C. 6

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El sol entraba por mi ventana, una pierna encarcelaba mi pierna, unas manos delgadas se encontraban en mi pecho, mire a mi costado y me encontré con la cabellera negra de Thoot.
Suspiré e intente safarme de ella, pero solo logré que me apretara un poco más.

- Buenos días cariño. - ¿Qué hacia ella aquí?

- Buenos días. - respondí.

- Anoche fue increíble. - sonrió y me besó.

Intente recordar lo que sucedió y ya, todo vino a mi como un puñetazo.

- vamos Jacki, vayamos a tu casa. - Thoot susurró en mi oido.

- No, tengo cosas que hacer. - quite sus manos de mi cuello.

- Te dejó hacerme lo que quieras. - sonrió

Esa idea me gustó así que la lleve a mi casa.

Seguía mirando hacía la nada, hasta que Thoot que interrumpió.

- Me tengo que ir, de seguro papá estará enojado conmigo. - se levantó de la cama y empezó a vestirse. - nos vemos después baby.

- te acompaño. - me coloque los boxer y los pantalones y baje junto con ella. Para mí suerte estaba mi Nana en la casa.

Al vernos bajar se sorprendió y después me miró con el cejo fruncido.
Despedí a Thoot y camine hasta la cocina donde estaba mi Nana.

- Esa chica no es para ti. - dijo cortando unas zanahorias.
- Es muy plástica. - reí.

- Lo se Nana, lo se.

- ¿Y si lo sabes por qué estás con ella? - puso su mano en su cadera algo que la hacía ver adorable, como si fuera mi madre.

- No lo entenderías nana. - sonreí al pensar en lo de anoche. Ella de inmediato captó la indirecta y me arrojó un pedazo de zanahoria a a cabeza.

- ¡No seas asqueroso! - gritó, salí de la cocina antes de ser atacado por más verduras voladoras.

Y no era cierto que estoy con Thoot por el sexo, en verdad desde hace meses que ya no es lo mismo, ya no me prende como antes. Se había acabado eso, y creo que solo estoy con ella por simple conveniencia.
Ella es porrista y yo soy el capitán del equipo de fútbol aunque la ecuación sería estar con Astrid simplemente con ella no funcionó.

Ya era jueves, habían pasado cuatro días desde que entramos, mi padres seguian en Los Ángeles en un asunto de trabajo.

No me habían llamado hasta hoy.

- ¿Y cómo va todo por haya hijo?

- Bien ama, todo tranquilo.

- Tú padre y yo regresaremos el lunes. Ya quiero verte.

- Yo también mamá.

-Cuídate mucho hijo te amo.

- Yo también mamá, mucho.

Colgué la llamada. Tome mi mochila y baje para irme a la Universidad.

Al llegar estacione y espere afuera de mi auto a Elsa, para invitarla a la fiesta.
La ví llegar en su camioneta negra, estaba vestida con un pantalón negro ajustado y una blusa blanca de encaje. Se veía realmente bien. Me acerqué a ella.

- Elsa. - la llamé, ella giro a verme. - Espera.

- ¿Qué? -

-Quiero invitarte a una fiesta.

-No, gracias. - intentó irse.

- Por favor, piénsalo aún que sea.

-Okay, lo pensaré.

Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora