6._ Entrega especial

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Hunter

Caminar por los pasillos de flores desde uno de los rincones del jardín más retirado de la mansión me trae un fuerte recuerdo, lugar donde estuve muchas veces y terminaría siendo el último que vería en vida humana. La brisa fría y tarde de la noche es agradable, prefiero a que esté así el clima a que empiece a llover porque este año, las estaciones si se acentuaron como debían, esta vez, la naturaleza sí quiso trabajar como tiene que hacerlo y no en esa época de finales de verano que el otoño no parecía dar señales correctas de vida.

Solo estoy de paso, vengo a entregar lo que escribí más temprano y volver para terminar con los temas de las almas robadas y así dar cara nuevamente. No hay presencia despierta de nadie y aquellos tres que me dejaron su trabajo encima no están.

Deslizo suave mi mano por sobre las flores más largas disfrutando de la suavidad de este buscando algo de tranquilidad pero no la encuentro. Bufo antes de seguir con mi camino ocultando mi presencia por completo para adentrarme en la mansión, subiendo a la habitación donde seguramente se encuentra una dormida Akira.

Cruzo la puerta sin abrirla para no hacer ruido y no hago más que quedarme apoyado en el marco de la misma con brazos cruzados para verla dormir tan pasivamente. Suelto un suspiro negando al momento de captar el intenso aroma, o al menos para mí que no estoy acostumbrado, del humo del cigarrillo esparcido por la habitación. Por favor, ni yo que mi vida fue una mierda agarré vicio con algo pero te la das de la dolida y empiezas a fumar como si no hubiese nada más cuando tu vida es demasiado perfecta; tu familia te quiere y te apoya ¿No te es eso suficiente? Tienes dinero y comes todos los días a pesar de que no lo necesitas, no como yo que tuve que buscar trabajo sin terminar estudios para darme de comer porque la desgraciada que tuve por madre no me daba comida y si lo hacía era algo insípido porque lo hacía por obligación, y yo de estúpido que no pedía... Igualmente, prefería estar mil veces en casa de Matías que allí y gracias a él fue que empecé a ir a fiestas y él manteniéndome en límite ¿Sigue sin parecerte suficiente? ¡Tienes todo, ridícula! ¿Ahora que te pasó que volviste a fumar? ¿Un sueño, ese maldito sueño? Sueño siempre con cosas desagradables y no hago lo que tú.

— Ridícula —murmuro.

Me acerco a su mesa de noche dejando la carta con el sello de la clasificación de quien la dirige, en una esquina de la misma de manera que cuando despierte, no la pase desapercibido y por consecuencia no la lea. Allí está una declaración. Dejo también a un lado de la carta una flor que según Carolina, significa confianza y lealtad, antes de darme vuelta e irme en total tranquilidad ignorando las presencias ya despiertas y otras tres más llegar cuando me encuentro en los límites del lago.

Sigo tranquilamente mi camino sintiendo como los espíritus juegan entre ellos por sobre o bajo los árboles, almas que no pierden nunca el gusto de disfrutar de manera sana o sádica, eso depende de su temperamento o sus simples gustos; juegos que si son sanos, lo más macabro que pueden hacer es causarle un susto a un humano pero sin llegar a mostrarse ni hacer algo grave pero si sobrepasan los límites, pueden incluso llegar a matarlos por infartos. Es extraño, si lo pienso ahora, todas las noches en mi debilidad mental en ese punto cuando el humano se vuelve sensible a otras naturalezas, fuera de la mansión, estuve rodeado de demonios y de estos seres juguetones o meramente crueles pero no llegaban a mostrarse o hablarme, solo provocaban uno que otros sonidos no llamativos y eso hace preguntarme ¿Por qué no lo hicieron llamativo? ¿Por qué no me molestaron de manera común atormentándome?

Me alejo lo suficiente de la mansión manteniendo mi capa en el brazo para volver al mundo suicida buscando las otras cartas para enfrentarme a quienes me harán la vida imposible a gritos por posiblemente una hora y solo espero que no les pique ese culo y me sancionen teniendo en cuenta que fueron ellos quienes no me dieron permiso así que es su problema, no el mío; esta mierda toca con ellos porque solo cumplí orden.

Secreto entre lazos: ErradicaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora