67 (narrado)

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Me despierto con los rayos de sol dando en mi cara.

Me encanta esa sensación, cuando el sol lo ilumina todo,me recuerda a mi niñez,
cuando me sentaba en la cera delante de casa con Lisa,viendo como la tarde
iba desapareciendo.

Asomo mi cabeza por la ventana, y veo a unos niños jugando.

— Athéna- pronuncia alguien mi nombre y me giro — ¿Podemos hablar? - pregunta mi madre.

Hoy tengo recuerdos de aquellos años, de aquellas aventuras infantiles donde los días parecían tener un montón de tiempo por delante y donde el reloj nunca tenía la importancia que tiene ahora. Donde las tardes eran tranquilas y llenas de juegos por compartir y experiencias por vivir.

Recuerdos de una infancia feliz, recuerdos de otros tiempos pero no con ellos.

— Hola- digo y hago un gesto para que entre en la habitación. Ella entra y se acerca a mi.

— Dime lo que sientes- me dice cogiendo mis manos.

— Os fuisteis sin despedir ese día ni una explica, sin darme un último beso. ¿Como crees que una niña pequeña debe sentirse a eso? A ser abandonada, en su propia cara. Imagínate que esa niña es Lukas. Un niño indefenso, solo y llorando por las calles por sus papás. Gracias a Dios un señor me encontró y me llevo a la policía porque si no, no sé  que hubiera sido de mi, y allí pasé dos días acompañada de un comisario esperando a que alguien viniera por mi. Nadie vino. Me encerraron en un orfanato en donde esos meses fueron confusos para mi — relató con las lágrimas recorriendo mis mejillas — Meses después los señores Lightwood, mis padres, me adoptaron. Y te puedo asegurar que fue lo mejor que me ha pasado en la vida. Ellos me aceptaron en su vida como una más en su familia pero aun así yo os extrañé tanto.
Lo único que me quedó fue el muñeco que me regalaste para mi cumpleaños. El muñeco de trapo, ¿te acuerdas? - preguntó y veo que mi madre tiene los ojos rojos a punto de llorar — Cada noche yo dormí abrazada con el, como me enseñaste para que no tenga miedo. Pero no te odio. No os odio. Entiendo que estabais pasando un mal momento y no podíais estar conmigo pero es difícil de superar y perdonar- digo limpiando mis lagrimas.

— Cariño, lo siento tanto- dice echándose encima mía para abrazarme, abrazo que devuelvo — Espero que algún día nos puedas perdonar porque de verdad que estamos arrepentidos. Fue una época en donde no éramos nosotros mismos, el alcohol nos tenía consumidos - dice separándose con lagrimas en sus ojos verdes pardos — Lo siento tanto...— vuelve a decir.

— Está bien ¿vale? Ahora estamos juntos de nuevo. Me va hacer difícil olvidar pero lo intentaré- digo limpiando sus lagrimas.

Ella me da una sonrisa y yo sé la devuelvo.

I'm Athéna >> Nash GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora