Capítulo 1

65.9K 3.1K 147
                                    

La lluvia cae tranquila.
John me sonríe sinceramente.

—Todo estará bien cariño —me tranquiliza cuando la camioneta estaciona frente la escuela.
—Estaré aquí cuando salgas- Afirma.

Tomo una larga respiración y me bajo del coche. Corro hasta la entrada para no mojarme y me encaminó por el interminable pasillo lleno de chicos.

Como era el primer día de clases debíamos ir al auditorio donde nos darían la bienvenida.

Recordaba aquel lugar, Olía a chicles viejos y limpiador de piso barato. 
Era un semicírculo que al entrar debías bajar varios escalones. Cada escalón era una fila de asientos color rojizos.
Tomé asiento lo mas sola y retirada de los demás que pude, aún así podía oírlos murmurando cosas sobre mi.

Mientras el Director daba el discurso de bienvenida pude ver a Thomas en la primera fila, a su lado una melena rubia se pegaba cada vez más a él.

Samanta Evans.
La chica era linda y obviamente lo sabia y se lo resfregaba a todos en la cara, sobre todo a las que no éramos tan agraciadas. Samanta era en pocas palabras... Una perra.
Ella disfrutaba siendo malvada y haciendo la vida de los demás miserable. Ella vivía para cagarnos la existencia a todos. Por otro lado estaba Thomas Di’laurentti, castaño claro, guapo, cara de niño bueno, popular y un completo idiota.
Habíamos sido amigos toda la infancia pero cuando Thomas fue consiente que uniéndose al grupo de los populares la pasaría mejor que con las raras del colegio, simplemente se olvido de nuestra amistad. Y así me olvidé también de tener amigos.

Muevo mi pie nerviosa, tal vez no había sido tan buena idea venir al colegio, tal vez debía esperar solo un poco mas. Siento sus miradas, siento sus murmullos. Mordisqueo mis uñas.
De repente una puerta se abre haciendo ruido. Todos giramos a verlo.
Un tipo como de dos metros está parado en lo alto del auditorio, trae gafas, chaqueta de cuero y su pelo es un lío.
Inmediatamente me disgusto al verlo. Comienza a descender. Descender
Me acomodo en mi asiento mirando al frente. El director ha interrumpido su discurso para darle la bienvenida al recién llegado, y le pide que tome asiento.
Lo hace.
Unos cuantas butacas lejos de mi.
Por una milésima de segundos lo miro. Él me esta mirando directamente.
Sus ojos... Sus horribles y brillosos ojos.
Él me sonríe de lado y yo creo que vomitaré. Mi estómago da vueltas, Me siento enferma.
Los alumnos que se encuentran cerca de mi, se están percatado que estoy teniendo un pequeño ataque de pánico.
Araño el brazo de la butaca, mi pie se mueve a mil por segundo, mis dedos sangran de tanto mordisquearlos.
Un pinchazo en la nuca me hace sudar.
Volví a mirarlo.
Me está observando, Aun sonriendo burlonamente.
Trago saliva.
Ya sin saber como contenerme, tomo mi bolso y salgo lo mas rápido posible de ese lugar oscuro y apretado.
Respiro agitada, mis ojos están empapados y mis manos sudadas. Camino rápidamente a los sanitarios. Sin poder contener  el vomito, mi nuca sigue doliendo por los piquetes.
Lavo mi cara.
Que desastre mostraba el espejo.
La imagen del chico del auditorio me hace estremecer.
Sus ojos azules blanquecinos y brillosos me recuerdan a esa noche.
La noche en que Luna, mi única amiga en el mundo muere frente a mi. Esa noche en que la criatura de alas nos atacó, donde un Ángel casi me asesina.
El ángel que tenía los mismos horribles ojos que aquel muchacho.
Él estaba aquí y ahora. Vendría a terminar lo que había iniciado tiempo atrás. Venia a matarme.

Una chica entra al baño. Me pongo tensa, seco mi cara y me alejo. Ella me queda viendo.
No se si soportaré sus miradas todo el día.
Salgo al pasillo justo a tiempo para ver a todos saliendo del auditorio.
Veo muchas caras nuevas, esas generalmente me ignoran... Obviamente no me conocen. Las caras conocidas son las que murmuran por lo bajo y se corren de lado cuando voy caminando.
Algunos me llaman loca, otros asesina... Algunos pocos creen que solo fue un accidente todo lo que pasó.
Tal vez estoy un poco loca pero no fue un accidente la muerte de Luna, fue un homicidio.
Nadie jamás creyó mi versión. Todos tenían una teoría o una explicación lógica a lo sucedido. Pero algunas veces la lógica no tiene nada que ver en el mundo sobrenatural.

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora