Capítulo 25

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La alarma sonó despertándome de mi tranquilo sueño.
Salgo de la cama con pocas ganas, realmente no quería ir esta mañana al colegio.
Miro con envidia al gato que está dormido sobre mis mantas, me preparo pero antes de irme dejo la comida de sombra mi pequeño gato en su lugar.
Juliet no está y me siento aliviada de no tener que verla.
Tenía demasiada vergüenza para mirarla a la cara.
Mientras camino hacia el colegio voy comiendo un paquete de galletas.
Extrañaba tener a Eva en mi vida.

Odiaba el colegio, demasiada gente idiota en un solo sitio, Realmente lo detestaba.
Camino hacia mi salón de clases y encuentro a Thomas antes de llegar.

—¡Hola Cassy! —Me sonríe simpático. —Mañana es el primer juego. ¿Irás verdad?

—¿Mañana? ¡Si, claro! —Digo caminando a mi banco, él me sigue —¿A que hora?— Pregunto.

—A las ocho. Hoy después de clases es el entrenamiento. Si quieres puedes esperarme y vamos por un refresco  —Propone.

—¡Nos encantaría! ¡Yo me apunto! — Me volteo encontrando a Tristán ya en su banco. Hacía medio segundo atrás no estaba ahí. —¿Vamos Cass?— Pregunta mirándome sonriente. Niego lentamente.

—Creo que si. —Thomas se ve incómodo, se miran desafiantes.
Supongo que Tristán hirió su ego masculino al dormir con su ex.

—¡Iremos a darte apoyo moral niño D'ilaurentti— Dice Tristán tras de mi.

—¡Qué fantástico!— Responde Thomas falsamente.
Llega la profesora y vuelve a su lugar.

—¡Me ama! —Susurra Tristán.

—¡Que molesto eres!— Digo fastidiada.

Después de un largo día voy hacia la cancha junto a Tristán y dos coca's cero.

—¿Quieres... venir conmigo mañana?— Digo sentándome en las gradas. Tristán se acomoda muy cerca de mi

—¿Es una cita?— Pregunta mirándome tras sus gafas de sol.

—Los amigos no tienen citas. Solo somos dos amigos, dándole apoyo a otro amigo.

—Cassiell ya entendí que no follarias conmigo, no hace falta que uses tres veces la palabra amigo en una oración  solo para recordarmelo. — Dice. Veo a Thomas trotando con los demás muchachos del equipo. — Y lo último que deseo en la vida es la amistad de ese bobo teñido, con cara de santo— Agrega.

—¿Porqué demonios estás aquí entonces?— Pregunté.

—Por ti, Para pasar tiempo contigo. — Dice. —¿Entonces quieres que vengamos juntos mañana?— asiento lentamente.

—Si, no quiero pasar por esto sola. Cuando tu estás... me siento confiada y dejo de temer.— Le digo, él me mira sonriente. —Antes de ti, no salía de casa después del atardecer... pero ahora, estoy mucho mejor.

—Realmente me hace feliz tu bienestar. — Se acerca un poco más —Es la primera vez que siento esto.

—¿Qué sientes?— Pregunté fingiendo prestarle atención al entrenamiento.

—Que me preocupa alguien que no sea yo. — Lo miro un instante, está muy despreocupado sentado al sol. Se ve genial, increíblemente guapo.
Con su piel pálida y su sonrisa enorme, sus dientes perfectos y ese aroma tan exquisito que emana.
Lo acepto, me encantaba. 

—¿Eso quiere decir que te importo?— Pregunté dudosa.

—Creo que si, creo es bueno tener un amigo. Es algo nuevo para mi y me esta gustando. — Responde sonriendo levemente. —Tu me gustas. — agrega.
Sin darme cuenta le estaba sonriendo.

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