Capítulo 9

21.8K 1.9K 323
                                    

¿Has sentido miedo alguna vez?
¿A la oscuridad? ¿las arañas? ¿A las alturas?.
Ese sentimiento en tu pecho cuando estás aterrado, las piernas flaquean, la respiración se corta y las manos sudan.
Lo siento muy a menudo.

El gato maulla en la ventana, carraspea el vidrio, lo veo hacerlo sentada desde mi cama. Él ha escuchado los mismos ruidos que yo. Abrazo mis piernas.
Odio esta inestabilidad, este miedo constante que me hace entorpecer, cada sonido me altera y me pone enferma.
Mi cabeza imaginativa me hace sufrir.

(*)

Camino al colegio voy rogando que Samanta no asista. No quiero verla, necesito un día de clases normal y ordinario pero ella solo quiere mi cabeza y eso lo complica un poco.

El Jeep de Tristán esta estacionado, él esta apoyado en este con su celular en sus manos. No puede dejar se pensar en mi móvil guardado en el fondo de mi bolso quien solo recibe textos se John y en algunas ocasiones de Juliet. Por el contrario de Tristán que parecía prenderse en llamas de tantos textos.
Pasé junto a él y ni siquiera notó mi presencia.
*zumm* *zumm* *zumm*
Vibraba su celular tras cada mensaje.
El coche de Samanta estaba estacionado en el mismo lugar de siempre

Maldición!-

Los demás pasaban junto a mi, empujando y apretados. Odiaba el secundario se pueden oler las hormonas y a los estúpidos chicos tratando de encajar.

Hoy era un dia de calor, y la camisa del uniforme me estaba haciendo sudar, que desagradable sensación.
Caminé hasta el baño, necesitaba refrescarme y ponerme desodorante, perfume o cualquier cosa que me haga oler mejor.
Tristán se sentaba muy cerca
¿Y si lograba olerme? Me puse colorada, me eché mucho desodorante.

—¡Que horror Cassy! ¡Creerá que no te bañas!— Me dije a mi misma preocupada.
¿Porqué me preocupaba aquello tan estúpido? Hacia calor, todos sudaban y realmente no me importaba que el chico raro crea que huelo mal.
Miré mi reflejo. Claro que me importaba ¿A quién engañaría?.

Salí rápido hacia el salón de clases, no quería que el timbre sonará y que me tocara caminar sola por el horrible y aterrador pasillo.

Me sentí decepcionada cuando no ví a Tristán en su mesa tras de la mía. Pero el pecho se me llenó de sentimientos encontrados cuando Thomas estaba en la primera fila, justo tras su novia.
Ella me dedicó una mirada de odio. Pasé junto a ellos tratando de ser lo mas invisible posible pero la mano de Thomas me detuvo.
Lo miré aterrada, Samanta me mataría.

—Cassy ¿Cómo estás?— preguntó soltando mi mano.

—Bien. —Respondí y seguí mi camino hasta mi mesa. Él llegó tras de mi.

—¿Porqué me evitas? — Preguntó inocente. Miré a Samanta, parecía que echaba humo por sus orejas pero no dijo nada. —Necesitamos hablar— Pidió.
Solo asiento ya que el profesor acababa de llegar.
Thomas vuelve a su lugar y no hace contacto conmigo las próximas dos horas.

En el primer receso me encuentro en el patio trasero donde un grupo pequeño de alumnos charla muy animadamente, yo por mi parte estoy muy concentrada leyendo el nuevo libro que John trajo para mi pero, inevitablemente miro mi alrededor cada dos minutos.
Dejo el libro a un costado, la historia es atrapante, me encanta como la protagonista logra salirse con la suya pero no puedo evitar sentirme observada, lo siento, él está cerca. Esperando el momento indicado, gozando de mi miedo. Se alimenta de mi temor y disfruta el cazarme.
Me aferro a mi sueter,  la temperatura descendió rapidamente en poco tiempo y el día se había vuelto frio y gris.

—¡Cassy!

—¡Cielos! ¡Me asustaste! —Dije apenada. Vivia con los nervios de punta y me asustaba fácilmente.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora