C. 10

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Los días parecían nunca pasar. Cada segundo rogaba por su salud, ya me había enamorado de ella no quiero perderla. Habían pasado al menos tres días, y yo me quedé con ella Hiccup de vez en cuando venía y me pido un permiso para faltar a la preparatoria.
Le habían hecho muchos estudios a Elsa. Y la mayoría eran malos. La puerta se abrió y dejó ver a un Hiccup con muchos papeles en la mano.

— Hola. —

— Hola. — respondí mirando a Elsa.

— Vengo del Ministerio público. — lo mire — acabó de meter una denuncia en contra del tío de Elsa.

— ¿Qué? ¿Elsa sabía? —

— No, no sabía. Cuando despierte le contaré para que firmé unos papeles y se lleven a ese perro a la cárcel. — el tomo asiento en el otro sillón.

— Veremos que dice Elsa. —

— Si. — solté un suspiro.

Nos quedamos un momento callados. Después Hiccup salió para ir a la escuela, no había dormido durante tres largos días y los ojos se me caían del sueño. Aún tenía la mano de Elsa entre la mía, me deje caer sobre mi brazo. Pero un apretón me despertó había sido Elsa quien abría los ojos lentamente.

— ¿Elsa? — me acerqué un poco. Ella no hablo sólo giraba la cabeza despacio. — ¿Estas bien?, ¿Llamó a la enfermera? — intento ir a la entrada y ella me sujeta.

— No, n-no espera. — vuelvo a mi lugar — Necesito...D-donde, d-donde esta Evan? —

— Con Mérida, llegó por el. — susurre acariciando su cabello — tranquila, aquí estoy -

Ella no responde nada. Sólo respiraba dificultosamente, después me apegue a su mejilla y deje un beso sobre ella.

— Jack. — levante la mirada — Gr-gracias. — sonrei.

— No me agradezcas, yo siempre estaré para ti. — me senté en la orilla de la cama y ella volvió a dormir, sabía que debía informar a los doctores entonces salí de la habitación sin hacer ruido.

En un segundos los doctores corrieron al cuarto de Elsa, me pidieron que esperará afuera. Las horas se me hacían eternas cuando una enfermera salió y me dijo que podía pasar.

— Gracias. — agradecí y entre. Elsa estaba más despierta. — Hola.

— Hola. — contestó con una sonrisa.

— Vaya, es la primera vez que me saludas con una sonrisa. — rei y me puse frente a ella.

— Si, debo agradecerte por ayudarme. — su voz sonaba ronca y apagada.

— Siempre estaré para ti. — la tome de la mano y me acerqué. Intente besarla pero ella se movió.

— Bueno, ¿Donde esta Hiccup? — me aleje y tome asiento en la silla sin soltarla.

— En la escuela. —

— ¿No has ido tu? — ella me miro por un momento con el entrecejo fruncido.

— No, me quedé para cuidarte. — sonrei de lado.

— No debiste hacerlo, tu debes ir a estudiar. No te preocupes por mi. —

— ¿Cómo no preocuparme por ti? - me recargo sobre mis codos. — Si para mi te has convertido en algo importante. — Ella baja la mirada un poco sonrojada me encantó verla así.

— Jack yo... — elsa fue interrumpida por el doctor.

— ¡Vaya! Se ve que no estas sola. — sonrio el doctor al vernos — Me alegra que estes ya mejor.

Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora