𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰

Capítulo 26

Fue una noche tranquila, de esas sin pesadillas, sin terrores nocturnos, sin Ángeles asesinos pero una cosa era diferente... él estaba ahí.
Aun no me dormía cuando sentí la cama hundiéndose, por un segundo tuve miedo hasta que ese aroma familiar llegó.
Sentí el calor de su cuerpo cuando se acostó junto a mi, protegiéndome, cuidando mis sueños pero sabia que al despertar ya no estaría.
Me volteo lentamente sin abrir mis ojos y abrazo su cuerpo, en un intento desesperado porque no se marche.
Estoy rogando que no se vaya que se quede junto a mi.
Su cuerpo es grande y duro, mis piernas se entrelazan con las de él y me hago pequeña a su lado.
Esto es jodidamente real, lo se, lo siento.
Su corazón late y lo siento como la melodía mas bella que jamás oí.
No me muevo, intento estar tranquila y que no note que estoy despierta.
Disfruto cada segundo, me aferro aun más a él.
Se quien es, muy dentro mío lo sé.

—No te vayas — Pido en un susurro. Siento su cuerpo ponerse tenso. —Por favor. —Agrego y me vuelvo. 
Él está tras mi espalda, espero que tal vez huya pero luego siento su cuerpo acercarse a mi y abrazarme.

Se había quedado por mi, intenté no dormirme pero no lo logré. 

Desperté en la mañana al oir el horrible sonido de la alarma.
Él ya no estaba, pero en mi cama aun estaba su aroma.

Ese aroma que conocía.

Cuando Jul, y John se levantaron ya tenía el desayuno listo. 

—Es mi forma de decir que lo siento Juliet— Digo.

Ella toma asiento.

—También te debo una disculpas Cariño. Lamento haberte hecho sentir mal— Me dice sincera.

Después de desayunar John me lleva a  clases.

—Vendré por ti a la salida —

— Genial, salgo a las tres. — Digo. Me inclino y le doy un corto abrazo. — Nos vemos.
Él se sorprende con aquella muestra de cariño de mi parte.

—¡Que tengas un buen día!— Me dice y me dirijo a clases.

Parecemos ganado entrando todos a la vez, voy hacia mi salón y veo a Thomas discutir con Tristán en el pasillo que da a la biblioteca.
Están solos y Thomas se vé muy enojado.
Tal vez había vuelto con Sam y quería a Black lejos de ella, o quizás tal vez en algún universo posible ellos pelearían por mi.

Me siento estúpida al pensar eso.
¿Porque harían algo así?

—¿Todo bien?— Pregunto. Ellos me miran rápidamente. Thomas se calma mientras que Tristán conserva la misma cara de despreocupado de siempre. —Ya vamos tarde. — Digo. 

Thomas se adelanta.

—Hola Cass, vamos tengo algo para ti.— Me toma de la mano y me conduce

—¿Porqué siempre están peleando? Deberías superar tu relación tóxica o terminarás a las manos con todos. — Digo mientras camino a su lado.
Todos nos están viendo caminar tomados de las manos, rápidamente lo suelto. —¡Oh dios! ¡Ahora esa perra loca va a matarme!— Susurro.

— Tranquila no le hagas caso. Y respondiendo a tu consejo, no tengo nada que superar. Créeme que olvidé a Sam el mismo día que vi que estabas de regreso.— Dice mirándome a los ojos.
No supe que decir, me metí rápidamente al salón de clases, Tristán ya estaba en su lugar.

—Odio esa horrible cualidad tuya de deslizarte de esa forma inhumana Black— Digo dejándome caer en mi banco.

—Puedo enseñarte a hacerlo si tu quieres. —Me volteo y lo miro aburrida. —Hablo de mi habilidad de deslizamiento... y lo otro tambien puedo enseñarte.— Me guiña coqueto.