C. 3

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Al llegar a casa solo se encontraba mi nana.

— Jack, cambiate y baja a cenar. — escuche desde el piso de abajo.

— Bajo enseguida. — grité.

Camino a mi armario y busco mi ropa, bajo corriendo por los escalones.

— Tranquilo, hijo. — me sonrie.

— Lo siento — me siento en la silla enfrente del comedor, ella me trae la comida. Al terminar salí de casa, para ir con Hiccup, debo convencerlo de hacer la fiesta.

Al llegar toque la puerta, y un Hiccup con gafas sale a resibirme.

— Hola viejo. — muestra una sonrisa, Hiccup a sido mi mejor amigo desde el preescolar, es el único que me entiende.

— Hola. —

— Pasa, no te esperaba, digo no me dijiste que vendrías. — entramos a su casa.

— No, es que solamente quería un respiro. —

— Ajá, si como no. Seguro veniste a convencerme de hacer esa ridicula fiesta. — el camino adentro mientras seguía hablando y dejandome afuera. Entre cerrando la puerta. — ¿Quieres algo de tomar?

— Una cerveza, si tienes. Pero no querido Hadoock, no vengo a eso.  — me senté en uno de los sillones de su casa.

— Ya sabes que yo no tomó, pero como te conozco siempre tengo para ti. Ten — tomo la cerveza y la destapó, nos sentamos sobre el sillón y vemos la tele.

— ¿Cómo vas con esa chica...? — pregunto pero no recuerdo el nombre, el me mira y pone los ojos en blanco.

— Astrid. — rueda los ojos 

— Si, esa. — pongo mis manos sobre el sillón y subo la pierna para verlo mejor.

— Ya no la soportó, viejo ¿sabes lo fastidiosa que es? — hace una mueca con las cejas — Es insoportable.

— Lo se, yo salí con ella. Un error que no quisiera volver a cometer. — tomo de mi cerveza.

— Le diré que ya no quiero nada de nada. —

— Cuidado, la vez que yo la termine casi me mata. Me quiso atropellar con su auto. — rei.

— Es más difícil de lo que creí. — suspira.

— Tranquilo — volvemos a ver la televisión.

Segundos después suena mi telefono, es Thoot gruño y lo apagó.

— ¿Quien te llama? —

— Thoot.  — digo con poca importancia.

— Aún sigues con ella. — comenta riendo.

— Si, aún. —

— Mi más sentido pésame. — golpeó su hombro y el sólo ríe.

Veíamos un programa de lucha libre, es divertido porque esta vez quien pelean son mujeres. Creo que se pelean mejor que los hombres.

— Hiccup. — lo miro y vuelvo a mirar la televisión — ¿No crees que las mujeres pelean mejor que los hombres? —

— En eso tienes razón, me hace sentir mal. —

— Nos dejan en vergüenza. — vuelvo a tomar de mi cerveza.

Se escucho un celular sonar, no era el mío yo lo apague, asi que debe ser el de él.

Suena preocupado, se levanta del sillón exaltado y camina hasta la puerta. Cuelga y lo miro.

— ¿Quien era? — pregunto acomodando mi camisa.

Enamorado De Elsa Arendell JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora