Capítulo 13

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Un desayuno rápido y me encamino para el colegio.
Otro día sin John.
Jasper me lleva en coche que hace ruidos extraños, Como si amenazara que en cualquier momento nos dejaría a pié.

—Volveré a llevarlo al mecánico. No te preocupes que te iré a buscar.   —Me dice cuando estaciona frente al edificio.

—Esta bien. Creo que debo ir a lo de un compañero.

—Ten cuidado con el chico ese. —Me aconseja cuando estaciona frente al colegio. Él mira con recelo a Tristán que está sentado sobre su auto mientras habla por su celular. 
Se veía apuesto.
Su camiseta blanca se pegaba al cuerpo y su jeans básico gastado se quedaba perfecto.

-—¿Hablas de Tristán?  —Pregunté dudosa.

—No parece... confiable. - Dice serio. Jasper era un hombre viejo y quisquilloso, eso es todo pensé. 

—Okaaay. —Digo y me bajo del coche.
Me lleno de coraje e intentó sobrevivir un día más.
Paso junto a un grupo de chicos que quedan en silencio por unos segundos.
Son de primer año y me miran con miedo.
Para ellos soy como la loca del pueblo que en cualquier momento desatará una masacre.

Camino directo hacia el salón de clases, ignorando las miradas de los demás.
Que fea sensación de saber que todos hablan de ti y no precisamente bien.
Samanta se había encargado de convertirme en la persona más odiaba y temida de todo el colegio y creanme que a mi edad eso no es algo para nada agradable.
Nadie me saludaba en los pasillos, ni quería trabajar en equipo conmigo, ningún chico me veía bonita al contrario les aterraba la idea que enloqueciera un día y me comiera su hígado. A mis preocupaciones de adolescente normal  se le sumaba el hecho de que una criatura sobre natural me quería como su cena.

—Hola compañera —Dice Tristán cuando entró al salón de clases. Él esta sentado sobre su pupitre.

—Tu... ¿Cómo llegaste tan rápido? Si tu.. —

—Deja  de cacarear, ya te lo he dicho.  ¿Terminaste la condenada tarea? ¿O quieres que nos juntemos esta tarde?

—Si la terminé. Sólo falta ponernos de acuerdo y ensayar la exposición.

—Bien. Mañana en mi casa. Lo haremos,  Hoy tengo cosas que hacer.

— Si como sea.  —Respondí sacando mis libros. Seguramente tendría planes con Samanta.
El timbre sonó y el salón de llenó rápido.
La clase comenzó y Thomas llega tarde discúlpandose con la profesora.
Se veía tan lindo, Sus risos ya comenzaban a asomarse nuevamente, y  sus ojos parecían más claros que lo usual, eran como un marrón casi dorados con un brillo increíble.  No podía dejar de admirar lo guapo que era.
Por un instante me mira y me regala una sonrisa mientras toma asiento junto a Sam.
Mis mejillas se calentaron y el pecho se me llenó de emoción.

—Deja de babear o mojarás mis botas— Comenta Tristán tras de mi. Sacándome de mi nube rosada.
Lo ignoré porque de otra forma lo golpearía

—¡Cassy! —Thomas llega hasta mi cuando estoy en mi casillero dejando mi chaqueta. El día estaba caluroso y el uniforme era horrible mente caliente. Me sentía pegajosa aun a esta hora de la mañana.
Afuera las nubes amenazaban con llorar y desatar su furia contra este pueblo olvidado de Dios.
—¿Porque siempre te escondes?— Preguntó él. 

—Estoy en la mitad del pasillo Thomas, ¿Cómo podría esconderme?— Pregunté. 
Él sonrió. 

—Tienes razón.  — asiente lentamente —¿Quieres ir a la salida a nadar? Pensé que como hacia calor podríamos ir al lago donde pasábamos cada verano. —

𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora