17.✡

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No me acordaba nada. Ni siquiera de cómo fue que me encontraba en mi recámara, acostado, tapado con una manta  gruesa que olía a nuevo y con una almohada. ¡Una almohada! Hacía demasiado que no dormía en una.

Me sentía fatal. La cabeza me dolía al borde de explotar y mis extremidades estaban inertes. Apenas y tenía el control para parpadear. ¿Qué pasó anoche? Bueno, recuerdo haberme excedido con las copas en el restaurante en el que Melody me citó...bueno, nos citó. Después, mientras íbamos a su casa, me explicó cómo sería mi segunda escena sexual. Yo no podía tolerar la idea de ser penetrado mientras penetraba a otro, así que en cuanto llegamos a su mansión, le rogué por un poco de droga. Lo suficientemente fuerte para desconectarme de la realidad y ser atrevido. 

Intenté levantarme y al hacerlo, una fuerte punzada en mi cabeza me hizo doblarme a la mitad. No toleraba el dolor. También encontré un nuevo dolor que provenía de mi trasero...oh Jesús, ¿en serio me dejé poseer por un hombre? 

Encaminé a la cocina arrastrando los pies. En la sala, estaba mi papá sonriente. Al ver mi estado, empaledició y corrió hacia mí. 

-¿Estás bien? ¿Qué te pasó?

-Nada, estoy bien. Solo ayer me excedí un poco con las bebidas alcohólicas -sonreí y hasta ese gesto me dolió.

-Hijo, ¿cuántas veces te había advertido de las bebidas?

-Pues no lo suficiente como para no excederme. 

-Te debería castigar pero estoy tan contento de que, hagas lo que hagas, nos está generando un montón de dinero. Mira -me mostró un cheque con la pequeña cantidad de cincuenta mil dólares -¿Será que eres narcotraficante?

"Desearía serlo en lugar de ser poseído por un hombre" pensé pero en lugar de eso, me forcé a reír. Casi vomito.

-No papá, es Melody. Ella me consigue muchísimas oportunidades y de seguro ella es la que manipula para que me paguen más de lo que deberían.

-Pues le estoy agradecido de por vida a esa Melody -mi papá sonrió viendo el cheque -más agradecido estoy con Dios por tenerte como hijo.

Sonreí y una vez terminada nuestra plática, busqué desesperadamente la rama que el vagabundo me había dado, diciéndome que con un té de esa cochinada, se me quitaría más rápido el efecto de la droga. Así que una vez la encontré, esperé pacientemente hasta que el té estuviera.

Pamela quería hablar conmigo. Había llegado a mi casa pero no le abrí la puerta. Aún seguía demasiado enojado con ella por haber abortado a mi sobrino. Me parecía una repulsión y no pensaba hablarle recientemente.  Una vez dejó de insistir, se largó y yo aproveché la oportunidad para ir a la casa de Kian y ver cómo estaba.

-¿Cómo te encuentras hoy? -pregunté pero honestamente, su aspecto demacrado hablaba por sí solo.

-Odio a Pamela -aseguró -nunca había tenido insomnio hasta ayer en la noche. Fue lo peor. 

-Es noticia reciente, no puedes estar al cien todavía.

-Espero estarlo algún día -suspiró -oye por cierto, Melody me enseñó la escena que hiciste con dos hombres. No sabía que eras bisexual.

-No soy bisexual, soy pobre.

-Yo también lo hubiera hecho. Hombre, tú estás ganándole popularidad a la compañía de mi tío como nada nunca lo había hecho. al parecer, le estás gustando al público.

Solo esperaba que ese público al que se refería no involucrara a Sara ni nadie que la conociera. Pensar en que Sara me estaba viendo, desnudo, frente a dos hombres completamente masculinos, me avergonzaba indescriptiblemente. 

De virgen A eróticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora