Cap 4: La Presumida y La Genocida.

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-Sabes niña... La verdad no lo entiendo. ¿A quién estás analizando? - preguntó Sans, mientras me acompañaba a casa, luego de despedirnos de Gaster.

¿Debería decirle? Sería ridículo contarle que intento sacar información de su propia novia.

- Es...Jenny... - intenté ocultarme, cubriéndome con la capucha de la chamarra de Sans.

-Ella... ¿Tiene un alma dorada?

- Sí, pero realmente lo que molesta es que, ¡es una maldita presumida! - me quejé ante él.

- Hey -me tomó de los hombros, mirándome con PACIENCIA.

Lo miré aterrada. Ese Sans... No es el Sans de mi línea temporal. No es el Sans de mi ruta pacifista. Yo conozco a ese chico.
"¿quieres pasar un MAL RATO?"

No pude soportarlo, escuchar otra vez esas palabras del chico que me gusta... del chico que prometió protegerme, sin importar que pasara. Pude sentir frescas gotas de agua resbalando por mis mejillas, una tras otra. Por más que lo intentaba, no se detenían. Cerré mis ojos y me dejé caer al suelo. La oscuridad y el ODIO abundaban en mi mente.

-Hey niña... - Él se arrodilló en frente mío. Sentí sus manos en mis hombros tensionándose y atrayéndome a su pecho. Ya no podía parar de llorar. Los recuerdos me mataban, y lo peor era que él lo sabía. Él sabía todo lo que yo había hecho. Pero, estar entre sus brazos... Me transmitía seguridad.

-Y-yo... Los maté a todos - balbuceé entre llantos. Simplemente no podía soportarlo.

-...Frisk...

- Ahora me quejo de una presumida... y yo soy una genocida... - los llantos incrementaron. Él me apretaba cada vez más fuerte con su intento de calmarme. Pero no funcionaba.
De repente, observé mi nivel de AMOR. Sans se percató de ello.

-Tú no tienes AMOR Frisk... Tu tienes Amor. - Me mostró su típica sonrisa, y me besó en la frente. Inmediatamente me ruborizé, pero ni su más preciado Amor podía ayudarme a olvidar.
Abrí mis ojos y lo miré fijamente. Estaba sangrando. Mi cuchillo estaba clavado en su estómago, y sin darme cuenta, estaba sonriendo.

"No digas que no te lo advertí..."

-No... N-no...S-sans....No.... - tomé su rostro, él no dejaba de sonreírme, pero mantenía sus ojos cerrados. Mi rostro estaba lleno de su sangre. Quité el cuchillo de su estómago e intenté cubrir la herida. Era imposible. La sangre fluía sin detenerse. Los llantos incrementaron, me llené de desesperación porque toda mi DETERMINACIÓN se había ido de repente. Sans tomó suavemente mi mejilla, atrayéndome hacia él, juntó sus labios con los míos formando un apasionado beso. Ya nada tenía sentido. Abrí mis ojos y pude ver como se desvanecía, transformásdose en pequeñas partículas de polvo. El mismo polvo que había visto en la ruta Genocida.

"Eso es todo...¿Huh?"

Cerré mis ojos. Los abrí nuevamente. Estaba cubierta entre los brazos de Sans. El calor corporal de ambos me acobijaba. ¿Qué acaba de suceder?

-Está bien Frisk. Eso... Ya quedó en el pasado. Solo te pido que no reinicies de nuevo. - Despeinó mi cabello.

-¿¡Sans!? - una voz familiar resonó de entre el bosque. Los dos miramos hacia ese lugar. Esa voz es imposible de no reconocer.

-¿Papyrus? - preguntó Sans, fijando su mirada en aquella sombra que se acercaba lentamente.

"Yo... Aún confío en tí..."

-¡¡¡Paps!!! - me solté de Sans y salí corriendo hacia el bosque. Sentí de repente, ganas de abrazar a Papyrus y no soltarlo. Volví a llorar. Después de todo lo que había hecho. El seguía confiando en mí.

Aquella sombra a la que me acerqué, creyendo que era Papyrus. Me golpeó directo al rostro. Caí al suelo.
















Abrí mis ojos. ¿Sans?

Aquella canción... MEGALOVANIA. Podía oirla. Sentí mucho frío de repente. Intenté incorporarme. Al hacerlo, logré ver a Sans peleando con alguien. Esa canción que se oía. No era exactamente Megalovania. Tenía algunos... Errores.

-MuUy bieNn... SaAns. No tTe preoCcupes. VolvEeré muYy pronTto. Y me llLevaré tu preCiado tEsSoro. - este muchacho desapareció en el bosque, llevando consigo unos largos y finos hilos.

Sans lo insultó, volteó a verme y corrió hacia mí. -Vaya, pequeña. Que bueno que estés bien. No me asustes así niña.
De nuevo... Estaba sangrando. Parecía cansado.

-Sans... ¿Qué pasó? - pregunté intrigada. -¿Quién era?

- Bueno... Era ErrorSans. -suspiró.

-¿Error? ¿Y que quería?

-Pues, tu alma...

-Ah, que lindo. - dije sarcásticamente.

-La próxima vez Frisk, no te alejes de mí. - Me sonrojé.

Luego de otro reconfortante abrazo, seguimos caminando hasta la casa de Toriel. Dónde acostumbraba a vivir. Tocamos la puerta. La mujer salió de la casa desesperadamente.

-¡¡Mi niña!! ¡Frisk! - Toriel vino corriendo a abrazarme. Parecía muy preocupada. -Oh mi pequeña niña. ¿Estás bien?

-Sí mamá, estoy bien, no te preocupes- asentí correspondiendo a su torpe abrazo.

-SANS. - los ojos de Toriel se volvieron en llamas. Miró fijamente a Sans. - ¿Cómo te atreves a llevarte a mi niña?

-Eh... -Él estaba nervioso, no sabía que responder- Lo siento Tori, creí que Frisk te había avisado.

-¡¿Por qué Frisk tiene una herida?!- De sus manos, hizo aparecer una bola de fuego.

-Eh.. Eh......

-¡¿Por qué no la protegiste, Sans?!

-Ehh...¡Lo intenté! ¡Perdón! ¡Perdón! - Intentó pronunciar Sans.

-Tú también estás sangrando... ¿Qué pasó? - preguntó ella, que cada vez demostraba más furia en contra de Sans.

- Ehh. Un humano... - mintió él.

-¿Un humano?

- ¡Mamá! Error me atacó, pero Sans peleó con él y lo espantó.

-Oh niños. ¿Cuándo van a dejar de meterse en problemas? - me besó en la frente. - Mi niña, me tenías muy preocupada. No vuelvas a salir tanto tiempo. Y, Sans. Más te vale que hagas bien tu trabajo, porque es todo lo que tienes que hacer. Proteger a la niña, ese es tu trabajo.

-S-sí.. Entendido. Proteger a Frisk, ese es mi trabajo. - Sans colocó su mano sobre su cabeza, algo así como los soldados.

Ella suspiró -Bueno. Si quieres puedes quedarte Sans, ya es muy tarde como para salir solo. Frisk, no te quedes mucho afuera. Sans, cuídala. - Toriel volvió a iluminar sus ojos con aquella llama flameante, y entró a la casa, dejando la puerta media abierta.

-Heh, me gustaría quedarme, pero tengo que ver dónde se metió Paps. - me cargó y entró a la casa. Me dejó en mi cama, nuevamente y se despidió. -Bueno niña. Cuídate.

-Porque hay alguien que realmente se preocupa por tí... - dijimos al unisono. ♡

HUMANTALE "Mi Trabajo Es Protegerte" (FRANS) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora