C. 7

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Nuestras miradas se conectaron y sentí un pequeño cosquilleo en mi estómago. Me aventure a preguntar sobre su pasado.

—  ¿Elsa? Quiero saber, ¿Porque tu tío te golpea? —  ella abrió sus ojos pero no dijo nada.

— No tengo por que contarte sobre mis cosas. — intentó retirar sus pies pero luego chilló de dolor.

— Solo quiero saber, quiero ayudarte. Y no puedo sin saber que es lo que pasa.

— Jack, nadie puede ayudarme, nadie. Ni siquiera tú.—la mire no estaba dispuesto a recibir un no.

— ¿Por qué no? Todos pueden ayudar. Una cosa es que tú no te dejes ayudar.

Guardo silencio un momentos solo me miraba intentado comprender por qué quería ayudarla.

— ¿Por qué Jack?— pregunto secamente.

— Quiero ayudarte Elsa, es todo.

— ¿Y que ganarían con eso? —fruncí el entrecejo al escuchar la pregunta.

-¿Quienes? —ella solo sonrió.

— Tú, Astrid, Thoot y toda su bola de retrasados mentales.

— ¿No sé a lo que te refieres? — ella miro a otro lado mientras yo trataba de comprender la pregunta.

— No te hagas el estúpido Jackson, de seguro te lo pidió Thoot para humillarme aún más en la Universidad.

No entendía nada, ¿Cómo podía pensar que yo haría algo así? Bueno si, yo también lo pensaría por mi "fama" Elsa está en todo su derecho de desconfiar de mi. Pero no esa no es mi intención, mi intención es ayudarla, estar hay para ella.

—No Elsa, estás equivocada. No es por ella, ella no me ha pedido nada.

— Claro Jackson. Como quieras.

Se levantó aún adolorida y como pudo camino hasta la puerta.

— Elsa, ¿Porque no confías en mí?— se detuvo en la puerta giro a verme.

—No lo sé Jack, ¿Por qué no te lo preguntas tú? — salió dejándome solo con mi silencio.

Y si, si me lo preguntó. Y duele.
Volví a tomar siento en el sillón llevándome la manos al rostro. Elsa es la única chica que no ah estado en mis sabanas, la que me dice todo frente y sin pelos en la lengua y la que más loco me trae.

•••••

Eran las once de la noche y no había asistido a la universidad. Bravo un castigo más Frost, pensaba en la fiesta para distraerme Elsa no asistirá eso es seguro.

¿Por qué me trae tan mal esa chica? Literalmente me trae cacheteando las banquetas, y ahora comprendo esa palabra ''amor a primera vista" y entiendo su extención de significado. El amor es algo que se siente realmente bien, pero ¿Cómo sucedió? ¿Cuando me enamoré de ella? Vaya que dicen que el amor no tiene horarios ni lugares cuando se da, se da.

Ya había amanecido y yo no dormí nada en la noche, era sábado y mi Nana ya se había ido no antes de dejarme casi todo el refrigerador lleno de comida. Empeze acomodar las botellas, la fiesta sería a las ocho y son las dos de la tarde. Sin darme cuenta ya se habían llegado las ocho y varios amigos comenzaban a llegar.

— Hola viejo. —salude a mi viejo amigo Patrick Burns un jugador del equipo.

— Otra fiesta. De la mejores. —sonreí ante el comentario de Stewart Olsen otro jugador.

El lugar comenzó a llenarse hasta que no cupo más. Entre la multitud estaba Astrid y Thoot, también Hiccup pero no estaba Elsa. Yo esa noche tenía algo claro tomaria hasta perder la conciencia.

Al día siguiente la cabeza me explotaba. Me levanté de donde estaba tirado aún lado mío estaba una chica e Hiccup dormidos.

Lleve ambas manos a mi cabeza haciendo muecas por los rayos del sol. Trato de ponerme en pie pero sentía que se me movía el piso, a como pude llegue hasta la cocina donde todavía había gente dormida sobre la mesa o en el suelo. Saque una pastilla del cajón de la mesa y me la tomé, levanté a la gente que aún se encontraba y les dije que ya se fueran.

Salí a la sala para toparme con un Hiccup recién levantado.  Mire todo el tiradero que había y algo tenía claro, no iba hacer fácil limpiar todo esto.

— Jackson, me duele la cabeza. — gruñó Hiccup tapando sus ojos — No vuelvo hacerte caso.

— Te la pasaste genial idiota. Admitelo. — el solo río. — ¿Me ayudas a limpiar?

El miró el lugar e hizo una mueca con la boca.

— Bien, pero primero voy al baño. — camino hasta el baño y yo comencé a recoger las latas de cerveza y vasos de plástico el suelo.

De la cocina traje dos bolsas de plástico negras, le di una a Hiccup y comenzamos. Terminamos y estábamos más cansados que nunca, nos dejamos caer sobre el sillón y como si hubiéramos hecho ejercicio nos lamentamos.

El teléfono de la casa sonó, lo tomé y conteste. Era mi mamá.

— Casa Frost. — Hiccup río al escuchar mi saludo.

Hola mi amor. Soy mamá ¿Cómo está todo por aya?

Hola mama, está todo bien.

Me alegro hijo. Tu papá y yo nos regresamos mañana ya quiero verte.

Yo también mamá. — Hiccup se levantó a tomar un vaso con agua.

Entonces, mañana nos vemos cariño. Cuídate te amo.

Yo también te amo mamá.

Finalize la llamada y dejé el teléfono en su lugar. Hiccup llegó trayendome un vaso con agua, le di un gran trago y lo mire.

— ¿Qué pasó con tu mamá? — preguntó con curiosidad.

— Mañana llegan. Lo bueno que alcanzamos a limpiar este lugar. — suspiré. — Pero aún me sigue doliendo la jodida cabeza. — dejé caer la cabeza sobre el respaldo del sillón.

— Estamos igual amigo. Bueno, yo me tengo que ir. Hay un exámen que quiero aprobar.

Nos despedimos y subí a mi recamara a ducharme y dormir, dormir, y dormir.

•••••••

La alarma de mi teléfono comenzó a sonar pero lo arroje al piso, aún tenía sueño y no me levantaría. La segunda alarma volvió a sonar pero igual intenté apagarla. A la tercera mire el teléfono y ya pasaban de las 8:00 me levanté como alma que lleva el diablo y ni siquiera a la ducha entre. Me coloque mi ropa y baje las escaleras corriendo, encendí mi auto y puso marcha al llegar estacione donde mismo y corrí, corrí por los largos pasillos de la Universidad, cuando llegue al aula me di cuenta que era el otro edificio entonces volví a correr. Al llegar al aula Elsa apenas entraba pero no me alcanze a detener y la empuje un poco.

— Cuidado Frost.

— Lo siento...— dije a penas con un hilo de voz. — Se me hizo tarde.— trate de recuperar el aliento.

— Bueno, tienes suerte el maestro aún no llega. — entramos al aula y tomé asiento, me dolían las piernas y me sentía como si hubiera corrido un maratón sin parar.

Elsa se sentó a un lado mío dejando su café sobre la mesa, hoy se veía más hermosa que nunca. Pantalón de mezclilla rasgado, una blusa sin mangas blanca "Levi's" y su cabello rubio suelto dejando caer en ondas sobre los hombros. Comenzó a checar algo en su teléfono y yo solo me dediqué a verla, contemplar esa mirada ese rostro fino y delicado.









Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora