C. 22

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Sabía que no debía enamorarme, siempre terminó con el corazón roto. Pero esta será la excepción, tal vez deba darme una oportunidad no toda la vida estaré evitando el amor por que como dicen algunos: siempre hay alguien para todos.

Salí de la ducha secándome el cabello con la secadora, mire el vestido y sonrei. Era precioso y aunque el negro no era mi color favorito no le quitaba lo hermoso. Termine de secarme el cabello, lo deje en ondas en las puntas. Tomé el vestido y me lo puse no era necesario utilizar sostén ya que el vestido ya no traía me coloque las bragas, después el vestido tome los tacones y no soy tan buena con ellos. Me maquille después tome mis cosas que llevaría, mire la hora ya eran las 8, baje las escaleras cuidando de no caerme. Al bajar el último escalón el timbre sono causando un pequeño susto en mi, abrí la puerta y hay estaba Jack.

— Vaya...te queda hermoso... — baje la mirada sonriendo.

— Gracias, no supe como lo hiciste pero le atinaste a mi talla. — el elevó los hombros y río.

— Debo admitir que recibí un poco de ayuda. — moví la cabeza confundida. — Oh, tu amiga Mérida...ella me ayudó.

La amable Mérida, debí imaginarlo.

Salimos directo al elevador, entramos y Jack me atrapó entre las cuatro paredes tomo mis manos y las elevó a la pared sosteniendolas fuerte mientras llevaba sus labios a los míos. Fue un beso tierno pero salvaje a la vez, extrañaba besarlo.

— Lo siento, pero ya no puedo resistirme. — susurro después de separarse de mi, yo sonreí las puertas del ascensor se detuvieron salimos y entonces Jack tomó mi manos y la entrelazo con la de el.

Subimos a su auto, las calles de nueva orleans eran más hermosas que de costumbre. Llegamos a un restaurant llamado " Central Gracery".

— Bienvenidos. — la chica de recpecion nos atendió, era castaña con ojos cafés claros.

— Queremos una mesa para dos. — La chica asintió y nos guio a una mesa junto a un gran ventanal. Nos dio los menus y Jack ordenó para los dos.

— Por favor traiganos el Muffuletta. — ella se retiró y yo mire a Jack.

— ¿Qué es este lugar? — pregunte mirando alrededor.

— Aquí solían venir mis padres en su aniversario. — señaló el lugar sonriendo. — Es un restaurante italiano.

— Italiano. — repetí la palabra sonriendo.

— Aquí está. — la chica dejó lo que sea que sea y yo quise saber que era.

— Disculpa, ¿Qué es? — ella me miro y sonrio en línea recta.

— Es un Sándwich preparado con un tipo de pan siciliano, redondo de unos 25 cm de largo de diámetro, que lleva servillas de sejano, jamón, queso, y una ensalada con aceitunas y aceite de oliva. — yo asenti mirando el plato.

Agradecimos y comenzamos a comer.

— Vaya, si que es un poco grande. — dije tomando los cubiertos.

— No te preocupes por la dieta ahora. — escuche a Jack mientras soltaba una pequeña risa.

No dije nada, al final pagamos, agradecimos de nuevo y como no era tan tarde decidimos caminar.

— Elsa, ¿Cuando es tu cumpleaños? — mire a Jack y baje la mirada.

— El 5 de Agosto. — dije mientras empujaba con el tacón una pequeña piedra. — ¿y el tuyo?

— El 17 de Abril. —

— Vaya, los cumples primero que yo. — reímos.
— Tan sólo por 5 meses. —

Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora