2._ Recuerdos y sentimientos

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Hunter

Paso mi mano nuevamente por mi espalda buscando alivio al frío del sello y, por la intensidad, sé que es físico el dolor que siente porque si fuese emocional, el frío sería tanto que quemaría, tal como el hielo seco al contacto con la piel. Tiene a su lado, a su empleado personal y eso me alivia un poco pero no lo suficiente, a menos sé que con él y los otros tres, está bien y por cualquier motivo de emergencia, pueden protegerla... a pesar de que no lo necesita, a pesar de que no necesita ningún tipo de protección pero, ellos tres haciendo como sus soldados, es solo para asegurar que todo estará bien y por protección sin que ella tenga la necesidad de hacer tal movimiento de defensa.

No me agrada que a cada momento sufra de ese extraño mal que tiene encima y sé que ella odia eso también porque lo ha dejado en claro muchas veces, se le nota que hay ocasiones en los que no lo aguanta porque ha terminado llorando por eso. Trato en lo máximo de estar cerca de ella cuando pasa pero, en ocasiones, no soy capaz de hacer mucho pues, ella misma me aparta diciéndome siempre algo variado. Sobre eso mismo, siempre he tenido la duda de por qué razón le sucede eso, nadie en su familia parece saberlo y menos ella, es algo que para todos los cercanos, nos parece completamente extraño y sin explicación alguna.

Subo a copa del árbol con naturalidad para descansar un poco, sonrío como mero estúpido al recordar todo desde los últimos tres años..., años en los que comparto actividades como un ángel de la muerte de primera categoría y como un seguidor activo de Akira, y con eso me refiero a que es completamente oficial que estoy de su lado y que no estaré para actuar en su contra.

Hay demasiadas cosas que han cambiado y entre todas esas cosas es que yo no soy la misma persona antes de morir, claro, el tiempo pasa y las cosas también además de que, si estuviese vivo, sería un adulto y aquí, lo soy mentalmente porque yendo al pasado, a los recuerdos de mí, era completamente estúpido y descuidado, las cosas sencillas se me complicaban porque no pensaba o analizaba y ahora, me doy cuenta de que... Era un estúpido y ridículo a pesar de ser capaz de vivir de manera dependiente.

Es que si me pongo a pensar en el pasado, todos y cada uno de los malos actos que realicé por casi dos años y de manera tan repentina y descontrolada, fue por desahogo y yo ni cuenta me había dado, fue por mero desahogo pero había bloqueado una parte de mí que me impedía recordar y, aquello que no podía recordar con facilidad, era la primera vez que tuve una recaída emocional que no llegó a ser grave pero sí considerada como peligrosa; pensándolo ahora, fue porque nadie me prestaba atención, yo mismo me atendía porque incluso, con los recuerdos borrosos que tengo con quien fue mi papá, él salía temprano de casa y llegaba tarde en la noche, a veces ni lo veía pero cada vez que se acercaba a mí, su trato no era el mismo al de mi mamá, me trataba bien pero era tan pocas las veces que pasaba buen tiempo conmigo que caí por mismo sentimiento de soledad. Matías y mi propia voluntad, solo me hizo falta eso para salir yo solo porque Carl no se dio cuenta del poco tiempo que pasaba conmigo y Andrea, no hacía más que ignorarme.

Yo de niño, recuerdo ahora, que con mis pensamientos, era un amor, no hablaba mal, no me portaba mal, no hacía mal, solo era un niño que quería jugar futbol y cuando creí que todo iba bien, me salí de la academia por quienes eran mis padres cortándome yo mismo las alas por su bienestar; un gran desperdicio, me arrepiento de haber hecho eso porque el entrenador me tenía en la mira para irme avanzando con clases aparte. Especialmente, era muy bueno como arquero o delantero, allí, en el minúsculo tiempo en el que estuve en esa academia de futbol, iba siendo posicionado y cambiado rápidamente a otra clase donde no era completamente principiante.

Recuerdo que por el poco tiempo que Carl me brindaba por las horas en las que llegaba a casa y el rechazo de parte de Andrea, que este se hizo peor cuando se fue a la capital, de niño y pre-adolescente mayormente, solía enfermarme mucho ¿Quién me curaba los virus y las gripes? En la mayoría de las ocasiones, nadie, lo hacía solo o cuando me compraban medicina y Carl era el atento cada que estaba en casa o llamaba; aun así, nunca cumplía con tratamiento porque Andrea no me prestaba atención y, era un niño, no estaba atento a las horas que debía tomarme el medicamento y no lo hacía porque ¿Qué niño en su santo juicio diría: Mira, es hora de tomarme el remedio que sabe a pescado?

Secreto entre lazos: ErradicaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora