19._ Preocupación, frustración y rechazo

70 10 3
                                    

Hunter Shadow

Romeo tiene razón con el olor de Akira, es agrio pero justo en este momento está mucho más concentrado en ella y puedo asegurar que no es el ambientador, puedo asegurarlo porque es completamente diferente, es demasiado tenue y se pierde pero como estoy completamente cerca de ella, puedo notarlo con claridad.

Sigo con mi duda mental sobre la afirmación de Ronald, sobre el contenido real de esa caja, sobre la información que dio Romeo porque es demasiado complicado que algo así haya sucedido sin que la familia se diera cuenta aparte, Mitsuki lo dijo: Sin hechizo no se puede hacer nada.

Sigo a Victoria hasta la puerta de la habitación y me despido de ella para quedarme viendo cómo se pierde entre el cruce de los pasillos. Me doy la media vuelta girando hacia donde Akira hasta tenerla en mi campo de visión nuevamente, detallando en su expresión facial en la que esta no hace más que mostrarme el cansancio y debilidad que tiene; se le nota en la forma de su mirada.

Para mí, alguien que ahora está preocupado por su estado y es imposible la indiferencia en este momento, yo no puedo hacer como si nada a las visibles heridas que tiene o en el mismo estado que tiene, uno que me reafirma la conversación de abajo con sus padres.

Aunque resulte completamente llamativo entre su palidez las ojeras y pequeñas bolsas bajo sus ojos producto de tanto dormir, o sus labios morados rodeados por aquello que parece alguna quemadura, o los resaltantes puntos rojos y las rasgaduras que parecen rasguños de su piel; no me queda de otra que aceptar que están ahí porque no puedo hacer nada para que desaparezcan.

Me acerco nuevamente para revisarle las dos mordidas a cada lado de su cuello y de su muñeca, unas que siguen inflamadas y completamente oscuras en unos tonos fríos y oscuros. Chasqueo la lengua con inconformidad puesto a que siguen igual, solo con la diferencia de no estar sangrando.

— Hunter, duele

Toma mi mano tan solo para apartarla, cosa que yo dejo que haga porque por cuenta propia no podría. Veo como intenta soltar el desbaratado moño amorfo de su cabello, uno al cual no logra quitárselo porque apenas estira el brazo hacia atrás, se retrae en una mueca.

Alza la cabeza, girando a verme con vergüenza transmitida por el aroma de sus sentimientos pero diciéndome y pidiéndome con gesto oculto que le ayude.

Suelto un suspiro aceptando y el suspiro no se trata porque me esté negando o no quiera, simplemente lo hice en molestia debido a que su orgullo es mucho más fuerte que su necesidad de admitir que necesita ayuda para realizar algo pero ¿Qué más se le puede hacer? Es Akira y no me pongo a discutir con ella por eso porque sé que ni ganas debe tener para ponerse de tú a tú conmigo.

Pero sí, es verdad lo que Victoria dijo, se le ve el cabello bastante enmarañado.

Me coloco detrás de ella tomando el cepillo de donde me señala, también me señala la guitarra y yo se la alcanzo. Retiro la cola que se mantiene enredada con algunas de sus pálidas hebras teniendo en mí presente una gran dedicación para ser delicado y bastante cuidadoso.

Comienzo a pasar el cepillo en mi mano con delicadeza mechón por mechón buscando evitar lastimarla con algún fuerte tirón provocado por esos grandes nudos que tiene, unos que parecen no querer deshacerse pero que finalmente van cediendo a las cerdas de plástico para ir dándole forma al cabello y su típico liso que siempre ha tenido.

Mientras tanto, desde mi posición me quedo bastante sumergido en las pocas notas que va tocando tan suavemente, de manera muy silenciosa pero bastante resonante; todo eso mientras también de ella noto como se mantiene con los ojos cerrados, cosa que reconozco al ver como sus pestañas se mantienen pegadas a sus mejillas.

Secreto entre lazos: ErradicaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora