𝔄𝔤𝔲𝔞 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔇𝔢𝔪𝔬𝔫𝔦𝔬𝔰

Capítulo 46

Cruz seca su cabello con la toalla mientras termino de vestirme, no puedo dejar de verlo, trae una toalla tapando su parte baja, mientras que su torso esta desnudo.
Se ve increíblemente bien, me descubre observándolo.
Me volteo rápidamente y le doy la espalda.
Veo mi reflejo en el espejo y él está mirándome, sonríe.
Me pongo la pijama y me vuelvo.

—¿Te quedarás... te quedarás esta noche?— Pregunto con timidez.
Termina de ponerse una remera vieja de John ya que eché su ropa sucia a la lavadora.

—No iré a ningún lado, me quedaré junto a ti aunque tenga que dormir en una silla cada noche. — Me dice sonriendo. Me acuesto

—Mi cama es grande y mas cómoda que una silla— Me siento estúpida.

—¿Cómo negarme a tan tentadora propuesta?— Dice y se sienta en la cama.

—¿Como pudiste destruirlo? Quiero decir, yo la atravesé con mi daga un par de veces y no logre hacerle daño.—  Estoy confundida.

—No creo que un simple cuchillo sirva contra un Oscurus, debes usar la espada que te dio Tristán, la que es igual a esta — Toma la espada que está junto a la cama. Apretando el centro de la piedra azul y se encoge al tamaño de una pequeña navaja de mano.

—¿Qué tienen de especiales estás?— Pregunto buscando la mía dentro de mi bolso.
Nuestras espadas eran bastantes parecidas, la mía dorada y la de él plateada, con piedras azules en el mango.

—Son de Ángeles, seguramente se las robó a alguno que haya asesinado. De ese tío no me sorprendería  —

—¿Espadas de Ángeles?— Pregunto sorprendida.

—Si, si no fueras especial no podrías ni tocarlas, te harían volar de una descarga o no podrías sostenerla por su peso — Asiento

—Es mucha información por hoy, voy a dormir. — Me acomodo y él también lo hace. Mi espalda en su pecho, sus brazos sobre mi. —¿No te dijo cuando volvería?— Sale de mi sin poder contenerlo.

—No, solo me dejo un par de armas y dijo que si algo te sucedía me cortaría la cabeza y la pondría sobre su cama para que observe como te hacia suya
—Una pequeña risita se escapa de mi. Sabia que mi Tristán era capaz de eso.
—Me preocupa que encuentres adorable a ese psicópata pero allá tu.

—Descansa Cruz. — Susurro antes de apagar el velador.

—¿Podemos hablar Cassiell?— Pregunta John en la mañana. Estaba en su escritorio y yo a punto de salir para el colegio.
Thomas se había ido a penas había amanecido.

—Si— Digo dudosa entrando a su despacho. —Pero, llegaré tarde.

—Yo te llevaré —Hace una pausa, Mis nervios están a punto de estallar —¿Qué pasó anoche?— Pregunta. Mi respiración se corta y siento mis manos sudar de repente.

—¿Anoche?— Trago saliva. Gira el monitor de su ordenador en mi dirección y muestra la grabación de la noche anterior.
Para ser más específica la parte en que corro por las escaleras con cara de horror.
La imagen se corta y las camaras se apagan.

—Después de eso la puerta principal se abrió con la clave y las camaras volvieron a funcionar en la mañana — Veo a Cruz bajando las escaleras y yéndose. —Justo para grabar a Thomas en su huida. —No luce enojado pero si muy, muy serio. —Creí que teníamos la confianza para hablar. —

—Yo.— intenté pero me interrumpe.

—Luces enferma, y en el vídeo pareces asustada Cassiell, no vas a tus citas con tu doctora, te escapas de clases, has dejado tus medicamentos y te escucho caminar por toda la casa en las noches. Necesito saber que sucede. ¿Has vuelto a tener alucinaciones?— Estoy que exploto, no quiero mentirle pero él no entendería