40.- Drake es mi psicólogo

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Un, dos, tres golpes le daba a mi armario. Tres, cuatro, cinco patadas a todos los cajones. Mis nudillos empezaron a sangrar. Me daba igual. Aunque golpear a los armarios no haría que todo cambiase. Cerré los puños y le di el último golpe al armario. Me sentí aliviada, levanté mi cabeza mirando hacia el techo y cerré los ojos lentamente. Después suspiré, intentando calmarme un poco, pero el único que me podía calmar era Luke.

Michael entró preocupado a mi habitación, casi botando la puerta abajo:

-Oí golpes, ¿estás bien? - me incorporé de nuevo y abrí los ojos.

-Sí, estoy...bien...

-¿De dónde venían los ruidos eses?

-Eran de los vecinos de arriba.

-Kiara, vivimos en una casa.

-Ya...ya lo sé...

-No mientes nada bien enana, a ver, dime qué era.

-Es que sin querer vi a una araña en el armario y la quería matar dándole patadas.

-Algunas veces dudo de tu inteligencia.- cruzó los brazos. - Por no decir que dudo todo el tiempo. - rodeé los ojos. - ¿Y por qué no querías que lo supiese?

-Porque...era pequeña y pensaba que te ibas a burlar de mí, como siempre...

-Menudas tonterías piensas. Venga, no le des más patadas a los cajones, anda. - cerró la puerta.

-¿O sea que no miento nada bien eh? - dije en voz alta desafiante. - De verdad, para ser la hermana pequeña parece que tengo más cerebro. Bueno, ¿para qué mentir? Cualquiera tiene más cerebro que mi hermano. - ahora ya me estaba volviendo loca hablando sola.

Muy bien Kiara,

Muy bien.

¿Lo próximo qué será? ¿Hablar con palomas?

Voy a pedir cita para el psiquiátrico...

...

Eran las diez y media, estaba tumbada boca arriba en la cama, no iba a comer. Tenía un gran nudo en la garganta y vomitaría antes de probar la comida de mi madre. El teléfono de casa seguía en el cajón. Sí, Michael le había dado el teléfono de nuestra casa a medio instituto.
Estaba empezando a sonar. Lo cogí inmediatamente y me tumbé otra vez boca arriba en la cama.

-¿Sí?

-¿Dónde está la preciosidad con la que fui al parque de atracciones hoy? - reí.

-Aquí.

-Hola preciosidad.

-Hola Arthur. - reí otra vez.

-Pareces acatarrada.

-Sí...-carraspeé un poco para que no se me notase.

-Estaba aburrido y quería hablar contigo.

-Sabia elección. - él se rió.

-Mis tíos no paran de pelearse...

-¿No vivías solo?

-Sí, pero han venido a visitarme y están peleándose por mí, por quién debería tener el honor de ser mi tutor legal.

-Interesante...

-¿Quieres ser mi tutora legal? - nos reímos.

-Me encantaría pero no, gracias. ¿Y qué haces cuando se están peleando?

-Doy una vuelta por el bosque.

-¿El que está al lado de la casa abandonada?

-Ese mismo.

Incontrolable (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora