Cap 41: En Busca De Jennifer

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Ya estaba todo ordenado, fue un gran y tedioso trabajo, pero por fin lo logré. Las medias en sus cajones, las almohadas limpias en la cabecera de la cama, las sábanas tendidas y el remolino, pues, como estaba. Me recosté soltando un gran y profundo suspiro, me cubrí hasta la cintura con la sábana y observé lo bello que había dejado el lugar. Me acurruqué entre las sábanas y sentí levemente el aroma del albino, deduje que Sans no acostumbraba a dormir en su cama, ya que se quedaba dormido en cualquier lugar que le apetecía. Además, esto era muy lógico, ya que es demasiado vago como para acomodar su cuarto, y dudo que le sea cómodo dormir en un lugar como su habitación cuando no la ordena.
De todos modos, el cansancio volvió a aparecer y cerré mis ojos con una sonrisa, ya que se me hacía un poco extraño dormir en la mismísima cama de Sans y hablando de Roma, este sensual señor abrió la puerta de golpe y cayó al suelo perdiendo el equilibrio. De inmediato me di cuenta que había tomado de más, y mi teoría dejaba de ser teoría al ver esa botella de cerveza reposar casi vacía en sus manos. Me levanté somnolienta y me dirigí a él, cerré la puerta y bebí lo poco que quedaba de su cerveza, "un poco no me hará mal", pensé. La dejé a un costado de la entrada y ayudé a Sans a incorporarse, pero este no reaccionaba.

- Hey Sans, ¿podrías levantarte por favor? - pregunté con una voz y postura mandona, tomando sus tibias manos con delicadeza. Él, aún con sus ojos cerrados, arrojó un par de inconscientes manotazos hacia mi, y como soy muy ágil fui capaz de esquivarlos todos. Me enfurecí, incrédula y preparé mis puños para intentar despertarlo. Dos de ellos fueron suficientes para que se levantara muy mareado y cayera sobre la cama, lo cubrí con las sábanas y me acosté a su lado.

- Auch, n~no tenías que "hip", ha~hacer eso cariño... - lo observé con enojo. - con un beso bastaba hehehe~
Por más que quería, no podía enojarme con él, sus irritados ojos azules ahora se encontraban rojos y entrecerrados, su sonrisa se iba desvaneciendo mientras caía lentamente en manos de Morfeo. Su enrojecido rostro y su cabello despeinado, como si se hubiera metido unas largas horas en aquel extraño remolino. Parecía que intentaba no dormirse, ya que cada vez que cerraba sus ojos, volvía a abrirlos de golpe y me decía que me amaba, pero no debo olvidar mencionar que en cuanto despertaba reía sin ningún sentido y yo solo intentaba callarlo.

- Shhh, calla... - decía mientras revolvía su cabello observando como entrecerraba sus ahora achinados ojos.

- Te "hip" amo, Frisky...

- Shhhh, yo también cariño, ahora duerme ¿si?

Tomé su cabeza con ambas manos y la recosté sobre mis pechos. Tenerlo dormido encima mío me hacía sentir un poco incómoda, la música se escuchaba muy bajo desde su cuarto, pero de alguna forma se me hacía imposible dormir.
Lo observé nuevamente, no quería despertarlo, pero a veces suelo aprovechar cuando está ebrio para preguntarle cosas que realmente quiero saber, o cosas que quería que me compre y anteriormente había dicho que no, ya que de esa forma podría estar segura que sería totalmente sincero conmigo.

- Sans... - tardó un poco en contestar, pero luego volvió a la realidad y me miró con notable esfuerzo en sus ojos. - ¿puedo ir contigo mañana a hablar con Jennifer?

- No. - Vaya, realmente creí que funcionaría, pero incluso ebrio prefería dejarme sola y aburrida en la casa.

- Que malo... - contesté con voz de víctima, el desvió la mirada ignorándome, lo que me hizo enfurecer aún más y opté por parecer desinteresada. - Bah, igual ni quería. - No me contestaba, en ese momento me preguntaba si había hecho un curso para hacerme enojar o algo así, me sentí realmente ignorada.

- Es por tu bien, Frisk. Tranquila, ya arreglé con Jennifer cuando tú escapaste de aquella dimensión. - dijo fríamente y volvió a acomodarse, parecía como si al hablar del tema volviera a estar totalmente cuerdo y consciente. ¿Arreglar con ella? Me preguntaba qué demonios había arreglado para que ella entregara la otra mitad de mi alma. Él me puso entre sus brazos presionándome contra su pecho, me veía como su pequeño peluche para dormir. Solté una leve risita, correspondiendo a su abrazo mientras lo observaba dormir. Pasamos un rato de esa forma, hasta que escuché sus ronquidos y cerré mis ojos. Sus lentos latidos me devolvían el sueño y el color a mis mejillas y verlo así solo hacía que mi respiración se acelere. De pronto, caí en sueños a su lado.

Las ráfagas del sol en mi rostro me despertaron, abrí los ojos y busqué a Sans con la mirada, tanteé toda la cama pero me encontraba sola. Me incorporé un poco somnolienta y caminé a pasos lentos hasta la puerta, la abrí con pereza y me sorprendí al ver que no había nadie en la casa, pero todo estaba muy desordenado. Abrí la puerta de la habitación de Papyrus, para ver si estaba ahí, pero solo me encontré con una nota en su cama que decía que se había ido a intentar conquistar a Mettaton. Al instante me imaginé a Sans leyendo la nota y derrumbando todo a su alrededor, pero si eso hubiese pasado ya me habría despertado con sus golpes.
Bajé las escaleras un poco aterrada, no me gustaba estar sola y mucho menos en casa ajena. Al mismo tiempo me preguntaba como mi madre había permitido que me quede a dormir en la casa del hombre del que no confiaba, pero no encontré ninguna respuesta a mi pregunta.

Me dirigí a la cocina en busca de algún aperitivo, ya que estaba muy hambrienta, pero me encontré con alguien que sinceramente no esperaba ver.

- ¿Chara? ¿Qué haces aún aquí?

- Eso no importa.. Sans salió hace poco, ¿estas lista? - preguntó extendiendo su mano hacia mi, con una sonrisa macabra y traviesa.

Me dio un fuerte apretón de manos y fui rápidamente a lavarme la cara, mi blusa estaba manchada con un poco de cerveza, por lo que fui al armario de Sans y me vestí, cubriendo la mancha con su chamarra azul, que extrañamente no se llevó consigo. Al bajar nuevamente recibí unas risas burlonas por parte de Chara.

- ¡Eso te queda enorme! - decía mientras reía a carcajadas. Yo solo hice un puchero y besé las mangas de la chamarra en señal de que a mi me gustaba y eso era lo único que importaba, luego la tomé del brazo para salir lo más rápido posible.

Luego de un rato de parecer dos espías o más bien acosadoras del albino, por fin vimos cómo llegaba a la casa de Jennifer, nos ocultamos tras unos arbustos y esperamos a ver que sucedía...

HUMANTALE "Mi Trabajo Es Protegerte" (FRANS) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora