C. 19

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Había pasado ya las dos semanas, ya no salí de mi casa me mantuve hay para estar con Evan a tenido pesadillas frecuentes y no deja que nadien lo toque. Ya lo habíamos llevado con un Psicólogo el cual nos dijo que era algo normal ya que durante mucho tiempo miro y sufrió los abusos de un hombre.

Ahora esta un poco más tranquilo, pero aun tiene esas pesadillas, tengo miedo de que eso le afecte algún día en su vida. Ya estaba en mi departamento, debía regresar a la escuela, estaba bañándome, salí con una toalla enrollada en mi cuerpo busque que ponerme. Me deje el cabello suelto para que se me secara con el viento, me coloque labial, salí tome mi mochila y las llaves.

Al llegar a la escuela todo seguía igual, azote la puerta llamando la atención de unos que estaban cerca. Me coloque unos lentes de sol negroa, ahora regresa más perra que nunca, si Astrid quiere guerra guerra tendrá.

Al llegar a la entrada, Astrid se acercó a mi.

— Pensé que no regresarias. — hizo una mueca.

— Pero aquí me tienes. — sonrei mostrando mis dientes, camine por un lado de ella escuche que soltó un gruñido.

Al llegar a los casilleros, me quite los lentes y los guarde tome los libros que me tocaban y mjr mi teléfono. Sentí una respiración en mi oreja, gire y me encontré con los ojos verdes de Hiccup.

— Me alegra que estés aquí. — sonrio.

— Si. — respondí guardando mi teléfono.

— ¿Cómo te trato la vida estas dos semanas? — abrió su casillero, teníamos la suerte de estar el otro al lado del otro.

— De maravilla. — contesté sarcasticamente.

— No me gusta tu sarcasmo. —

— No te pedí que te gustará, ¿O si? — reímos.

— Maldita. — cerré el casillero y caminamos al campus, la primera hora se había cancelado bueno para mi. Hiccup, el se quedo hacerme compañía.

— ¿Y tu novia? — me senté en las bancas.

— Termine con ella. — suspiro. — Pero fue un caos.

— ¿Qué? ¿Acaso intentó matarte? —

— Algo parecido, fui a su casa y le hable claro ella primero me miro confundida y después me corretio por toda su casa con un cuchillo en la mano. — levantó las palmas asustado yo reí.

— Me hubiera gustado haber visto eso. — reí aun más fuerte imaginado la escena.

— Si, fue aterrador. —

Reí aun más, el igual. Recargo sus antebrazos sobre la mesa mirándome, yo seguí riendo sin parar hasta que me detuve y lo mire.

— ¿Qué? — dije dulce.

— Nada, me gusta tu risa. — baje la mirada sonriendo en línea recta.

— ¿Y como vas con Mérida? — pregunte para quitar la tensión.

— Eh...muy bien, ya logre acercarme más a ella. — sonrio.

— ¡Que alegría! —

— Si, estaba pensando en invitarla a salir. ¿No crees que es muy rápido? — arqueo una ceja.

— No, creo que es el momento justo entre más rápido mejor si no se ira con otro. —

El río. Yo sólo mantenía mi sonrisa, la primera hora paso muy rápido a decir verdad. Caminamos de nuevo a los salones, me tocaba matemáticas y era un infierno estar en esa clase.

— Señorita Arendell, ¿Puede venir un momento porfavor? — mire al maestro de matematicas quien me sonreia. No dije nada me levante de mi asiento y camine hasta ella.

— ¿Sucede algo maestro? — rodé los ojos.

— Sucede que me enteré que ya no estas tomando tus clases con tu tutor. ¿Se puede saber porque? — baje la mirada, lo había olvidado.

— Lo siento, se me olvidó. —

— A mi no se me va a olvidar ponerte un cero Elsa, vas muy mal en esta materia si no la pasas no te graduas. — Lo mire.

— Volveré a tomar las clases, lo prometo. — levante las palmas.

— Sólo te daré un mes para que pases la materia, un siete Elsa sólo te pido un siete. —

— Prometo que se lo daré. — sonrei el igual, volví a mi asiento y continúe trabajando. Al salir de la clase busque a Jack.

Lo mire caminando a la cafetería, lo alcancé y toque su hombro.

— Jack. — hable, el giro.

— Elsa. —

— Oye, necesito algo. ¿Recuerdas esas clases que me dabas para pasar la materia? Bueno, necesito que me ayudes otra vez. — presione mis labios.

— Ah, si claro...claro. — sonrio.

— ¿Te parece iniciar mañana? — levante los hombros.

— ¿Paso por ti? —

— No, yo llegó. Gracias. — sonrei y di media vuelta llegue al salón de educación física. Maldita la física.

— Elsa, Ponte tu uniforme. — escuche a la entrenadora, rodé los ojos y fui a los vestidores para cambiarme.

Odiaba esta clase, los uniformes eran shorts negros de maya. Una blusa de mangas color amarilla ajustada, al salir mire a Hiccup, Jack, Astrid y más.

— Bien, vamos. — Escuche a rapuncel a un lado mío. Ella siempre se veía bien con todo, llevaba una trenza de lado.

— Chicos quiero que me den 10 vueltas a la cancha, ¡Ahora! — se escucho un gruñido por parte de todos. Comenzamos a correr y a la primera ya todos estábamos muriendo.

— ¡Hey! Elsa, cuéntame, ¿Cómo te ah ido con Jack? — mire a rapuncel mientras corría.

— ¿Cómo? — frunci el entrecejo.

— Si, ya todos saben que ustedes andan. — Me detuve de golpe, ella igual.

— ¿Qué? — mi pecho subía y bajaba.

— Quien se detenga me dará otras diez. — hablo la entrenadora por el micrófono. Seguimos corriendo.

— Por favor Elsa, no me digas que no sabías. —

— Bueno a mi no me avisan ese tipo de noticias. —

— En fin, todos saben eso y es el nuevo chisme. Hasta Jack habla de el. — mi respiración era entrecortada ya estaba cansada y apenas llevaba cinco vueltas.

— ¿Y que dice? —

— El no niega que esta enamorado de ti, hasta dicen que esta dispuesto a dejar su "puesto" por ti. — ya no dije nada, ese comentario había sido suficiente.

Seguí corriendo, al terminar me deje caer sobre el pasto. Recuperé el aire que me faltaba, rapuncel se puso a un lado mío. Después alguien más se colocó al otro lado.

— Ánimo Arendell. —levante la mirada y encontré los ojos azules de Jack.

— Es fácil decirlo. — me levante.

— Bien chicos, jugaremos un partido de basquetbol. Chicos contra chicas. — hablo la entrenadora yo puse mis manos sobre mis caderas. — Un punto para el ganador.

Todos empezamos a distribuirnos sobre la cancha. Empezó el juego, mi deporte favorito el basquetbol, enceste cuatro tiros después deje que los demás también tuvieran oportunidad. Al final las chicas ganamos. Fui a las duchas, me cambie y salí rápidamente.

Salí para mi siguiente clase, en todo el día me concentre en estudiar desde que el profesor de matematicas me explicó que si no pasaba una materia podría reprobar no eh estado tranquila del todo.

Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora