020 Otra Vez.

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Estaba a punto de quedar inconsciente quizás por unos minutos, quizás unas horas o quizás para siempre.

-¿Recuerdas el día que nos conocimos?- preguntó Justin envuelto en llanto desesperado, su llanto desesperado.

Solté una risita. -Como olvidarlo.

-Siga hablándole.- ordenó un paramédico

-Esa vez que tus padres estaban en el estudio y te dieron la noticia- Justin sonrió intentando mantener la calma -Y nuestras caras eran de "¿Qué carajos?"

-Sí, como olvidar ese día.- sonreí con los ojos llorosos

-No puedes dejarnos, no este día.- Justin poso su mano en la mía.

-Yo quiero estar siempre a tu lado shawty.

Mis lagrimas comenzaron a brotar más y más, pero no eran lágrimas de tristeza eran de nada más y nada menos que felicidad.

-Tranquilo creo que puedo sobrevivir a esta- bromee

Mientras llegaban en la ambulancia a su destino uno de los doctores hizo un torniquete en mi hombro evitando así que perdiera más sangre.

Al llegar al hospital me trasladaron a urgencias y en al menos una hora la bala fue retirada, Cameron y Justin esperaban afuera casi arrancándose el cabello por querer saber si yo estaría bien o no hasta que finalmente el doctor salió con ellos.

-Ella está a salvo, la bala no ha atravesado su hombro puede irse esta noche. Ahora esta dormida pero pueden pasar a verla- informó el joven doctor

-Que alivio- dijo Justin mientras sus manos cubrían su cara, el médico se retiró dejando a Justin y a Cameron solos.

-¿Y tu quién eres?- pregunto Justin a Cameron arqueando una ceja

-Su primer amor- le contestó el chico con una mirada de malicia

-Uh- respondió indiferente Justin y luego ignorando la existencia de Cameron entró al cuarto a ver cómo estaba su chica.

Se encontraba exactamente igual que hace un rato, sólo que ahora una venda cubría gran parte de su hombro izquierdo.

Justin se acercó a ella para sostener su mano, instantáneamente sentí como una chispa corría por mi cuerpo haciéndome despertar asustada.

-Tranquila todo está bien estoy aquí.

Respiraba aceleradamente y una fina capa de sudor me cubría la frente.

No había reaccionado ante la situación hasta que recordé todo y fue entonces que me abalance hasta llegar a los brazos de Justin para sujetarlo con dureza y ternura dándole uno de los mejores abrazos en mi vida.

-Casi me matas del susto pequeña, por favor nunca vuelvas a hacer algo así.- dijo Justin correspondiendo a su abrazo con los ojos cerrados.

-Lo siento, jamás lo haré- dije-¿Y qué tienes en tu defensa para decir que no te revolcaste con la chica esa el otro día?

Justin me soltó para desbloquear su celular y luego poner una foto de el y Scooter su mánager en el estudio haciendo estupideces.

Sentí un alivio instantáneo al ver aquella foto, Justin estaba en lo correcto, el no me había engañado.

-Gracias ¿sabías que te amo?- le dije inclinado su cabeza mirando directo a los ojos de Justin

-¿Sabías que yo a ti más pequeña?- dijo mientras besaba la frente de su novia

Me dieron de alta horas más tarde y llegamos nuevamente a California quedando por fin en nuestro hogar, dulce hogar. Justin y yo mantendríamos guardado el secreto de las Vegas sin que sus padres lo supieran y bueno, como dicen: lo que pasa en Las Vegas se queda en las Vegas.

Nos encontrábamos viendo La última canción en la habitación de Justin, yo estaba recostada entre sus piernas mientras que el me hacia caricias en el cabello.

-Oye Justin

-¿Si princesa?- respondió meloso

-¿Qué hubieras hecho si yo hubiera muerto?

La mirada de Justin entristeció.

-Yo hubiera muerto contigo- me jaló de la cintura haciéndome quedar cara a cara sobre su cuerpo.

Lo miré unos segundos hipnotizada sus labios, no se resistió y comenzó a besarlos. Justin poso sus manos en mi cintura bajando poco a poco hasta su buen formado trasero, solté un gemido ahogado contra los labios de mi enamorado.

Yo ya sabía que seguía después y a pesar de tener una herida de bala en el hombro lo único que quería ahora era hacer el amor con la persona de mi vida.

Justin me saco cuidadosamente la playera que vestía dejándome en un sujetador negro de encaje que le quedaba para morir. Hice lo mismo con la playera de Justin y me separó del beso para pasear su lengua por el trabajado abdomen de este haciéndolo jadear y aumentar el bulto en su entrepierna.

-Me matas ______ Reynolds- gruñó con sensualidad Justin

Ignorando sus palabras desabroché los pantalones de Justin bajándolos poco a poco, el hizo lo mismo conmigo para luego cambiar de posiciones y dejar mi cuerpo debajo de su cuerpo, introdujo su cabeza mi cuello dando salvajes mordidas haciéndome gemir. Lamió del cuello hasta mi lóbulo y paro ahí para morder este.

Yo resbalaba sus manos en la espalda de Justin dejando rasguños haciéndolo sentir más caliente, el ambiente era intenso. Justin se levantó de mi para sacar un preservativo del mueblecito a un lado de su cama, lo colocó y luego volvió a posarse arriba.

El miembro de Justin estaba bastante erecto, estaba desesperado por deshacer el éxtasis que su cuerpo tenía y introducirse en mi ser. Colocó sus manos en mi tersa espalda quitando la prenda.

-No se vale estar desnudo si tu usas eso- guiñó Justin

Me sonrojé y sin previo aviso Justin introdujo su miembro, ahora gemía como loca agarrándome nuevamente de la espalda de Justin, lamió mi cuello y dejo vistosos chupetones en el cuello mientas nos movíamos al compás con cada embestida. Deje libre el cuello de Justin y el dirigió su lengua a mis descubiertos pechos lamiéndolos lentamente y con cuidado logrando que se sintiera como en el cielo.

Ambos gemíamos como si fuera una melodía, esperaban que los vecinos no oyeran aquellas muestras de amor porque de ser así moriría de vergüenza.

Por fin luego de un buen rato de suaves y dulces embestidas con el gran miembro de Justin quedamos desnudos en la cama solamente cubiertos por las sábanas de Justin. Yo tenía mi cabeza en el pecho de Justin y el tenía su brazo debajo de mi colocando su mano en el borde de cintura acariciando esta.

-¿______?- preguntó Justin en un susurro ronco

-¿Si?

-¿Te gusta ser mi compañera de cama?

Alce la mirada para quedar anonada como idiota ante los ojos mieles de Justin que mataban a kilómetros.

-Me encanta ser tu compañera de cama

Estaban juntos otra vez, se amaban con locura y nada ni nadie podía separar aquel amor tan bello, hasta ahora.

Compañeros De Cama. »j.b & tu EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora