Secreto entre lazos: Erradicación

27._ Fácil reconocimiento

Hunter

Un cúmulo de poder... Si detallo las cosas, puedo ver que fue eso, no son todas y tienen un rango de distancia entre ellas, un círculo aproximado. Ahora que lo recuerdo, se estaba quejando demasiado de ardor y dolor en el pecho, y no le dimos importancia porque la influencia de los entrenamientos era grande y pesada. Ok, y si fuese eso, pudo haberse desmayado, pero por lo que veo, sigue consciente... y por obviedad, ha de estar débil.

Ajá, me vale un carrizo si fue un cúmulo de poder o no, yo quiero saber en dónde carajos se metió porque no logro dar con ella en ningún sitio. En su habitación no está, tampoco en la de sus familiares, ni en el salón de tiro, gimnasio, cocina, piscina, salón de entretenimiento y tampoco en la de proyecciones, lo mismo pasa en la sala común o de reuniones, en área de empleados, en el último piso y alguna de sus otras habitaciones como el laboratorio, ni en el jardín de flores, o en el columpio; tampoco está en la zona de paintball ni en la de entrenamientos de cuerpo a cuerpo... Y creyendo que podría encontrarla en el estudio de grabación de la mansión o cerca del piano de la planta baja, fui por esos lados, pero tampoco ¡Mucho menos en los jardines delanteros o traseros! En el garaje no está y por lo tanto, están todos los autos menos los que se llevó su familia, por lo que no fue a estas horas de la madrugada a ningún lado.

Estoy nervioso por querer encontrarla, no trae aroma y, el sello ya no está, ya no puedo intentar comunicarme con ella mentalmente por eso mismo...

Lo último que queda para buscarte es el aroma de los sentimientos y el sonido... Si tuviese alguna otra conexión contigo, podría ayudar a guiarme al igual que hacen tus familiares, que desde aquel año aumentó su lazo familiar de tal manera que pueden dar entre todos, sin contar que entre parejas pueden saber dónde se encuentra el otro gracias a su almas unidas.

El silencio de la noche es agradable, ese silencio que es roto por distinguidos sonidos de búhos, lechuzas, grillos, murciélagos; de cualquier animal que viva durante la noche... ¡Pero no me puedo quedar a contemplar esto porque tengo que encontrar a Akira! Algo me dice que algo no anda bien, así de sencillo, es un presentimiento ¡Aparte de que ya no traigo el sello!

Camino por el sendero oscuro que comienza desde la salida de los terrenos de la mansión, agudizando mis sentidos, encontrando una leve pizca del olor a desesperación que tanto se parece a la naranja por la sensación agria que presenta... Acelero mi paso hasta que corro a paso acelerado, siguiendo el rastro del aroma que me lleva cada vez más cerca del lago, a los extremos que ya no pertenecen a la familia.

Bingo, salida por psicosis... Qué fastidio, por favor, ¿por qué eres así? ¿Por qué tienes estos desfases de la realidad tan feos? Estoy seguro de que existe un patrón, definitivamente; si no lo hace ella, yo mismo lo buscaré. Mientras ella hace las firmas, me encargaré de eso, tengo los recuerdos claros y voy a aprovecharlos.

La sigo con sutileza y cuidado, viéndole caminar torpemente y arrastrando sus palabras mal pronunciadas al punto de ser inentendibles a causa de un llanto desesperado, susurradas, murmuradas tan solo para ella. Justo ahora pareciera como si buscara algo con apremio, y sus murmullos no me permiten entenderle. Sus manos, sus uñas, las pasa duramente contra la piel de su cuello, sin perdón alguno, dándose y dándose con fuerza hasta el punto en el que no tardo en sentir el característico aroma de su sangre falsa de engaño humano propagarse por el aire con velocidad.

La sigo con cuidado hasta que de un momento a otro se me pierde de vista, la llamo de manera recelosa, dando vueltas sobre mi mismo centro en busca de su presencia... Ocultó también el aroma de su sangre... Está desesperada y eso me preocupa, me da miedo; quiero aparecerme, pero no quiero que reaccione de una manera demasiado dolorosa para mí, aunque por lo menos tengo la seguridad de que no me eliminará inmediatamente en un ataque porque a ella le gusta conocer el rostro de su víctima con antelación para luego hacerle sufrir lentamente; a no ser que sea una emboscada, ahí si no importa nadie.