45.- Llámame "Señorita Amargada"

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A la hora de quedada con Drake le esperé en la entrada del cine. Vi a Tresh y le saludé amablamente, él hizo lo mismo. Se me hizo la idea de que ya hacia tiempo que no veía Inna, ¿Luke le diría algo para que me dejase en paz? Si fuese así le estaría agradecida el resto de mi vida por ahuyentar a esa zorra. De repente unos brazos me rodearon por detrás mía.

-Hola bonita, ¿preparada para la película?

-Sí, y si notas que estoy pálida en la sala del cine es porque tengo ganas de vomitar.

-¿No has sido de esas parejitas que se dan mimitos, no? - negué con la cabeza.

-Ni lo quiero ser, - ¿Ah no? ¿Y por qué le dijiste "te quiero" a Luke, eh? ¿Por gusto? No, eso es de parejitas mimosas. - solo con pensarlo me da asco... - no te hagas la dura Kiara.

-No digas mentiras, seguramente en alguna parte de tu interior te gustaría que Luke te diese algunos mimitos, ¿o no? - me quedé quieta, tragué saliva. No quería hablar ni de mimitos y menos de mi novio. Bueno, no sabía si aún existía, ya que no daba señales de vida.

-Vamos a ver la película, anda.- dije cambiando de tema y entrando en el cine. Aunque ni Drake ni yo estuvimos muy atentos a la película, nos empezamos a besar. No sé por qué pero él me atraía de una manera extraña. Cada vez que él me quería besar una parte de mí decía que sí, la otra que no, y la tercera parte se juntaba con la primera y ganaban a la segunda...

Eran las ocho y media, estuvimos mucho tiempo en el centro comercial comiendo golosinas y riéndonos. Me despedí con un beso corto, ya que no podía pensar otra vez en Luke, Dios, me iba a explotar la cabeza. Al llegar a casa me encerré en mi habitación escuchando música.

-¡Eh! Déjame el portátil, ¿quieres? - dijo mi hermano entrando bruscamente en mi habitación.

-¿Perdona?

-Ya lo has oído, venga, vamos, no tengo todo el día.

-¡A mí no me hables así! - él rodeó los ojos. - Además, ¿para qué lo quieres?

-Irene y yo vamos a hablar por Skype.

-Pero si os habéis visto esta mañana, que no parabais de morrearos en la puerta del instituto. Pensaba que te iba a comer la boca.

-Eso no es problema tuyo. A ver, ¿me lo das?

-No.

-Vale. - se acercó al escritorio y cogió el portátil. Yo me levanté enfadada, se lo arranqué de sus manos y lo puse en su sitio.

-¿No sabes qué significa que no?

-Déjamelo ahora mismo Kiara.

-¡Que no, tío! -él intentó cogerlo pero yo me puse enfrente de él y le pegué codazos. Él me agarró fuerte de mis dos manos para que quedase quieta. - ¡SUÉLTAME! - me soltó y caí al suelo. Me quedé paralizada. Tragué saliva, no podía creerlo. Él me miró furioso. - Michael estás diferente, ¿qué te pasa? Desde que estás con Irene has cambiado. - me levanté malamente, pero él me tiró al suelo otra vez y mi cara comió el suelo.

Literalmente.

Sin exageraciones.

-¡Tú nunca has querido que yo esté con Irene!

-¡Pues no, porque estás cambiando, Mickie! ¡Tú ya no eres mi hermano! ¡Tú ya no eres nada!

-Cállate la boca, ¡zorra! Estás celosa de que Irene y yo seamos una pareja feliz, no como tu novio y tú. ¡No quieres que esté con Irene! ¡Y yo la quiero! ¡Eres una puta! - gritó.

chillé a todo pulmón mientras lloraba. - ¡Te odio! ¡Tú ya no eres mi hermano! ¡No eres nada para mí! ¡Coge tu puto trasto de mierda y habla con esa zorra! - grité aún más fuerte, mis venas se iban a salir, casi me quedé sin voz. Me giré hacia la ventana, la abrí y salté. No sé qué cara pondría Michael, no sé como reaccionaría. Pero yo lo único que quería hacer era salir de allí. Y arreglar cuentas pendientes. Arreglar cuentas pendientes con una persona que había cambiado a mi hermano. Irene.

Incontrolable (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora