4.- Esto no es una cita

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A la hora de quedada esperaba en mi ventana ansiosa. Oí una moto rugir como mi padre cuando se levantabaa y supe que era él. Vi su moto y ya bajé como una loca, me gustaba estar con él, aunque no dijese nada ni nada inteligente.

-¿Has montado alguna vez en moto?

-Sí, en Estados Unidos tenía una. La tuve que vender. - dije mientras andaba hacia él.

-¿Quieres conducir? - negué con la cabeza.- Vamos, tonta, sé que quieres.

-Quiero ver cómo conduces.

-Vale.

-Pero las manos a las diez en punto, solo me agarro a tu cadera para estar segura, no por otra cosa y no quiero saber lo preciosa que soy.

-Tranquila, no lo sabrás. - se rio. - Perdona, nací así...

-¿Adónde vamos?

-Es una sorpresa.

-No me gustan las sorpresas.

-Pues esta te gustará. - me subí a la moto y condujo hasta una elevación de tierra con hierba y flores, un gran árbol estaba plantado y el sol era deslumbrante.

-¡WOW! - dije al bajar la moto. - ¿Este es el lugar donde te llevas a las tías al huerto? - se rio a carcajadas.

-No, este sitio es dónde estoy siempre. Mis padres están en U.K trabajando y este parece ser el único lugar en el que no estoy completamente solo...

-¿Y tus amigos?

-Bueno, eso es en el instituto pero por las tardes suelo estar aquí.

-Sin hacer los deberes.- me reí un poco.

-Exacto, sin hacer los deberes.- dijo con una sonrisa. - ¿Nos sentamos en la hierba?

-¡OH el sueño de toda chica del instituto! ¡Sentarse en la hierba con Luke Hemmings! ¡No sé si me voy a desmayar!- dije riendo. Nos sentamos y vimos la puesta de sol

-Es preciosa. - dijo mirando fijamente al sol poniéndose.

-Es la primera vez que te oigo decir 'preciosa' sin referirte a mí. - sonreí ante mi comentario.

-Es verdad. ¿Estás celosa? - no respondí. - Entonces eso es un sí...

-¡Eso es un no! Solamente no me gusta que estés con esa...esa zorra. Vaya preguntas me haces. - froté mis manos, estaba congelada. –Joder, ni debajo del sol hace calor. - Luke empieza a quitarse su chaqueta.

-Toma, eres demasiado preciosa para congelarte. -reí un poco.

-Gracias.

-¿Te vienes a una fiesta el miércoles que viene?

-¿A qué hora?

-Tranquila, cuando escuches el rugido de mi moto debajo de tu ventana ya lo sabrás. – sonríe.

-Vale. Mis padres me dejarán, o eso espero. Y si no me dejan, me fugo contigo a la fiesta.

-Aún no te dije de quién es...

-No, no me digas que es de Rebeca, ¿es de esa zorra?

-Bueno...

-No voy.

-Ven conmigo.

-¿Y por qué demonios tendría que ir contigo?

-No quiero ir solo.

-De acuerdo, pero no te creas que voy a hablar con ella.

-Gracias.

-Tenemos que irnos, se hace tarde.

Incontrolable (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora