C. 8

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- De verdad necesitas despertarte temprano Frost. - escuché a Hiccup mientras nos poníamos los uniforme para entrenar.

- Lo siento, pero soy de sueño pesado. ¿Qué puedo hacerle?

- Si dejaras de dormir tan tarde y emborracharte diario estarías más atento.

Salimos a las canchas a practicar, ya en poco tiempo sería el juego y queremos estar preparados.

••••••

Cuando terminamos y nos duchamos, yo ya no tenía clases entonces me iría. Caminando por el estacionamiento, escuché alguien llorar, me dirigí a donde se escuchaba y no podía creer lo que veía. Era Thoot.

Sabía que ella no me caía tan bien pero no la dejaría así soy un puto pero tengo sentimientos. Me acerqué y ella al verme solo se asustó eh intentó irse.

- Espera, Thoot.

- Déjame Jack, no quiero que me veas hací.

Gire su rostro y tenía un pequeño golpe en el labio inferior, inmediatamente me acordé de Elsa.

- ¿Quien te lo hizo? - fruncí mi entrecejo.

- Nadie. - bajo la mirada.

- Thoot, dime. - no respondió. Solo me miró y después de unos largos segundos solo se retiró.

- Adiós Jack.

La mire irse. ¿Quien podría haberla golpeado? Juro que cuando encuentre al idiota que la golpeó lo mataré. No estoy de acuerdo en que maltraten a las mujeres, y me hierve la sangre de tan solo pensarlo.

Me dirigí a casa, por lo menos mi mamá ya estará en casa y podré hablar con ella.

- Necesito hablarle. ¿Pero porque? ¿Ella que es para mí? - susurraba en mi habitación dando vueltas.

Mis padres todavía no llegaban, y yo estaba como un loco hablándole a mi silencio.

¿Qué había pasado conmigo y Elsa? En tan poco tiempo volvieron esos sentimientos de niños, ese recuerdo de cuando fuimos novios alguna vez, tal vez si es cierto que cuando es amor verdadero jamás se olvida.

Unas horas más y mis padres ya habían llegado. Y habían traído muchísimas cosas con ellos.

- ¡Jackson! - Mamá corrió a mí tomándome del cuello casi ahorcandome.

- Mamá, ya te echaba de menos. - la abrazo y ella se sujeta más a mí.

- Yo también hijo. Una semana sin verte es una eternidad. - en su rostro una gran sonrisa se dibujaba mientras sujetaba mis mejillas.

- Exageras, mamá. - reímos.

Papá se acercó a nosotros y me estrechó la mano.

- Hola, hijo. ¿Que has hecho en la semana? - metio sus manos sus bolsillos de su elegante pantalón negro y me miró seriamente.

- Estudiar papá, como siempre. - el señor Frost tenía algo que con tanta solo mirarte sientes el infierno.

- ¿Y el fin de semana como estuvo? ¿Divertido? - quería aparentar estar tranquilo pero realmente estaba que me llevaba el diablo.

- Bien, tranquilo...casi no hice nada. - subí los hombros restándole importancia.

- No por ebrio que estabas, de seguro. - no respondí inmediatamente. - Jackson debes saber que eres muy estúpido para mentir hijo.

- Pero no hice nada, te lo juro.

- Claro, entonces le vas a echar la culpa a tu Nana de se una loca...- tomo un vaso rojo usado de detrás del sillón y luego camino hasta el televisor en la mesita.- Borracha...- saco una botella de licor vacía.

Después llegó hasta donde yo estaba y me mostró las cosas. Yo solo las mire. Mamá se encontraba en la puerta de la cocina solo analizando todo.

- Jackson, sabes bien que no me gusta que hagas tus fiestecitas aquí en la casa. - su tono de voz

- Papá, te lo puedo explicar. - levanté la manos mostrando las palmas.

- No quiero explicaciones, lo único que quiero es que mantengas los pies en la tierra. ¿Acaso crees que tomando se solucionan los problemas de la vida? - frunció sus cejas negras.

- No, pero. Papá estudio toda la semana, voy a los entrenamientos de fútbol, voy a las clases de Francés y me siento agotado. No creo que una pequeña fiesta sea malo. - pensé que con ese comentario calmaría la fiera que lleva dentro pero tan solo lo lleve a sacarla.

- Eso es tu responsabilidad. No toda la vida te voy a solucionar todo, tendrás que trabajar para ganarte tu dinero. Llevar responsabilidades, no todo es diversión, fiestas, drogas y alcohol. - camino hasta mi y tan solo me miró. - Si sigues con esta actitud me orillaras a dejarte sin nada y que empieces desde cero.

Me dejó hay pensando en lo último. El señor Frost era de palabra y a eso hay que tenerle miedo.


Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora