraña, lo sé.

- Se ve muy complicado. Como sea, no se mucho de amor, pero... Mas le vale que no te lastime, Frisk.

- No te preocupes, Kai.

Fin del Flashback

Dos hermanos se hundían abrazados en el dolor y la angustia de ver a su mejor amiga dormir en las últimas. La esperanza de todos quedaba en la miseria.

- No sé lo que significa estar en coma, pero no es nada bueno, ¿verdad? - preguntó el inocente a su hermano mayor, derramando lágrimas sobre su chamarra.

- No, Papyrus. La estamos perdiendo.

De repente, alguien abrió la puerta

- ¿Tori? - pronunció sorprendido el mayor, observando entrar a la madre de la paciente, que no había dirigido la palabra a ninguno de sus amigos. Ella dio un gran suspiro, para luego tomar la mano de la niña. Su aspecto era muy descuidado, jamás la habían visto así. Últimamente sus otros dos hijos quedaban encerrados en su casa y se les prohibía salir.
El ojiazul se apiadó de ella y le entregó un abrazo reconfortante.
Entre los sollozos de la mujer, el mejor amigo de la niña intentaba reestablecer una conexión con ella, debía volver a ganar su confianza.

- Perdóname... - se disculpaba el de la chamarra, aferrándose a las largas vestimentas de la mujer.
Ésta se negó a contestar, pero algo dentro de ella le decía que debía ablandarse. Un extraño sentimiento amoroso y maternal, sabía que después de todo, eran sus amigos y estaban sufriendo al igual que ella.

- Lo lamento, Reina Toriel. - acotó Papyrus sin soltar la mano de su amiga. - desearía haber estado ahí para cuidarla... - este comentario disgustó un poco a su hermano.

- También yo, Papyrus. - fue lo único que se dignó a decir la mujer, para luego soltar al mayor y dirigirse fuera de la sala, sin apartar la mirada a Frisk.

En casa, Chara se apretaba las manos, cabizbaja.

- Asriel... - lo llamó la ojirubí. Éste acudió rápidamente a ella. - Tengo que decirte algo...

- ¿Qué sucede, amor? - la tomó por la cintura y apoyó su mentón en el hombro de su novia.

- Todo esto es mi culpa. Hice un trato con Jennifer.

- ¿Qué? ¿Cómo es eso?- la soltó de inmediato, haciendola sentar en el sillón, a la vez que le prestaba atención.

- El medallón, Asriel. Creo que es eso... Yo se lo quité y entregué a Jennifer. Pero no le digas a mamá. - el chico se quedó muy pensativo, analizando lo dicho por su novia. - ella estaría muy descepcionada de mí. Es mi error y yo debo arreglarlo, hablaré con ella.

- ¿Por qué lo hiciste, Chara? - preguntó Asriel con un tono de voz bastante serio y preocupado, se encontraban en un gran problema del que no sería fácil salir.