Cap 42: La Batalla Final

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Narro yo:

¡Muy buenas humanillos Determinados! Vengo a interrumpir su preciada lectura debido a que... ¡¡Este es el último capítulo antes de los tres finales!! *inserte aplausos*
Sí, ya queda muy poco para darle fin a esta historia, porque lamentablemente todo lo que empieza termina. Así que los dejo que disfruten de la lectura caris.

~Narra Frisk~

La muchacha abrió bruscamente la puerta de entrada y observó al albino de pies a cabeza. Su rostro lo decía todo. Hubo un largo silencio por parte de ambos, deduje que Sans estaba pensando en qué demonios decirle sin hacerla enfadar aún más, escondió sus manos en los bolsillos de su bermuda negra y se encogió de brazos, parecía nervioso. No hay que olvidar que estaba hablando precisamente con la chica que tiempo atrás solía ser su novia, pensar en esto solo me daba nervios, pero tenía que ver que iba a decirle y cómo ella iba a reaccionar al respecto.
En medio del silencio, pude notar que Jennifer dirigió su mirada hacia los arbustos donde Chara y yo nos ocultábamos, mi hermana también se percató de esto y me miró con cara de "estamos jodidas", pero extrañamente, por más que Jennifer sabía perfectamente que estábamos ahí, prefirió callarse y esperar a que su ex hablara. Ambas nos aliviamos y seguimos observando aquella situación incómoda en la que la pareja se encontraba.

- Heya... - al oír esto ambas nos observamos extrañadas, ¿tanto tiempo utilizado para dar un simple saludo?

- ¿Ya estás listo? - preguntó ella con cara de pocos amigos, de vez en cuando daba una ojeada a nuestro escondite, procurando que sigamos ahí. Yo me encontraba muy intrigada, ¿qué iban a hacer?

-Supongo que lo estoy, pero ¿cómo sabré que cumpliste con el trato?

- Solo tienes que confiar en mi, Sansy, yo misma me encargaré de que Frisk recupere la otra mitad de su alma. Ahora, dame la tuya.

-¿Confiar en ti? Para nada, no voy a darte mi alma si no veo a mi novia con la suya en perfecto estado.

Ella al oírlo dio una carcajada, literalmente, una sola.

-Te recuerdo que el que está en desventaja aquí eres tú, Sans. Yo tengo el poder de decidir si tu nueva novia vive o muere, no tienes otra opción.

Sans, dubitativo, dio un paso al frente, acercándose hacia la muchacha.

Yo lo comprendí todo, Sans estaba a punto de cambiar su alma a Jennifer por la mitad de la mía. Estaba decidida a levantarme y detener lo que estaba por pasar, tenía que salvar a Sans a como de lugar. Pero, antes de que pudiera hacer cualquier cosa, un valiente niño se interpuso entre ambos.

-¿Asriel?

El pequeño príncipe utilizó un fuerte empujón, para dejar a la chica indefensa en el suelo.

- ¡Más te vale hablar, maldita bruja, quiero saber todo lo que le hiciste a mi hermana!- parecía fuera de sí, jamás lo habíamos visto de esa forma tan amenazadora. Él siempre fue el niño tierno, bueno, amable e inocente con dos hermanas locas que a pesar de sus grandes diferencias, se llevaban mejor de lo que parecía. El ojiazul estaba muy confundido, el mismísimo Asriel Dreemurr se encontraba frente a él haciendo un papel muy heroico, cosa que era bastante inusual.
Jennifer estaba muy molesta, pero sabía que desde ese momento se encontraba en desventaja, no le sería nada fácil luchar contra los dos, incluso si un alma es todo lo que necesitaba. Prefirió, aún viéndose en una mala posición, conservar su orgullo, hablando con firmeza.

- Será un placer. Todo comenzó cuando me enviaron a buscar un alma de monstruo en el planeta Tierra. Para cumplir mi misión sin mancharme las manos fui armada con un cristal dorado, el cual cumplía función de un "muñeco budú" al hacer contacto con un alma humana o de monstruo. Esto funciona como un imán, tomando la esencia del alma de la víctima y lentamente esta queda atrapada en el cristal. Destruir el cristal es suficiente para destruir el alma, en cuanto toda la esencia queda impregnada allí.
Dejé caer el cristal en el sector de Waterfall, ya que oí que muchos monstruos iban ahí a pedir deseos. Una vez hecho, debía esperar a que cayera mi víctima, un monstruo ingenuo que quedaría bajo mi poder. Sin embargo, no contaba con que serían dos personas quienes lo encontraran y menos que una de ellas sería una humana... La esencia de ambos quedó impregnada en el cristal, y no pude tomarlo de vuelta, ya que se les ocurrió la estúpida idea de hacer un lindo medallón con él. Pues lógicamente debía tomar el medallón y destruirlo a como de lugar, y vaya, ¡eso hice!

-Y la asesinaste a ella...

-Exacto, no la necesito a ella, Sans, solo un alma de monstruo para cumplir con mi objetivo. Tú tienes el otro medallón, el que tiene tu alma, el que necesitaba desde un principio.

Me quedé petrificada, entendí en un instante que ella, a pesar de todo lo que había hecho, estaba pidiendo ayuda, que se le habían acabado las ideas y no tenía más opción que luchar para cumplir con su misión.

Me levanté decidida a terminar el conflicto de manera pacífica, con una pregunta que me carcomía la cabeza desde hace bastante tiempo.

-Jennifer, ¿qué pasa si no cumples con tu misión?

Sans pareció sorprendido de verme, al igual que a Chara, quien se levantó detrás mío.

-Eso a ti no te incumbe, de todas formas, no hay manera de que salga de este miserable planeta sin lo que necesito.

-Escucha, podemos ayudarte. -esbocé, la miré a los ojos y ella me devolvió la mirada. Yo no era lo que ella necesitaba, y ella sabía que todo este tiempo había estado contra mi, la persona equivocada.

-No pueden ayudarme, ya nadie puede ayudarme, solo yo tengo el poder de conseguir lo que necesito para largarme de aquí -bajó la cabeza- y así no terminar como él. -dijo en un susurro.

Noté que la expresión de Jennifer había cambiado, se veía muy pensante y forzaba una sonrisa nostálgica, como si estuviese pensando en alguien. Yo soy de esas personas que intentan ser amigas hasta de su propio enemigo, por lo tanto coloqué un rostro piadoso y le pregunté qué sucedía.
Ella me observó molesta, pero al ver que necesitaba contarle a alguien de su sufrimiento se ablandó con un suspiro lleno de tristeza.

-Nos matan... eso es lo qué pasa si no completamos una misión. Yo le dije a mi mejor amigo que no sucedería nada malo si no podía cumplir una de las misiones que nos mandaron a hacer. - cerró sus brillantes y cristalinos ojos, muy apenada. - y gracias a eso, gracias a que yo le dije que no siguiera las órdenes, los que gobiernan mi planeta lo aislaron y lo asesinaron. Yo soy la culpable de que él no esté ahora mismo conmigo... desde ese día me da mucho miedo fallar alguna misión, y si no consigo llevar un alma de monstruo a casa, terminaré como él, muerta, o incluso peor... en una especie de limbo.

Al abrir los ojos, me observó indiferente, pero pude notar que su rostro se distorsionaba, como si toda la locura invadiera su mente. Se dio cuenta de lo que había dicho y a quien, precisamente. Era de esas confesiones que solo le haces a amigos muy íntimos, y no a rivales.

- Pero, a ti no te importa... No tenías por qué saber eso... Jamás se lo conté a nadie.... y tú no tenías que saber eso- sus ojos se abrieron como dos grandes platos redondos y desprendieron una brillante luz dorada. El enojo la llevó a aumentar notablemente sus poderes, aprovechó esto para crear un fuerte campo de energía que alejó a mis hermanos y a mi novio del camino. Dejándonos a las dos enfrentadas en posición de combate.

Ellos gritaban furiosos por mi, golpeando la barrera con todas sus fuerzas, pero era imposible cruzarla. No creí que podría llegar a actuar de esa forma tan inesperada, pero no me quedó de otra opción más que luchar. Levanté ambas manos nuevamente, para observar con angustia y miedo aquel cuchillo que siempre desataba mi cordura. Más imágenes y recuerdos de esa perturbadora ruta Genocida llenaban mi cabeza, el tiempo pasaba lento, podía escuchar a los tres gritando mi nombre mientras golpeaban y pateaban la barrera. Desde ese momento yo estaba luchando por la mitad de mi alma y por la de Sans...

Sin ningún tipo de control en mis acciones, Jennifer me había hecho entrar en batalla...


La batalla final dio comienzo...

Di todo de mi en ella, intentando esquivar cada uno de sus ataques. Cuando era mi turno de pelear, tan solo le ofrecía unas palabras de ánimo como "Ya dejemos de pelear", o, "podemos resolver esto de otra forma", pero solo empeoraban la situación, ya que todas y cada una de ellas le hacían recordar  aquel chico que tanto adoraba, intensificando sus ataques.

HUMANTALE "Mi Trabajo Es Protegerte" (FRANS) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora