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Capítulo 44

—Puedo explicarlo — Dice Tristán pasándose. Mi mano dolía demasiado, creí que me había roto algo.  —Déjame ver tu mano. —Pide

—¡Eres tú! —Acuso apretando los dientes con rabia, ignorando su petición.

—¡Lo sé! Pero lo hice para mantenerte a salvo— se excusa hablando bajo.

—Siempre te escondes tras esa patética mentira. Haces cosas malas y te excusas diciendo que lo haces por mi— Digo enojada. —Me cansé de ti Tristán, de todos tus engaños. —Digo calmándome.

—Cassiell lo lamento, de verdad lo siento tanto... pero no encontré otra forma de estar siempre cerca de ti— Dice internado acercarse.

—¡Te transformabas en mi puto gato! ¡En un jodido animal! ¡Solo para estar aquí! ¡Éstas enfermo!— Le acuso. Me siento dolida,  Tristán siempre me mentiría. —¡Vete!— Ordeno.

—Cass, no hagas esto. — Súplica. Su mandíbula tensa, sus ojos azules se vuelven brillantes y aterradores.

—Soy una estúpida por confiar en ti.— Mis lágrimas salen sin que las pueda detener.

—No te comprendo Cassiell, me pedías... me implorabas que me quedará contigo, que te abrazara en las noches —Dice confundido.

—Ni siquiera me molesta que hayas violado mi privacidad o que te metieras sin permiso en mi cama cada noche, me jode que me lo ocultaras, que me lo negaras en la cara, sin importarte en lo más mínimo mi cordura. —Digo con dolor. —Jamás te mentí, he sido honesta contigo desde el primer momento, me abrí contigo, te conté todo. Te dije mis temores y no te importó en absoluto

—Te diré la verdad, te diré todo lo que se solo por favor no me saques de tu vida. — Pide. Niego y el pierde la paciencia
— ¡Solo lo hice por ti estúpida niña humana!— Dice Enojado  —Si no hubiera estado aquí el oscurus que hizo eso bajo tu cama te habría despedazado. —Me dice sus ojos toman un color rojizo y siento miedo de él, su expresión se suaviza al ver el terror en mi, mi espalda da contra la puerta dejándome inmóvil.
—No hagas esto por favor Cass. — Pide suplicante.

—Ya deja de mentirme, estoy cansada de que me engañas, Solo vete por favor —Pido.

—Cassy— Está a centímetros de mi, sus labios casi tocan los míos.

—Vete, por favor — Suplico. Él asiente, quita de su cuello un colgante de hilo negro con una piedra del mismo color y la pone sobre mi cabeza dejando aquello enganchado en mi cuello

—Te protegerá. —Susurra y sale por la ventana.
—Déjala abierta... por si me necesitas, solo di mi nombre y estaré aquí sin importar nada — Me dice desde fuera.

—Adiós Tristán, cuídate — Cierro la ventana y le pongo seguro. Él me mira con dolor, sus ojos se llenan de lágrimas cuando posa su mano sobre el cristal esperando que también lo haga pero solo cierro la cortina dejándolo fuera de mi vista.
Luego me hecho a llorar hasta quedarme dormida.

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Sábado en la mañana mientras desayuno junto a John estoy en silencio pensando, ni siquiera he probado el chocolate caliente que me ha preparado con tanto amor mi padre.

—¿Estas bien?— pregunta él sin dejar de ver su periódico. —Estas... muy pensativa —Dice.

—Si. Estoy bien, solo estoy... distraída. — Respondo sonriendo falsamente.

—¿Tiene algo que ver con la pelea de anoche con tu novio?— Me pongo nerviosa.

—¿Nos oíste? — Pregunté asustada.