Cap 23: La Reina Del Subsuelo

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~Narra Narradora~

- No hacía falta que te molestes, Frisk. Él no va a venir.

- Sans, por Dios, no seas tan negativo. ¡Es tu padre! Seguramente va a venir a pasar el día con nosotros. Además, siempre fue muy agradable, no le costará socializar. - dijo felizmente el príncipe de los monstruos, Asriel, a la vez que le lanzaba una pelota de voley a su hermana. Ésta estaba desprevenida, oyendo la extraña discusión de sus amigos y se comió el golpe, provocando unos grandes raspones seguidos de una leve gota de sangre.

- ¡Agh! ¡Asriel, demonios, ten más cuidado! - Gritó enfadada, sobándose el golpe. Chara dio unos pasos tambaleantes y dos niños que pasaban corriendo lograron hacerla caer hacia atrás.

- ¡Perdone, señora! - Ambos estaban por salir corriendo, sin embargo la muchacha los detuvo.

Ella amplió su sádica sonrisa, con el rostro empapado de oscuridad. - No solo me dejan en ridículo, sino que además de eso son capaces de llamarme "señora". - comenzó a reír como una psicópata. *si tan solo pudiera darles su merecido sin ser juzgada*

- Vamos Chara, no queremos meternos en problemas. - Asriel tomó de los hombros a su hermana, intentando guiarla por un buen camino.

- Suéltame...Ya...Mismo. - sus cortantes y oscuras palabras, manchaban fríamente el alma de su hermano, que trataba con todas sus fuerzas de ayudar a la ojirubí. Aun así, obedeció, alejándose de ella a pasos lentos. - Yo... No puedo permitir que... - sus ojos inexpresivos se abrieron como dos grandes platos, mostrando su mirada psicótica. Ambos se habían tornado negros, como su alma, lo único que podría significar esto, es que su razgo de Determinación estaba siendo consumido por el odio.

- ¡Chara, detente ahora! - Su hermana menor, Frisk, salió corriendo a detenerla, pero lo único que logró fue más discusión entre ambas.

- ¡Cállate, Frisk, no te metas en lo que no te incumbe!

- ¡¡No puedes hacer esto!! Son solo niños, no lo hicieron con intenciones de molestarte.

- ¡Tú no puedes darme órdenes!

- Claro que sí, Chara. Soy tu hermana y puedo guiarte por el buen camino.

- ¿Y desde cuándo tú estás en control? - Aquella fría sonrisa se avalanzó hacia lo que parecía ser su pacífica hermana. Antes que esto suceda, se transformó instantáneamente en un espeso líquido negro, que ingresó al cuerpo de la niña de cabellos marrones a través de sus ojos.

- ¡Frisk! - gritaron sorprendidos los dos hermanos albinos al ver la situación familiar delicada en la que se encontraban.
La pequeña niña de sweater a rayas y botas, comenzó a reir sádicamente, como si su voz en ultratumba saliera de lo más profundo de su ser. Mientras tanteaba sus ojos actualmente rojos, como la sangre que resbalaba de su boca.

- ¡¡F-frisk, por favor, cálmate! - Gritó la Científica Real, Alphys, quien fracasaba en su intento de controlar los nervios.

- Hey, punk. Tranquilízate. ¿No querrás volver a luchar contra la Capitana de la Guardia Real, verdad?

Aquellas risas se volvían cada vez más intensas. Parecía que le daba gusto oír aquella palabra. "Luchar".

- ¡¡Chara, sal de ahí ahora mismo!! - Ordenó el pequeño príncipe, abrazando con fuerza el cuerpo poseído de su hermana menor. Al ver que las risas no cesaban, decidió usar su técnica, que de seguro no fallaría. - Por favor, hermana, si dejas a Frisk en paz te compraré los chocolates que tú quieras con el dinero de Sans que robamos anoche, ¿recuerdas?

- ¡¿Que hicieron qué?! - preguntó el ojiazul.

- ¡¡Mientes, Asriel!!

- Hablo en serio, Chara. Los compraremos allá. - señaló un pequeño kiosco a las afueras del parque.

- Te odio... ¡Los odio a todos! - se quejó la niña, para luego de eso volver a salir del cuerpo de su hermana y transformarse en la chica amante del chocolate que siempre había sido. *el chocolate, era lo único que mantenía mi cordura antes de intentar suicidarme, arrojándome al Subsuelo. El día que se me acabaron aquellas golosinas, encontré lo que creí que sería mi fin. Pero Asriel... Él me salvó.*

- Frisk, hermana. ¿estás bien? - El príncipe sostuvo a su hermana, que apenas recuperaba la conciencia.

- Sí, gracias Azzy.

- ¿Dónde están esos dos mocosos? - preguntó la ojirubí, forzando su vista afectada por el radiante sol que alumbraba aquella mañana.

- Ellos ya se fueron, Chara. ¿O acaso creías que esperarían a que los mates?

- Deberías estar comprando lo que dijiste, Asriel. No quejándote como un completo idiota.
*me pregunto... ¿Por qué no pueden simplemente respetarme, acaso yo merezco esto? De repente, aquellos preciosos recuerdos volvieron a mi mente.*

Flashback

La Sala del Juicio se mantenía plenamente iluminada por aquellas grandes ventanas que descansaban sobre la pared, decoradas con ese símbolo tan significativo, del Ángel y el Demonio.
Aquella niña humana, que una vez había salvado a todos los monstruos, ahora estaba de pie, al final del largo pasillo, observando de frente a un viejo colega, que había sufrido la pérdida de todos sus amigos por su culpa.

Ese joven monstruo de ojos azules, que al principio parecía ser un tipo vago al que solo le gustaba holgazanear. Por fin estaba tomándose algo en serio, y parecía ser el héroe que todos sus amigos necesitaban. Lamentablemente, él mismo sabía que no había forma de ganar aquella pelea.

- Así que... Por más que te aniquile millones de veces, vas a volver. ¿o me equivoco?

Ella mantuvo silencio.

- Ya veo... Entonces, eso quiere decir que llegará un punto en el que conozcas todos mis ataques. Cuando ese momento llegue, no vas a dudar matarme.

La niña, sonriente, se mantenía firme y determinada.

- Heh, bueno, en ese caso no voy a parar, señorita. Si ustedes, los humanos, pueden tener Determinación. ¿por qué nosotros no? Si tú no vas a dejar de atacarme, yo tampoco lo haré.

Él continuó, sin esperanzas de que la chica cambie de opinión, o si quiera se exprese.

- Quiero que sepas que esto no es algo que yo realmente quiera hacer. Tú te lo buscaste y lo sabes.

*Sientes tus pecados trepar por tu espalda.*

- Welp, antes de comenzar con lo nuestro. Te tengo una pregunta. ¿Crees que incluso la peor persona puede cambiar...?

Chara empuñó su cuchillo

- ¿Qué todo el mundo puede ser una buena persona, si tan solo lo intenta? - la ojirubí dio un paso al frente, sin mostrar ningún sentimiento al respecto. - Heheh, de acuerdo. Entonces, toma una pregunta mejor.

¿Quieres pasar un Mal Rato?

- Porque como des un paso más... Te juro que no te gustará lo que viene después. - otro paso adelante, dejó perplejo al ojiazul, que aunque no quería, debía asesinar a aquel demonio al que alguna vez llamó un buen amigo. - Lo siento, señora. Es por esto que nunca hago promesas.

Hace un día hermoso ahí fuera.
Los pájaros cantan...
Las flores florecen...
En días como estos, los niños como tú...
DEBERÍAN ARDER EN EL INFIERNO.

Fin Del Flashback

*¡¿Por qué?! ¿Por qué no podemos tan solo volver atrás y terminar lo que empezamos? ¿Por qué no podemos volver a matar a todos una vez más? ¿por qué no podemos hacer que todos ellos nos respeten de nuevo? Que todos corran por sus vidas. Ser reinas de todo.

C O N V E R T I R L O S.
A.
T O D O S.
E N.
P O L V O.

HUMANTALE "Mi Trabajo Es Protegerte" (FRANS) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora